El Tenerife despide en Oviedo al fantasma del descenso
Un gol de Mellot en el único rapto de claridad del Tenerife acabó en Oviedo con las dudas sobre el futuro blanquiazul. Será una temporada más en la Segunda División, la categoría que mejor le asocia con su historia centenario. El 0-1 en el Carlos Tartiere llegó frente a un rival que jugaba para subir de nuevo al tren de la promoción y acabó desnortado, tantos atacantes en el once que no pudo hacer daño al equipo de Garitano.
El éxito en Oviedo –inédito desde el 0-3 en Elda en el lejano diciembre– coloca al Tenerife en los 49 puntos, una marca con la que virtualmente se salva del riesgo del descenso y debería permitirle cinco partidos para echar el cierre a otra temporada decepcionante al menos con un punto de amor propio que honre el nombre y le reconcilie con su parroquia antes de la pausa veraniega.
Por esta vez, el Tenerife sí fue letal cuando pudo y cuando concedió remates limpios al Oviedo recurrió a la fiabilidad de Soriano en la respuesta a las situaciones al límite. Así, las manos a un tiro lejano de Sebas Moyano (m.56) y a un libre directo lateral, envenenado (m.63) con el que le puso a prueba Colombato, todo cuando los locales andaban desagallados cambiando el orden ofensivo por la mera acumulación de balones al área.
Había aguantado el tercio inicial el Tenerife con un cierto orden, en lo que no daba con la forma de quitarle el balón al rival para dar pausa al partido. Garitano tiró de sorpresas en otro once revolucionado. Löic y Amo como centrales, Mellot en su flanco y Buñuel a pie cambiado. Y de medios hacia arriba, el dúo Ángel-Gallego, con Roberto y Rahmani a los costados de Aitor y Corredera.
La enésima fórmula alternativa bloqueó todavía más la producción ofensiva del Tenerife. Opacado Roberto como cada vez que juega arrumbado a la banda, tan voluntarioso Rahmani como estéril en lo que produce y entregados los pivotes al primer mandamiento de no permitirás el juego del contrario, los puntas se vieron sin pelotas para rematar y el equipo vivió más cerrando líneas que abriéndose espacios.
Carrión ya había sorprendido colocando a Viti como lateral con Paulino por delante, un señuelo para probar a Rozada a banda completa con Buñuel obligado a taparle cuando el cántabro se vino hacia la calle del diez para darle más campo de acción. Llegando por los costados, filtrando por dentro o fiado a lo bueno que puso en el área Colombatto, el Oviedo no tuvo más que un cabezazo de Oier Luengo (m.30) que agarró vencido a Soriano y rebotó en el poste.
Y como en otros partidos donde la espesura envuelve al Tenerife, acabó liberado para romper desde atrás este Mellot que tanto tapa como va sobrado para proyectarse y caer en el área sin marca. Con la primera carrera, asociándose con una pared, estuvo a nada de batir a bocajarro a Leo Román.
En la siguiente, al cabo la única combinación de tres pases bien armada, Mellot acabó de reclamarse como el hombre del partido. Rhamani sacó petróleo de la presión alta, se asoció a la corta con Roberto y descargó a Ángel en lo que el francés se aparecía raudo con toda su banda franca, mal basculados los carballones. Mellot pisó el área con el balón a sus pies, se trabucó en lo que armaba el remate y aunque ya había llegado Viti para taparle, lo hizo blandito, tanto que Mellot no perdonó en el estoque definitivo, un tiro seco que se fue entre las piernas del defensa y al hueco que no pudo tapar Román en el palo largo.
El Tenerife hizo más de lo previsto aguantando el 0-1 hasta la pausa. Y a la vuelta del entreacto, volvió a sufrir por la complacencia con la que vuelve de la caseta y la querencia de Garitano de no mover piezas primero. Antes de la reanudación lo hizo Carrión dando cancha a Masca, un rato de peligro en lo que los blanquiazules armaron una línea de cinco, ya sin Amo, ahora con Sergio y León en línea con Löic.
El 5-4-1 dejó a Ángel como única referencia arriba y obró el efecto de tapar las llegadas del Oviedo con los extremos profundos. Carrión creyó que con más talento y menos músculo –fuera Jimmy por lo de Masca– y otros dos delanteros puros –Bastón y Álex Millán– tendría más fundamentos para encontrar el empate, pero lo cierto es que el Oviedo se fue atiborrando de balones colgados cuando se quedó sin socios para Colombatto.
La entrada de Borja Sánchez, objeto de una pugna con Buñuel en el área en la que el VAR obligó al árbitro a refrendarse en su decisión de que no había algo punible, fue la última bala local. Luego tuvo una postrera Borja Bastón (m.90) que salvó Williams, casi en la línea, con Soriano vendido, más la expresión del desorden con el que el Oviedo fue al rescate de los puntos.
(0) REAL OVIEDO: Leo Román; Viti, Luengo, Dani Calvo, Abel Bretones; Jimmy (Masca, m. 46), Colombatto; Paulino (Lucas, m. 75), Seoane (Borja Sánchez, m. 80), Sebas Moyano (Álex Millán, m. 63); y Alemao (Bastón, m. 63).
(1) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Amo (José León, m. 56), Loic Williams, Aitor Buñuel; Roberto López (Luismi Cruz, m. 68), Álex Corredera, Aitor Sanz, Rahmani (Nacho, m. 68); Ángel (Ethyan, m. 90+2) y Enric Gallego (Sergio González, m. 56).
GOL: 0-1, m.35: Mellot.
ÁRBITRO: Rafael Sánchez López (comité murciano). Expulsó a Asier Garitano (m.90) por protestas. Amonestó a Viti (82’) y Abel Bretones (90+7’) y a los visitantes Buñuel (21’) y Enric Gallego (23’).
INCIDENCIAS: Partido de la trigésimo séptima jornada de la Liga Hypermotion (Segunda División) disputado en el estadio Carlos Tartiere ante 19.875 espectadores, de ellos unos 200 seguidores del CD Tenerife. Los jugadores visitantes lucieron crespones negros en memoria de Luis Gil, director de Competiciones y de la oficina del Jugador de LaLiga y futbolista tinerfeñista en la temporada 06-07.
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