Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Los Galayos. Oeste clásica a la Aguja Negra

Aguja Negra

Adriano M. Cófreces "Pincho"

0

Los Galayos forman parte de la Sierra de Gredos, y se encuentran en su totalidad en la provincia de Ávila, siendo su afamado Torreón el símbolo de la escalada castellana. La Aguja Negra, con una de las vías más largas de toda la zona centro y, por supuesto de Los Galayos, con casi 300 metros de cuerda, es otro de los referentes en la escalada de aventura, ya no por su dificultad, si no por el ambiente austero y la escasa o nula equipación de sus itinerarios.

Cuando llegas por primera vez y vislumbras el Galayar, el recuerdo que te deja es imborrable: altas y verticales paredes graníticas, de ángulos perfectos. Más de 40 esbeltas agujas, de hasta 300 metros de altura, nos dejarán anonadados, y a los escaladores les provocará esa inquietud que hará que tarden poco en sacar los cacharros de proteger de la mochila. Mochila sudada, sin duda, tras superar los 1.000 metros de desnivel que nos separan de la Plataforma del Nogal, último punto accesible en vehículo y punto inicial de la actividad propuesta.

La base de operaciones, “epicentro” de Los Galayos, la situaremos en el Refugio Victory, estratégicamente ubicado en una plataforma a 1.950 metros de altura, y desde el cual en escasos minutos aproximaremos a las bases de las diferentes agujas. Gestionado por el Grupo Gredos de Montaña desde el año 2010, está en la actualidad regentado por David Bautista, el cual os ofrecerá alojamiento, comidas y bebidas aparte de ser Guía de Montaña y poder contratar sus servicios para escalar por cualquiera de las paredes adyacentes.

Está abierto y guardado a diario en los meses estivales y los fines de semana del resto del año. En caso de no estar el guarda, tiene una parte abierta a disposición de los montañeros.

Roca y equipamiento

Y en cuanto a lo que nos trae a este idílico entorno, la escalada, lo primero que debemos destacar es, sin duda, la roca que nos encontraremos en la actividad. La roca aquí es rugosa y bastante adherente, en vías poco repetidas y a principio de temporada, con manchas de musgo, que harán más interesante la escalada alpina del lugar. También encontraremos multitud de fisuras perfectas y placas lisas como platos de porcelana. En condiciones húmedas habrá que prestar especial atención a las zonas con liquen, pues resbala como si las hubiésemos untado de grasa. 

El equipamiento, escaso, suele ser a base de clavos. Clavos viejos, clavos oxidados, clavos que hubo y ya no hay… No hay que olvidar que prácticamente nadie lleva a escalar clavos. Y mucho menos maza. Con los materiales que tenemos a nuestra disposición hoy en día, prácticamente se puede subir por cualquier vía clásica sin clavar, y eso tiene varias lecturas. Una es que vamos más ligeros y dejamos todo como estaba antes de pasar por allí. Otra es que según se van rompiendo los seguros antiguos, los arrancamos, o simplemente se salen debido a los procesos de frío-calor, nadie los repone. Y ahí es donde nos podemos llevar las sorpresas en este terreno, tanto para escalar las vías como para rapelar por determinados sitios de la montaña.

Mucho cuidado si no vamos sobrados en material, grado y, sobre todo, resolutividad en este tipo de escalada y terreno, pues muchas reseñas de las que pululan por la red y publicaciones hablan de clavos y seguros que ya no existen. La mejor opción es no confiarse y tener previstas las posibles variables en caso de cambio de tornas.

Por otro lado, la escalada protegida con seguros flotantes, como friends y empotradores, es un verdadero placer. Sus fisuras perfectas nos obsequiarán con seguros a prueba de bombas en los que en alguna ocasión puede ser más difícil sacarlos que ponerlos. Independientemente de todo lo dicho, en este tipo de vías y medio, no es ninguna tontería llevar una pequeña maza y algún pitón en el fondo de la mochila. 

