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Canarias no sabe cómo darle salida a la única papa con denominación de origen de España

Papas antiguas de Canarias.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

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Una papa con denominación de origen que no puede salir de las islas. La variedad papas antiguas de Canarias es el único tubérculo en España reconocido por la Unión Europea (desde 2012) por su singularidad, pero no puede ser exportada al resto del país ni al continente. Lo impide la tecia solanivora o polilla guatemalteca, una plaga que se encuentra en el Archipiélago desde 1999 y que puede arruinar una cosecha entera. Ante los riesgos que conlleva, desde 2017 el Gobierno central regula su control y prohíbe la exportación de papa desde el Archipiélago hasta que no sea una zona libre del insecto. Solo una certificación de la Unión Europea (UE) permitiría sortear la barrera fitosanitaria y exportar la única variedad que podría tener demanda en otros lugares. Pero en más de 20 años, las instituciones canarias no han hallado la clave para erradicar la plaga y limpiar el tubérculo o, al menos, no han conseguido que la UE lo valide.

En 2017, el Gobierno de Canarias (Coalición Canaria) aseguró haber hallado un tratamiento efectivo contra la polilla guatemalteca y pedía al Ministerio de Agricultura que permitiera su exportación. Se basaba en una investigación desarrollada entre el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias, la Universidad de La Laguna y el Cabildo de Tenerife. Los trabajos concluyeron que el dióxido de carbono aplicado a la papa en una cámara con atmósfera controlada permitía al tubérculo quedar libre del insecto. 

No se conseguía erradicar la plaga de Tenerife, la isla que más cultivos concentra de papas antiguas, pero el entonces consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, defendía que las papas sometidas a este tratamiento podían ser enviadas al Viejo Continente sin riesgos. Sin embargo, los responsables de la Unión Europea que se desplazaron a Tenerife concluyeron que el procedimiento no era válido. Y el deseo de exportar la papa antigua de Canarias volvió a la casilla de salida. 

Lo explica el consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Corporación Insular, Javier Parrilla: “Se hicieron pruebas, pero hubo problemas porque se daba un porcentaje de la polilla no asumible en la papa por parte de la UE y falló, no fue admitido”. Esto ocurrió “en una fecha anterior a 2019”, asegura Parrilla, que dirige el área tras una moción de censura entre PSOE, Ciudadanos y Podemos presentada a Coalición Canaria en julio de 2019 en la corporación insular tinerfeña. 

Desde entonces, explica que se ha continuado impulsando trabajos de investigación para combatir la tecia solanivora, con el asesoramiento del jefe del servicio técnico de Agricultura y Desarrollo Rural, Domingo Ríos, “una de las personas que más sabe de papa de España”. En concreto, Parrilla expone la colaboración con el Centro Internacional de la Papa de Perú, “uno de los espacios de mayor investigación en el tema de la papa”, para desarrollar un protocolo basado en la técnica denominada Attract and kill

Se trata de un procedimiento que consiste en la aplicación de gotas directamente en las hojas de una mezcla de feromonas e insecticida. “Para atraer y matar” al insecto mediante “trampas”, explica el consejero. “Funciona, pero requiere una disciplina por parte del productor”, añade. Junto a esta técnica, se intenta fomentar la rotación de cultivos, que “enriquece el suelo de forma natural y rompe el ciclo de vida del insecto”. También el riego por goteo, “que es más eficaz y económico” para evitar la continuidad de la polilla.

Parrilla establece una diferencia entre los cultivos del norte y del sur de Tenerife. En municipios como Vilaflor o San Miguel el principal reto es mejorar la calidad del agua, “que contaba con una salinidad exacerbada y una conductividad disparatada”. Con los trabajos realizados y con las lluvias dejadas por la borrasca Filomena, el consejero dice que se “ha limpiado la zona”. En estos espacios, debido a una mayor escasez del recurso hídrico, se emplea el riego por goteo que, junto a la técnica Attract and kill, han conseguido solucionar el foco de polilla que existía. 

Pero “en el norte es más complicado” porque hay mayor incidencia de la polilla. En zonas como en los altos de Los Realejos “se emplea generalmente el riego por aspersión, que favorece la aparición de las plagas”. Por ello, Parrilla ha anunciado que el Cabildo de Tenerife sacará “una ayuda por concurrencia que contribuya a cambiar el sistema por regadío”. Además, se licitará una subvención “para la rotación de cultivos” de papas o cereales. Esto, sumado al Plan Insular de la Papa, supone cerca de 400.000 euros de ayudas para combatir la polilla guatemalteca.

