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El rápel como medio de progresión en una vía

Vía ‘Rabadá-Navarro’, en el Naranjo de Bulnes. © Jorge Lantero

Evaristo Vaz 'Varis'

Cuando nos movemos por pared debemos conocer distintas maniobras para poder progresar, indistintamente de que tengamos información de la vía o no, ya que la maniobra que vamos a explicar a continuación no solo nos puede servir para realizar una vía, si no que puede ser una forma segura para encontrar una línea de rápeles en pared a la que tengamos que aproximarnos o que por alguna razón nos encontremos ante un muro difícil de escalar y proteger, viéndonos obligados a cambiar la dirección y recorrido hasta un lugar que nos permita progresar más fácilmente. La idea es que el primero de cordada siga recorriendo el muro hasta el punto al que queramos llegar de manera que él decida por dónde ir, que seguros debe poner para asegurarse, y por supuesto, prever la seguridad del segundo de cordada. Otro punto muy importante es la manera de colocar todo el material y la forma de proceder para que la cuerda no se quede pillada o encajada.

Las maniobras deberían practicarse antes en un lugar cómodo y próximo al suelo, para aprender cada paso y todo el proceso de la maniobra, ya que en muchas ocasiones no veremos al resto de miembros de una cordada, aunque si se puede intuir cómo evoluciona cada paso para así poder salir airosos de una situación incómoda por falta de información y práctica.

Caso real

A continuación os presentamos un caso verídico. Nos encontramos en la vía Rabadá-Navarro al Naranjo de Bulnes, tras realizar la fantástica travesía y llegar a la reunión vemos que la vía desciende unos 10 metros remontando de nuevo en travesía de derecha a izquierda. Esta información la sabíamos de ante mano pero no siempre es así, por lo que debemos aplicar siempre el mismo criterio de maniobra y progresión. Montamos la reunión normalmente (triangulo de fuerza) y esperamos hasta que llegue el compañero que saldrá en el siguiente largo. Al llegar se prepara como siempre (llevándose todo lo necesario) y nosotros le colocaremos de la manera habitual, salvo que tengamos que bajarnos un poco más respecto a la reunión para poder compensar mejor el peso con nuestro compañero cuando le bajemos. Una vez listo para salir, y habiendo pasado las dos cuerdas por un mosquetón de seguridad del punto central de la reunión, colocaremos un sistema de bloqueo con un cordino por encima del aparato asegurador y sobre las dos cuerdas, para así controlar mejor la bajada del compañero.

Éste puede ser un prusik o machar conectado al anillo ventral o al aparato de aseguramiento (ver foto 1).

Empezamos a descender al compañero hasta la vertical donde comienza la travesía, en caso de ser mucha la distancia entre reuniones es mejor montar reunión y luego continuar la travesía. En este caso real tenemos la certeza que las cuerdas llegan bien por lo que el primero de cordada continúa escalando la travesía y poniendo seguros para asegurarse en caso de caída. En estos casos también tenemos que tomar conciencia del paso de nuestro compañero cuando escale de segundo para asegurar o facilitar su paso (ver foto 2). Una vez llega a la reunión la monta normalmente, recoge toda la cuerda sobrante y fija las cuerdas a la reunión dejando algo de comba para que el compañero pueda maniobrar (ver foto 3).

 

