Día 18 de la expedición al Humbroq Peak. El laberinto de Minos
Cuando entramos en la Cascada de Seracs del Glaciar del Honbroc, por su ramal de la izquierda, sabíamos que nos costaría encontrar el camino, pero comienzan a aparecer puntos sobre las íes. Nadie dijo que fuese fácil.
Ayer, se consiguió fijar más de 200 metros por el laberinto por terreno relativamente amable, y eso, tras los días de inactividad en el Campo Base debido a la horrorosa meteorología, ha dado algo de alas al grupo.
Hoy se ha vuelto a subir por esas cuerdas revisando y reforzando los puntos de anclaje tras la tórrida jornada de ayer, dada la poca amistad entre el sol y calor y el hielo.
Tras superar el último punto alcanzado, la realidad se pone de manifiesto en el glaciar. Seracs como edificios, grietas abisales, búsqueda del itinerario a derecha e izquierda, puntos de seguro, equilibrio. Juega a nuestro favor, que pese a la temible pinta del terreno, es sorprendentemente estable, permitiendo movernos con bastante seguridad.
Hoy particularmente se comienza a vislumbrar la cohesión del equipo, con 9 alpinistas trabajando en plena sintonía, unos en unas labores, otros en otras. De esta forma, mientras 2 cordadas continuaban con el tajo de exploración y fijando cuerdas, 5 miembros superaban los más de 800 metros de desnivel desde el Campo Base hasta la línea de meta alcanzada, porteando material para continuar la labor y montar un Campo I en cuanto el terreno lo permita.
En este torneo, habrá que ir jugando partido a partido, paso a paso, metro a metro, intentando ganar metros a este Laberinto de Minos en el que estamos buscando nuestra salida, para poder llegar a lo más alto posible con la mayor seguridad posible.
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