Los animales con los que convivimos también son nuestra familia. Así lo ha entendido el Pleno del Ayuntamiento de la capital al aprobar la propuesta de Más Madrid para la protección del vínculo entre personas y animales.
¿Has pensado alguna vez qué pasaría con tu perro o tu gato si te encontraras en una situación temporal o permanente de dependencia, atravesando una enfermedad o una etapa de dificultad y no pudieras cuidar de él? Si tienes una red de apoyo disponible, tal vez tus amistades o familiares podrían echarte una mano. Pero, ¿y si no la tienes?
Con esa preocupación viven muchas personas en situación de vulnerabilidad, que se encuentran con un vacío total de apoyos y recursos por parte de la Administración pública para garantizar el bienestar y la protección de sus animales. El grupo municipal de Más Madrid ha hecho suya esta preocupación y ha conseguido que el Pleno apruebe una propuesta para proteger el vínculo con sus animales de compañía de las mujeres víctimas de violencia de género, las personas mayores y las personas sin hogar.
Gracias al Observatorio de Violencia Hacia los Animales, sabemos que hasta un 59% de las mujeres que sufren violencia machista pueden retrasar o negarse a ir a un recurso de emergencia o una casa de acogida si no se admite a su animal de familia. La víctima demora su salida del hogar por temor a las consecuencias que pueda tener para los animales con los que vive, ante la imposibilidad de acceder con ellos a los recursos de emergencia o de encontrar los apoyos necesarios para garantizar que también estarán a salvo.
En el caso de personas mayores, sabemos que el envejecimiento saludable tiene que ver con el mantenimiento de la independencia y la calidad de vida, preservando el bienestar físico, mental y social. La convivencia con animales es una oportunidad muy valiosa frente a la soledad no deseada, ofrece la posibilidad de hacer amistades, de divertirse, de jugar, de mantener la actividad física y de relacionarse positivamente con su entorno. En España la población mayor suele convivir con animales de compañía, pero en el día a día se encuentran numerosas barreras a la hora de hacer su vida cotidiana con ellos, que en muchas ocasiones son los únicos miembros de su familia.
Las residencias que admiten animales son prácticamente inexistentes y la separación del animal es un episodio muy doloroso y traumático para los mayores. Es habitual que pospongan o, incluso, se nieguen a ingresar en las residencias, a pesar de su alto grado de dependencia, para evitar separarse del animal con el que viven.
Por su parte, las personas que se encuentran viviendo en calle con uno o varios animales se enfrentan a una doble discriminación: la soledad y los prejuicios que habitualmente padecen y las dificultades añadidas para acceder a albergues, comedores sociales o centros de día con sus animales, a los que, lógicamente, no quieren dejar solos en la calle.
La lista de situaciones de este tipo es interminable, por lo que es tan necesario desarrollar políticas públicas que aúnen la protección animal y el bienestar social.
La propuesta de Más Madrid aprobada en el Pleno del Ayuntamiento de la capital, con el voto a favor de PSOE, PP y Ciudadanos y la abstención de Vox, tiene dos vertientes:
Plantea la creación de un registro de los animales que tienen a su cargo las personas que acceden a los Servicios Sociales. La medida permitirá al Ayuntamiento anticipar posibles necesidades y planificar respuestas adecuadas, que contemplen la importancia para las personas del vínculo con el animal de compañía. Además, posibilitará la activación de las medidas necesarias para asegurar también, en su caso, la protección de los animales en situaciones de emergencia o riesgo.
La segunda cuestión pasa por crear una mesa de trabajo integrada por los grupos municipales, personal técnico y entidades especializadas, para establecer de manera prioritaria protocolos específicos para estos tres colectivos de especial vulnerabilidad que tengan animales a su cargo: mujeres víctimas de violencia machista, personas mayores y personas sin hogar.
Gracias a nuestra iniciativa conseguimos dar un importante paso, que la ciudad de Madrid empiece a ofrecer respuestas especializadas y atención hacia los animales como parte del núcleo familiar de buena parte de la ciudadanía.
Hay quienes todavía piensan que es obligatorio elegir entre proteger a los animales y ayudar a las personas. Pero lo cierto es que no solo no está reñido, sino que es perfectamente compatible y complementario. De hecho, incorporar una mirada sobre la relación que mantenemos con los animales al analizar el funcionamiento de nuestra sociedad puede ser una herramienta de gran utilidad para la detección precoz y la prevención de la violencia.
Así, según el informe El papel del animal de compañía en el ámbito social y sanitario, elaborado por la Confederación Empresarial Veterinaria Española, las personas que abusan de los animales son cinco veces más propensas a cometer crímenes violentos contra las personas. Encontramos en este mismo informe que en el 60% de los casos de familias con maltrato infantil se reportó también maltrato animal.
En un reciente estudio elaborado por CoPPA (Coordinadora de Profesionales para la Prevención de Abusos), que analiza la relación entre la violencia de pareja y el maltrato animal, los resultados preliminares indican que niveles altos o severos de violencia de pareja coexisten y se relacionan con niveles altos o severos de maltrato animal. En este sentido, se observa que en el 75% de las situaciones en las que había existido maltrato severo contra los animales también existió violencia severa en el marco de la pareja; y el 94% de las mujeres que habían sufrido una o más conductas de violencia de cualquier tipo por parte de sus parejas en los últimos 12 meses declaró que su pareja había maltratado a sus animales.
La protección animal para progresar hacia una sociedad más empática y solidaria
Parece que sobran los motivos para seguir avanzando en políticas públicas donde la protección animal y el bienestar social vayan de la mano.
El cuidado de las personas en situación de vulnerabilidad es uno de los indicadores de la salud moral de una sociedad. Pero no solo de sus condiciones básicas de supervivencia, sino también del desarrollo de los vínculos y de los afectos.
Madrid tiene ahora el enorme reto y la oportunidad de ser una ciudad que protege esos vínculos que son importantes para las personas, de incorporar la protección animal para convertirse en una ciudad más amable, acogedora y segura para todos y todas.
Proteger a quienes más lo necesitan, sin olvidarse de los animales con los que compartimos el planeta, es también progresar hacia sociedades con más empatía y solidaridad.
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