La escalada en Los Galayos produce una atracción inevitable, se mire por donde se mire. Aproximaciones y descensos muy cortos una vez instalados o en los alrededores del Refugio Victory, destrepes que no debemos olvidar ni menospreciar… Si son afamados, es por algo. Y es en este terreno es donde notaremos que llevar unas buenas zapatillas de aproximación puede ser muy importante. Ante la duda, no quitarse los pies de gato hasta llegar a suelo firme es una más que razonable opción para evitar algún susto gratuito.

Otro aspecto a tener en cuenta, y que normalmente no tenemos en cuenta, es que Los Galayos son terreno de Alta Montaña. Especialmente a principios de temporada de escalada, y hasta bien entrado junio, podemos encontrar neveros en las canales de acceso a las vías. Neveros endurecidos por la transformación de la nieve y la lluvia, empinados, y con caídas que pueden ser fatales. Informarse con antelación es primordial en aras de la seguridad, y ante la duda, al menos un piolet ligero por cordada para que el primero suba con garantías de progresión y autodetención y asegure al o los segundos, es más que recomendable.

Dicho todo esto, la propuesta en esta ocasión es la Oeste Clásica de la Aguja Negra, una vía que no debería faltar en el currículum de cualquier escalador que frecuente las vías de autoprotección de aventura. En el año 1957, concretamente el 6 de octubre, Salvador Rivas, Pedro Acuña y Francisco Brasas trazaron esta elegante línea por su cara oeste. Sin duda, escalada libre variada, sostenida, con apenas 8 o 10 clavos en todo el recorrido incluyendo reuniones, largos de realización al gusto dada su gran posibilidad de protección y 300 metros de itinerario son motivos más que suficientes para no esperar más a darle un pegue.

GUÍA PRÁCTICA

Aguja Negra. Vía Oeste (285m/MD)

APROXIMACIÓN

De 1 a 3 horas

Desde Guisando (Ávila), seguir la carretera hasta la Plataforma del Nogal, donde dejaremos el coche. Una vez aquí, por camino y senda sin pérdida posible, continuar hasta el refugio Victory superando los 1.000 metros de desnivel en unas 1,5 o 2 horas.

Desde el refugio, donde quizás la mejor opción sea salir equipado, especialmente si hay nevero, tomar la canal que se abre al sur del Torreón, y tras sobrepasar un vivac que hay a la izquierda en una repisa, a unos 50 metros buscar una fisura-chimenea oblicua con un gran hito en la base. Si hay nevero, probablemente nos ahorremos los primeros metros, delicados, y veamos un clavo viejo oxidado con una anilla casera de alambre (de 10 a 15 minutos).

VÍA DE ESCALADA 

Los largos los describiremos según se suelen realizar ahora, con cuerdas de 60 metros, y con sitios cómodos y seguros para montar las reuniones. Independientemente de ello, en todos se pueden acortar y fraccionar los mismos, dependiendo de nuestras ganas, material y capacidades.

Primer largo (60m (+5m), V) 

Tramo inicial vertical, y en ligera diagonal, con un clavo viejo con anilla de alambre a unos metros que marca el inicio y la dirección. Los agarres son peores de lo que parecen desde abajo. Puede estar húmedo a primera hora. En algunas reseñas antiguas le dan una dificultad de III con algún paso de IV. Desde el punto de vista del que escribe este artículo, pensar en pasos de V con tramos de IV-IV+ no está de más, pudiendo atragantarse a los más confiados y justos de grado. 

Una vez superada la primera chimenea, trepar hasta el siguiente resalte, donde podríamos montar una “R” en caso de así quererlo, y si no, seguir unos 15 metros hasta un gran puente de roca con cordinos gruesos, donde montamos nuestra R1. Se controla y oye al compañero perfectamente desde allí. Una vez juntos, trasladar la “R” si queremos por la repisa que tenemos al lado unos 5 metros hasta colocarnos en la vertical de la placa del segundo largo. Recomendable y seguro, el acceso es andando.

