Se acerca la Navidad y uno de los regalos por excelencia son los animales de compañía. Además de perros y gatos, tristemente la demanda de animales exóticos ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Estos animales son adquiridos de manera compulsiva sin estudiar los riesgos que conllevan para la biodiversidad y la salud pública (zoonosis) o el peligro para la ciudadanía y la fauna autóctona. Por ello, distintas asociaciones y centros de recuperación de animales exóticos quieren concienciar a los ciudadanos para que antes de comprar piensen dos veces todo lo que conlleva y esconde el comercio de animales exóticos.
El comercio de animales exóticos es un mercado que mueve millones y no es de extrañar que los principales vendedores se empeñen en crear modas nuevas constantemente para aumentar la demanda. Estas modas son aceleradas por las redes sociales, que viralizan videos e historias humanizando a estos animales y dando una imagen errónea de “mascotas ideales y fáciles de mantener”.
La compra por internet también ha multiplicado las transacciones de miles de especies exóticas. Un mensaje por WhatsApp y una transferencia es lo poco que se necesita para hacerse con uno de estos ejemplares, incluso en un momento en el que el mundo sufre las consecuencias de una pandemia originada por una enfermedad zoonótica (transmitida entre animales y humanos).
Como se puede contrastar en cualquiera de las ferias de animales de España, como las recientes Expoterraria de Madrid o Barcelona, que se siguen celebrando incluso en plena pandemia, el número de especies exóticas con las que se comercia es innumerable, las condiciones en que se encuentran los animales son deplorables y se sigue permitiendo el contacto directo entre público y animales en todo momento.
El comercio legal puede actuar como impulsor del comercio ilegal, y la ambigüedad e incertidumbre en torno a algunas regulaciones con frecuencia dan lugar a un área gris en la que puede resultar difícil establecer una clara separación entre ambos tipos de comercio, como varias investigaciones y organizaciones han demostrado.
En un porcentaje muy alto de los casos estos animales acaban muriendo prematuramente en el transporte, por la omisión de sus cuidados básicos en la tenencia privada o sacrificados masivamente por las autoridades cuando se convierten en un problema, como es el caso de las cotorras en Madrid, los mapaches en muchas localidades españolas o las tortugas de florida en la Comunidad Valenciana.
Los centros de rescate y rehabilitación de animales exóticos están saturados. Sin ir más lejos, en el último mes el centro de rescate de mamíferos exóticos AAP Primadomus, situado en Villena (Alicante), ha recibido 13 kinkajúes, 5 servales y un mono tití incautados por las autoridades.
Marta Merchán, coordinadora de la Coalición para el Listado Positivo, explica que “los centros de rescate estamos desbordados y nos enfrentamos diariamente a los problemas provocados por este comercio. Las autoridades han intentado regular la tenencia y comercio de animales de compañía exóticos de diversas formas, en general a través de la creación de listados negativos que prohíben el comercio de ciertas especies a posteriori, por regla general cuando estos animales ya se han convertido en un problema. Sin embargo, ninguno de estos intentos ha conseguido controlar los problemas asociados de bienestar animal, seguridad, sanidad, protección del medio ambiente y biodiversidad, ya que las especies con las que se comercia son innumerables y cada vez se introducen modas nuevas”.
Desde la Coalición para el Listado Positivo recuerdan que la entrada en vigor de Listados Positivos en países como Bélgica (2009), Holanda (2015) o Luxemburgo (2018) ha demostrado que la creación de un listado de las especies cuya tenencia y comercio están permitidos, quedando prohibidas todas las demás, es el método más efectivo, fácilmente ejecutable, de menor coste y el único, a día de hoy, que ha resultado eficaz desde un punto de vista preventivo, a la hora de reducir el sufrimiento de estos animales, y los riesgos que su tenencia y comercio conllevan. Países vecinos como Francia acaban de aprobar en su nueva ley de bienestar animal la implementación de listados positivos y nuestro anteproyecto de ley en España también los contempla.
Se acerca la Navidad y uno de los regalos por excelencia son los animales de compañía. Además de perros y gatos, tristemente la demanda de animales exóticos ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Estos animales son adquiridos de manera compulsiva sin estudiar los riesgos que conllevan para la biodiversidad y la salud pública (zoonosis) o el peligro para la ciudadanía y la fauna autóctona. Por ello, distintas asociaciones y centros de recuperación de animales exóticos quieren concienciar a los ciudadanos para que antes de comprar piensen dos veces todo lo que conlleva y esconde el comercio de animales exóticos.
El comercio de animales exóticos es un mercado que mueve millones y no es de extrañar que los principales vendedores se empeñen en crear modas nuevas constantemente para aumentar la demanda. Estas modas son aceleradas por las redes sociales, que viralizan videos e historias humanizando a estos animales y dando una imagen errónea de “mascotas ideales y fáciles de mantener”.