Lo que el acuario esconde (y II)

Hace varias semanas publiqué un artículo con el mismo título, en el que reflejaba algunas de las cifras del acuario que se está construyendo en el istmo de Las Palmas de GC. Pretendo con éste seguir desgranando los costes de este negocio, para dar a conocer los gastos que supone para nuestros bolsillos un proyecto cuyos beneficios serán sólo para el empresario. Siempre que no devenga en negocio frustrado, y como tal, cerrado y abandonado o reflotado con dinero público, como ha ocurrido en Gijon, Cádiz, Sevilla, Pontevedra, Zaragoza o Alicante.

El acuario del Sr. Kiessling obtuvo una subvención amparada en el Real Decreto 169/2008, de 8 de febrero, por el que se delimita la zona de promoción económica en Canarias, por importe de más cuatro millones de euros, tal y como publica el BOE del 7 de diciembre pasado.

A dicha cantidad, hay que añadir -recordemos- seiscientos mil euros que le ahorró a la empresa el gobierno municipal del Partido Popular mediante la exención del 95% en el impuesto de construcción, lo que supone una cifra cercana a los cinco millones de euros. Si añadimos a esto las ayudas indirectas como la pasarela, la plaza pública y el aparcamiento, que se calculan en unos seis millones de euros, vamos ya por once millones, todos ellos con cargo a los fondos públicos, lo que supone más del 50% de la inversión total. Un porcentaje que dudo cumpla con el límite legal que establece el anteriormente citado Real Decreto en el artículo dos párrafo segundo y que impide que un proyecto que se acoja a los incentivos regionales pueda ser beneficiario de otras ayudas financieras si sobrepasan los límites máximos de ayuda establecidos en el Mapa español de ayudas de finalidad regional.

El Acuario se construye además con fondos de Reserva de Inversiones de Canarias, lo que supone que al empresario se le reduce la base imponible del Impuesto de Sociedades hasta un 90% de los beneficios para que los reinvierta en el Archipiélago. Es decir, se ahorra pagar impuestos haciendo otro negocio, a cambio de crear riqueza para las islas, y puestos de trabajo. En el caso del Acuario, concretamente 16 empleos directos según refleja el Boletín Oficial. Francamente, regalarle a Kiessling once millones de euros públicos a cambio de 16 puestos de trabajo, me parece una tomadura de pelo.