Primera ascensión al Pholesobi por la cara norte

El Pholesobi es un pico próximo al Jannu. Su cara norte, como la de Jannu, parece haber sido cortada con una hoja afilada, lo que deja una pendiente tan pronunciada que no permite montar una tienda salvo en algún tramo puntual de la parte central. Es por ello que durante este segundo intento a esta cima, el primero tuvo lugar en 2023 pero tuvieron que abandonar por motivos médicos, usasen una hamaca colgante inflable G7 POD.
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Otro detalle curiosos es la altura final de este pico, algo que desconocían con exactitud hasta haber completado esta ascensión. Junto al Pholesobi, y entre éste y el Jannu, se erige otro pico, el Sobithonje, que marca una altura de 6.652 metros. Desde la cima del Pholesobi, el altímetro les marcaría algo más de 6.650 metros, pero desde esa posición era obvio que el Pholesobi era algo más elevado que el Sobithonje, por lo que calcularon que como mínimo la altura del primero es de 6.652 metros.
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Para ascender el Pholesobi, Hidesuke Taneishi y Hiroki Yamamoto aclimataron en el Mera, al otro lado del Jannu y el propio Pholesobi.
Tras completar esta primera fase, la pareja abandonaría el campo base el 26 de octubre cargando con algo menos de 30 kilos de equipo a la espalda. Lo primero fue superar la morrena y el glaciar, que sumaban un desnivel de algo más de 1.000 metros, para montar el campo base avanzado a unos 5.050 metros, ya bastante cerca de la pared del Pholesobi,
La cara norte de Pholesobi se podría separar en dos partes claramente diferenciables, la superior y la inferior, ambas muy verticales, pero con una sección intermedia que conecta las dos, menos vertical eso sí, aunque aun así suficientemente inclinada como para entorpecer el montaje de una tienda común, lo que les obligaría a llevar una hamaca inflable.
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El 27 y 28 de octubre los emplearon en superar la parte inferior de la pared. Este tramo es complejo y ofrece pocas opciones para asegurarse. Además, el hielo que encontraron era muy quebradizo y no pudieron utilizar tornillos de hielo, así que tuvieron que limpiar todo de hielo y nieve en busca de roca para protegerse. La pendiente era además muy pronunciada, lo que complicaba la seguridad a cada paso.
Por la noche, cayó abundante agua nieve que se colaba por todos los rincones, llegando incluso a mojarles la ropa... Una noche dura e incómoda. A la mañana siguiente, el 29 de octubre, escalaron la sección de hielo central y se dirigieron directamente a la parte superior de la pared.
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El 30 de octubre tuvieron que escalar diversos largos de hielo verglás en la parte inferior. Todo esta sección superior de la pared estaba recubierta de hielo verglás. Sin embargo, a diferencia de la parte inferior, este hielo era bastante más sólido. Por suerte, en los largos clave de la ruta, el hielo verglás no fue tan abundante y sí los tramos de roca, en los que usaron micro fisureros y friends. Fueron largos en los que disfrutaron a lo grande de una escalada muy similar a la de Chamonix o Alaska.
El día siguiente era el marcado para atacar la cima. Dejaron la hamaca atrás y tras elevar la mirada vieron ante ellos la marcada chimenea que conducía a la cima y que ya habían localizado cuando se encontraban en el campo base. La cima estaba al alcance de la mano, aunque antes debían superar una banda rocosa de unos cien metros y que daba paso a la citada chimenea. Un tramo muy escarpado que, en algunos momentos superaba los 90 grados. Por suerte había buenos enclaves dónde asegurase y lo superaron sin muchos problemas.
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Ya solo les faltaba superar la chimenea. Una estructura recubierta de hielo y nieve polvo, con poca protección, pero que les daba acceso a la cima.
Una vez en la cima, sobre las cinco de la tarde, lo primero que captó su atención fue el Jannu. Yamamoto le gritó: “¡Lo hemos conseguido!”, momentos antes de fundirse en un abrazo con Taneishi.
Tras una cuantas fotos emprendieron inmediatamente el descenso por la misma ruta que habían ascendido. Tres horas más tarde llegaron al punto dónde habían dejado la hamaca y dónde pasarían la noche.
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El 1 de noviembre prosiguieron con el descenso por la misma ruta. A las siete de la tarde, y tras casi treinta rápeles abandonaban la pared. Hidesuke Taneishi y Hiroki Yamamoto han bautizado la nueva ruta simplemente con el nombre de Cara Norte Directa (ED+ 1.500 metros).
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