El segundo de cordada se dispone a bajar

Estando anclado a dos puntos desmontará la reunión para dejar más espacio para meter la cuerda por las argollas de la reunión. Sin quitarse el nudo de bloqueo que le mantendrá las cuerdas unidas a él, se desencordará de una de las cuerdas, que pasará por las argollas, de izquierda a derecha en este caso ya que el primero de cordada se encuentra en el lado izquierdo, facilitando así la recuperación de las cuerdas. Se desencordará de la otra cuerda y las unirá por el lado derecho de la reunión. Con esto conseguimos que el nudo quede más hacia fuera, y así, de haber un techo evitaremos que el nudo se atasque en él. Se colocará el descendedor por encima del nudo de bloqueo con una cinta más larga y se dispondrá a bajar. Al llegar a la travesía se puede ayudar a avanzar con el nudo de bloqueo en dirección a la reunión, recuperando todos los seguros del largo. El nudo que solemos emplear para unir cuerdas es el ocho enfrentado ya que es el único nudo que nos garantiza su funcionamiento con cuerdas de distinto diámetro. Una vez en la reunión, cuando vayamos a recuperar las cuerdas, lo mejor es que la cuerda de la que no tenemos que tirar quede por encima de la otra para evitar que se enganche por rozamiento al ser aplastada contra la pared por la cuerda de la que estamos tirando. Esto suele pasar sobre todo los últimos metros antes de pasar por las argollas. (Ver foto 4).

Hay que recordar que la razón por la que ponemos un nudo de bloqueo conectado con un mosquetón al anillo ventral a la hora de descender, no es solo para asegurarnos cuando descendemos, sino que si la reunión no fuese demasiado segura y saltase estaríamos unidos a la otra reunión por medio de las cuerdas que están atadas, quedándonos colgado sobre el último seguro puesto. Debemos tener dos puntos de seguridad siempre que se pueda.

Rápel poleado

Esta maniobra se emplea cuando el segundo de cordada es inexperto o no tiene claro la maniobra a realizar. También sirve para pasar petates de una reunión a otra, o para evitar que la cuerda se atasque en el paso del nudo.

El segundo de cordada tendrá que tener un cabo pasado por las dos argollas en sentido de izquierda a derecha, ya que la siguiente reunión se encuentra a nuestra izquierda y este cabo estará encordado al arnés. El otro cabo seguirá estando conectado al arnés (encordado) con el ocho doble. Realizaremos la maniobra anterior descendiendo como antes con la salvedad que al llegar a la otra reunión nuestro compañero ya tendrá la cuerda pasada por las anillas, simplificando la maniobra (ver foto 5).

Montanos la reunión y recogemos las cuerdas, intentando que la cuerda que hemos pasado por las argollas en la reunión de nuestro compañero quede por encima de la otra que recogimos primero y no se nos enrede al descender a nuestro compañero. En esta misma cuerda podemos ir haciendo nudos de mula (ver foto 6) cada varios metros para que cuando descendamos al compañero con un solo cabo, y en caso de que soltásemos la cuerda, se quedaría presionada con el nudo tope en el asegurador. Esta misma cuerda la colocaremos en el aparato de asegurar pasando el cabo que se dirige hasta nuestro compañero por un mosquetón colocado en el punto central de la reunión. La otra cuerda también la pasaremos por el mosquetón de seguridad que tenemos colocado en el punto central con un aparato de bloqueo tipo Tibloc de manera que podamos recoger cuerda para que quede bloqueada en la dirección del compañero (ver foto 7).

Con esta maniobra conseguiremos bajar al compañero por un cabo, mientras le aproximamos hacia nosotros con el otro cabo. En caso de no tener suficiente cabo cuando demos cuerda a nuestro compañero le podemos seguir asegurando de segundo con el cabo conectado al mosquetón de la reunión con el bloqueador.

Antes de bajar el segundo de cordada desmontará la reunión y colocará una cinta con mosquetones de seguridad o el cabo de anclaje a la cuerda con la que nos van a descender para facilitar la maniobra. Debemos evitar que la cuerda se enganche en ningún techo con laja durante el descenso y la recogida de la cuerda será más fluida.

El primero de cordada tendrá que bajar al compañero con un cabo y recoger el sobrante de la otra cuerda o tirar/asegurar al compañero.

El rápel poleado es una opción que solo se debería emplear para evitar que no se enganchen las cuerdas más que una opción de compañero inexperto ya que esto conlleva grandes peligros. Practicar la maniobra si pensáis ascender por una vía en la que sabéis de antemano que vais a emplear este tipo de maniobra.

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