Segundo largo (60m, V+)

Probablemente el largo más piado, debido a la placa que inicia la secuencia, que sin ser excesivamente difícil, es muy expuesta. Buscar y navegar bien, hay pies y regletas de sobra, pero no es posible la protección hasta varios metros por encima del suelo, y la caída es a la repisa.

Continuar por un sistema de fisuras hasta un pequeño descanso, donde encontraremos un clavo en forma de tubo de aluminio y un friend viejo abandonado (posible “R” opcional). Continuar en busca del diedro vertical que tenemos encima. Hay algún clavo en el paso clave, que si bien lo cotamos de V+, nos puede sorprender. Salir al final del diedro a la izquierda, y en la repisa montar “R” (2 clavos, universal a la izquierda y plano separado y muy viejo a la derecha, reforzar, 0´5 BD útil).

Tercer largo(55m, V)

Salir por una placa, con varias fisuras que poder seguir y donde asegurarnos, y con algún clavo suelto que nos va indicando el camino. Bordeando un desplome por su derecha, salir al Jardín de los Botánicos, gran repisa y bifurcación de ruta, donde se monta la “R” con material flotante al gusto y cómodo.

Cuarto largo (45m, V)

Salir hacia la izquierda buscando el recorrido más fácil y evidente. Hay varias opciones, pero lo más normal es ir por una corta y bonita bavaresa que nos deja en una serie de repisas a izquierdas que nos llevan a un nicho donde veremos un cordino muy viejo y deteriorado colgado de un dudoso puente de roca. Montar “R” en la repisa.

Se protege muy bien en la base de la vertical con fisureros pequeños y friends medianos. Se ven restos de clavos partidos en las fisuras, buenas para proteger. No se recomienda usar el cordino por lo anteriormente mencionado.

Quinto largo (60m, V+)

“Gran largo”, aéreo, de navegar, de no equivocarse. Salir por las fisuras encima de la repisa, e ir buscando las debilidades. Se protege a dolor al principio.

El punto clave nos lo marca una fisura con dos clavos viejos, donde lo más fácil es pasarse en corta travesía a derechas a la asequible canal que nos lleva hasta la cima. En caso contrario salir recto con algún paso más apretado de IV grado que marcan las reseñas… Montar “R” en alguno de los bloques cimeros.

DESCENSO

Como casi todos los descensos en Los Galayos es delicado. Crestear hacia el norte unos metros (paso fácil expuesto) a buscar a mano izquierda según avanzamos un descuelgue de dos anillas para rapelar o asegurar el destrepe de unos 10 metros. Continuar por la cresta y buscar otro descuelgue de dos anillas donde montaremos un rápel de 30 metros (cuerda de 60 está bien). Hay gente que lo destrepa, pero nosotros no lo recomendamos.

Seguir por los hitos a buscar un collado pequeño que nos lleva a las dos posibles opciones: rápeles hacia la canal de acceso (no se recomienda y no se reseña), y la que marcamos hacia los Espaldares. Salir a la vertiente contraria de Los Galayos, y en un terreno totalmente diferente del otro lado, seguir los hitos entre bloques y matorral bajo la línea de cotas hasta llegar al collado de acceso al Circo de Los Galayos de nuevo. 

MATERIAL NECESARIO

Semáforo de aliens, BD 0,5-4 (0,75-1-2 doblados), juego de empotradores, cintas largas, cuerdas dobles de 60m recomendables. Si llevamos cuerdas más cortas, hay plataformas perfectas para montar reuniones alternativas.

MEJOR ÉPOCA

De mediados de abril a finales de octubre. Según temporadas, la nieve puede desaparecer antes, o encontrarnos incómodos y peligrosos neveros en las canales de acceso o destrepe.

Etiquetas
stats