“No son soluciones definitivas. Hay que ser muy disciplinados en la ubicación de los cultivos. Estamos trabajando en trasladar toda la información y fomentar unas prácticas distintas”, aclara Parrila.

La papa antigua en Tenerife

Desde hace una década, la asociación de cosecheros Papa bonita se dedica al cultivo y comercialización del tubérculo con denominación de origen en Icod El Alto. En la actualidad, cultivan 13 de las 29 variedades de las papas antiguas de Canarias en zonas dispersas del municipio tinerfeño de Los Realejos. En alturas que oscilan entre los 700 y los 1.500 metros, van realizando rotaciones de las plantaciones cada año. Judith Delgado, participante en la asociación, explica que está conformada en su mayoría por agricultores dedicados a la papa durante toda su vida, “desde sus tatarabuelos”.

Delgado explica que en Icod El Alto el cultivo de la papa, también denominada de color, cuenta con un arraigo “de 400 años” y se ha convertido en un producto “que se concibe como una exquisitez”. Se demanda, sobre todo, en fechas señaladas, como en Semana Santa, para acompañar el sancocho, o en navidades. 

La asociación Papa Bonita comercializa sus variedades principalmente en “hoteles de lujo, porque se vende a un precio que no compran los hoteles que trabajan con turoperadores ni los restaurantes”. Aunque también vende parte de su producción a grandes superficies, para quienes han creado un envase en el que se especifica la denominación de origen. Además, ayuda a otros productores de la zona a comercializar sus papas al carecer de canales de comercialización.

Durante el confinamiento y el cierre del canal Horeca, Delgado recuerda que se sumaron a comercializar sus productos a través de la web Tenerife Rural “y desde abril fuimos sacando cajitas con bastante éxito”. Además, señala que tuvieron “la suerte” de que dos hoteles abrieron y siguieron comprando papa antigua. “Nunca afectó al precio”, añade. 

Delgado especifica que las variadas que cultiva la asociación “permanecen seis meses en tierra y seis meses en la mesa”, a diferencia de otros tipos, como la papa negra yema de huevo, que tiene un color negro o violeta por fuero y amarillo por dentro. “Es bonita, pero dura cuatro meses en tierra y solo 20 días fuera, esa no la cultivamos”.

La asociación siembra unos mil kilos de semillas y en cada cosecha recogen unos 15.000 kilos de papas. “Pero de esa cantidad, unos 5.000 kilos se suelen tirar por la polilla”, remarca Delgado, aunque hay años que se sitúa “en el 40% de la producción o incluso el 90%”. Desde hace unos dos años aplican un protocolo con ozono “que funciona muy bien” para limpiar el tubérculo. 

Lo lleva a cabo una empresa del municipio de Güimar con experiencia en la erradicación de las termitas de Tacoronte o en el plátano en La Palma “Estamos en conversaciones con el Gobierno de Canarias a través del Ayuntamiento de Güimar para que el protocolo llegue al Estado y se certifique”, manifiesta. Sobre el tratamiento con dióxido de carbono que intentó vender sin éxito el Gobierno canario, Delgado relata que nunca se llegó a poner en práctica en la asociación. 

Sobre la posibilidad de exportar papas antiguas fuera de las islas, Delgado dice que “hay mucha gente interesada porque se venderían a un precio mayor”, pero no es partidaria de llevarlas al mercado peninsular. “No hay suficiente producción para vender en Canarias, si exportamos ni siquiera podríamos consumir aquí”, remarca. Y añade: “El que quiera comer papas antiguas, que venga a Canarias y así tenemos un turismo selecto”.

En cualquier caso, la posibilidad de exportar “dependerá del criterio de la Unión Europea”, subraya el consejero de Agricultura del Cabildo de Tenerife. Y el objetivo que persigue el gobierno de la isla con todas las actuaciones es “conseguir que el sistema de inspección venga y determine que no exista polilla en Tenerife”. La isla ha llegado a tener 3.000 hectáreas y en la actualidad se mantiene en unas 2.500 hectáreas de papas, con una producción de unos 47.000 kilos al año.

Si se consiguiera sacar papas con denominación de origen fuera de las islas, Parrilla indica que lo ideal es que se hiciera a través de “entidades de economía social más que de comercializadores o intermediarios, porque creo que tendría mejor distribución de riqueza”. Sin embargo, es consciente de que cuando se abra la veda de la exportación de un producto que puede tener una alta demanda a un precio alto, “la economía de escala y las grandes entidades intentarían acumular esa riqueza”. Pero desde el Cabildo de Tenerife intentarán “poner bases para que la producción se mantenga, se siga investigando y que dentro de unos años se consiga limpiar la papa de polilla y la UE lo acepte”. 

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