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Una alternativa al desempleo juvenil en Canarias

Una vez planteado el escenario, ¿qué alternativas se antojan como las más seguras a la hora de crear empleo de calidad y estable? Voy a tratar de situar mi alternativa dentro del panorama actual pero, ya aviso, que esta “receta” no conseguirá acabar con la dramática situación del desempleo en nuestra comunidad. A lo único que aspiro con estas palabras es a tratar de sortear la siguiente crisis económica (que vendrá, no lo duden?) y a minimizar, en la medida de lo posible, el paro estructural que aqueja a nuestra estructura productiva con las mayores garantías.

Más allá de reformas laborales que, casualmente suelen llegar cuando hay un factor externo que conduce a una precarización laboral (en nuestro caso, la crisis económica que padecemos es el detonante más palpable) y que no crean empleo sino que aprovechan para restringir derechos a los trabajadores, creo que debemos centrarnos en modificar en profundidad el sistema productivo y los sectores de actividad que crean riqueza y empleo en Canarias. ¿Cómo? Con una sencilla palabra. DIVERSIFICANDO. Voy a extenderme un poco más.

Canarias tiene un sector servicios excepcional en cuanto a creación de riqueza se refiere pero, dicha riqueza suele quedarse, en su inmensa mayoría, en unas pocas manos: la de los grandes empresarios. Dicho sector servicios se focaliza, fundamentalmente, en la hostelería y el turismo. No obstante, tengo que reconocer que la idea que alumbró en la posguerra de urbanizar el sur de la isla y fomentar el turismo, sobre todo europeo, fue un gran acierto en su momento y dio de comer a muchas familias pero centrarse en un único sector productivo como vía para sacar de la pobreza a toda una sociedad es un gran error económico y, sobre todo, social.

El sector servicios, tal y como está implantado en nuestra comunidad, es un sector intensivo en mano de obra. ¿Qué significa esto? Pues que suele crear bastante empleo (en las épocas de bonanza económica, claro) de la misma manera que destruye ese empleo con gran rapidez cuando llega la época de la depresión económica que, en el caso de nuestro archipiélago, precede a la depresión social. Es más, dicho empleo que se crea no requiere una gran cualificación a los trabajadores y, por ende, es un tipo de trabajo muy fácil de destruir cuando la situación económica no es favorable.

Fijémonos en un dato objetivo. Canarias tiene una tasa de paro del 34%, Pais Vasco y Navarra bordean el 15%. A las 3 comunidades autónomas se les aplican idénticas normas laborales. ¿Cómo podemos explicar la diferencia en la tasa de desempleo? Es cierto que estamos hablando de dos territorios con un régimen económico y fiscal específico por sus singularidades históricas pero, no es menos cierto, que nosotros también tenemos un régimen económico y fiscal especial debido, sobre todo, a la singularidad de nuestro territorio fragmentado. Entonces, ¿cuál es la diferencia fundamental?

El País Vasco y Navarra también tienen un potente sector turístico, si bien es un turismo diferente al que llega a Canarias (ni siquiera, en la oferta turística diversificamos como debiéramos?) pero, sobre todo, han desarrollado un pujante sector industrial que es su nicho de empleo estable y de calidad, su marca de fábrica en España y en Europa y esa apuesta productiva junto con la cualificación que deben poseer los trabajadores que se empleen en dicho sector de actividad ha motivado unas tasas de desempleo sensiblemente inferiores a la media española. Para muestra un dato, sus estadísticas sobre desempleo en la actualidad son muy similares a las existentes en Canarias en el año 2007, en la época de bonanza económica, mientras la media del estado español rondaba el 8%.

Debemos tener en cuenta que, al contrario que la mayor parte del empleo creado en hostelería y turismo que, ya dijimos que era intensivo y precario debido a la escasa cualificación de los trabajadores, se torna en empleo estable y cualificado cuando hablamos del sector industrial en general. ¿Significa esto que la crisis no afecta a estas comunidades? Por supuesto que las afecta pero la diferencia fundamental estriba en que, a lo largo de la década de los 80 y 90 han invertido en formar y cualificar a sus ciudadanos y en desarrollar sectores de actividad donde esas cualificaciones tuvieran cabida en su mercado laboral. De esta manera, es mucho más difícil que esos puestos de trabajo sean eliminados si la situación económica empeora. Pero, incluso si eso sucediera, siempre les va a resultar mucho más sencillo, reciclarse y encontrar trabajo en otro sector de actividad diferente.

