Luis Alberto Hernando y Kiko Navarro se imponen en la Travesía Andrés de Regil

Una jornada que se esperaba nublada y triste amanecía radiante para recibir en las nieves de los Picos de Europa a casi doscientos esquiadores de todas las edades con ganas de disputar la 41 Copa Andrés de Régil-Trofeo Kutxabank de esquí de montaña.

La fila de participantes se iba rápidamente estirando ya en Lloroza, pero se apretó subiendo la Sierruca, estirado de nuevo bajando a Áliva y encogido mientras subían a Covarrobres. Pero para alcanzar las puertas de Cabaña Verónica la cosa se había ya dilatado, las nubes venían a pisar los paisajes y la prueba se iba poniendo dura y más dura. Pero, increíblemente, no había pasado una hora desde las diez en punto de la salida cuando ya había esquiadores por Tesorero. Les ha quedado aún tema largo y un poco más difícil porque la niebla cerraba las cimas de Toreblanca y Padiorna para quienes iban más atrás. Por fin los Picos se cerraban a los panoramas pero dejaban esquiar a placer a los esquiadores más veloces y tanto o más a los tranquilos. Hasta el punto de que quienes éramos oyentes de las transmisiones de los controles de la prueba escuchábamos repetidas felicitaciones a la organización de no pocos participantes.

Indiscutible la forma física de los más rápidos. Quienes esperábamos en meta veíamos llegar primeros al equipo juvenil formado por Carlos Llerandi y Iosu Martín que venían del recorrido corto. No eran aún las 13:00 horas. Pero enseguida llegaban, raudos y veloces, Luis Alberto Hernando y Kiko Navarro del equipo de Guardia Civil. Imagínense la velocidad y forma física para recorrer casi veinte kilómetros de distancia acumulando un desnivel de subidas de 1.872 metros en un tiempo de 2h10’25“. El segundo equipo en entrar tenía el mismo patrocinador y era el integrado por Diego Gómez Simón y Antonio Blanco con 2h14’50” seguidos a casi nada por David Vazquez y Sergio Cabrero con 2h15’37“.

Segunda jornada

Una de cal, otra de arena; uno bueno, otro regular. La primera jornada tocaba regular cuando el cielo se echaba encima de los Picos de Europa en forma de nubes impidiendo ver los paisajes que el amanecer descubría manchados de nieve recién caída. La segunda jornada de la Copa Andrés de Régil-Trofeo Kutxabank, sin embargo, parecía haber querido castigar a los esquiadores con un esfuerzo prolongado, pero también entregándoles una montaña cubierta y esa característica luminosidad de la niebla que impide ver el relieve, de saber si delante de tus espátulas hay un hoyo o una prominencia.

Con ese ambiente salían desde la estación superior de Fuente Dé el casi centenar de equipos que aún conservaban condiciones para plantar cara a las dificultades. En el fuerte repecho inicial hacia la Sierruca dibujaban un bello panorama, vigilado por una Peña Vieja discreta e inevitable.

La nieve no estaba plácida, entre la falta de visibilidad y la capita nueva que deslizaba bien pero con aspecto de nieve húmeda sobre un sustrato transformado. A la vista de sus soplidos en las cuestas se diría que los esquiadores sufrían más que gozaban en el recorrido breve de la segunda jornada. Y hasta en una segunda vuelta les ponían una potente cuesta de ascensión obligada a pie, esquís a la espalda, para redescender de nuevo hacia la portilla de Covarrobres antes de marcharse directamente a la meta.

La entrada bajo ese arco triunfal que es el final repetía las mismas primeras imágenes de la primera jornada, con los equipos unos, dos y tres entrando consecutivamente.

La Copa Andrés de Régil-Trofeo kutxabank a Madrid

La Copa tiene nombre madrileño este año: Rafael Domenech. Un veterano de la Régil, un veterano del esquí y un veterano del Peñalara al que llevamos viendo toda la vida de esta prueba de esquí persiguiendo el oro de la clasificación. Este año le hemos visto sufrir en los repechos compitiendo en el mismo itinerario largo y duro con los profesionales de esta disciplina de las montañas. Domenech había sido ya candidato en anteriores ediciones pero siempre había alguien que parecióhacer más méritos, incluso su compañero de equipo Angel Luis Santamaría que ya había recibido la Copa Régil anteriormente. La trayectoria constante, el mantenimiento en la forma activa y su vinculación apasionada siempre con la Régil han decidido ahora a su favor. Ahora se va feliz no sin antes haber abrazado emocionado a Juan Antonio Régil, uno de los hermanos mayores de la saga presente en esta entrega de premios, y después de recibir la Copa de manos de Gabriel Régil, uno de los hijos del malogrado Andrés, en cuya memoria se sigue celebrando esta prueba.