Bueno, ahora que hemos ido desgranando unos cuantos datos, ¿Cuál sería la “receta” ideal para Canarias? Antes que nada, debemos tener en cuenta que no propongo una solución a corto plazo, no propongo la solución a la tasa de desempleo que tenemos ahora, sólo trato de establecer la base para tratar de conseguir que las tasas de desempleo se mantengan en unos límites aceptables incluso en situaciones de crisis económica como la actual. Y una cosa muy importante a tener en cuenta; salir de esta situación va a requerir la colaboración de todos los agentes sociales, trabajadores, empresarios y políticos. Sí, han leído bien, los políticos son parte destacada de mi propuesta. Ahora verán:

El problema de la clase política en Canarias es que las personas que la conforman tienden a comportarse como lo que son, políticos. Es decir, actúan condicionados por las premuras de tiempo para desarrollar políticas que lleven a un éxito temprano pero efímero. Me explico, la confianza de los electores suele otorgarse por períodos de 4 años, en donde la mayor preocupación de los ocupantes de dichos cargos suele ser salir reelegidos en la siguiente convocatoria. Sinceramente, creo que tenemos muchos políticos, pero adolecemos de verdaderos estadistas, de personas que tengan una visión a largo plazo del problema y que aporten soluciones que solucionen dicho problema y no, sólo, lo maquillen.

La clase política tiene que capitalizar el cambio necesario en nuestro tejido productivo para que logremos imbricar educación y formación con empleo pero, para lograrlo, deben pasar de comportarse como “políticos al uso” a convertirse en verdaderos estadistas, en personas que piensen en que la generación futura no lleguen a ser considerada otra “generación perdida” como la actual. Deben superar el horizonte temporal de los 4 años de mandato y ser conscientes de que la solución al problema del desempleo conllevará lustros, tal vez décadas y el objetivo final debe centrarse en que Canarias deje de ser conocida, únicamente, por el turismo y comience a adquirir relevancia en el sector de las energías renovables, verdadero motor del cambio de nuestro tejido productivo y adalid último del fin del desempleo estructural que padecemos.

En suma, debemos cualificar a nuestros jóvenes y formarles en el sector de las energías renovables. Canarias cuenta con unas condiciones climáticas de las más favorables del planeta para el fomento y la gestión de dichas fuentes de energía: solar, fotovoltaica, eólica, hidráulica, etc. Las posibilidades son ilimitadas pero, aunque apostemos por ellas, no generaremos empleo entre los canarios si no les formamos previamente. Y todos sabemos que para conseguir ese objetivo hace falta inversión económica suficiente, voluntad empresarial para que la apuesta por fuentes de energía limpias no se convierta en una moda pasajera y, por último, aunque no menos importante, paciencia por parte de todos ya que, tener a una generación formada y preparada en este sector industrial llevará tiempo, como mínimo 15 o 20 años hasta que empecemos a ver cambios sustanciales en nuestra estructura productiva.

Con la apuesta decidida por las energías renovables conseguiremos ser menos dependientes de las fuentes de energía fósiles, crear empleo cualificado, estable y de calidad y, por último, conseguiremos la necesaria diversificación de nuestro tejido productivo. Creo que la combinación de todos estos beneficios futuros bien merece el esfuerzo de intentarlo. Pero no olvidemos un punto importante. Conseguir que no vuelvan a repetirse cifras de desempleo juvenil como las que venimos sufriendo en nuestro archipiélago es un trabajo que nos incumbe a todos.

* Responsable regional de juventud de UGT Canarias

Mario Regidor*

Una vez planteado el escenario, ¿qué alternativas se antojan como las más seguras a la hora de crear empleo de calidad y estable? Voy a tratar de situar mi alternativa dentro del panorama actual pero, ya aviso, que esta “receta” no conseguirá acabar con la dramática situación del desempleo en nuestra comunidad. A lo único que aspiro con estas palabras es a tratar de sortear la siguiente crisis económica (que vendrá, no lo duden?) y a minimizar, en la medida de lo posible, el paro estructural que aqueja a nuestra estructura productiva con las mayores garantías.

Más allá de reformas laborales que, casualmente suelen llegar cuando hay un factor externo que conduce a una precarización laboral (en nuestro caso, la crisis económica que padecemos es el detonante más palpable) y que no crean empleo sino que aprovechan para restringir derechos a los trabajadores, creo que debemos centrarnos en modificar en profundidad el sistema productivo y los sectores de actividad que crean riqueza y empleo en Canarias. ¿Cómo? Con una sencilla palabra. DIVERSIFICANDO. Voy a extenderme un poco más.