Espacio de opinión de Canarias Ahora
Carotada pepera
Y puestos a pasar cuentas, ni les digo de la deuda acumulada por el Ayuntamiento durante los doce años de gobierno municipal popular y a la que hay ahora que hacerle frente; con la oposición del PP, para más inri. Más hablan quienes más tienen que le digan.
En cuanto a las banderas de Jerónimo Saavedra, debió el PP, antes de meterse con él, averiguar si está justificada o no su adquisición para que ondeen en los mástiles municipales, donde, la verdad, no creo que duren mucho. De todos modos, no parece que los 4.500 euros que le costaron las banderas se aproximen al coste del banderón de Soria que, aparte de la inversión inicial, requería unos gastos de mantenimiento y reposición de aquí te espero. Será que ya no se acuerdan.
Por lo que toca al sillón de Rodolfo Espino, puedo decirles, de primera mano y por experiencia propia, que está dentro de los precios de mercado. Quienes pasamos buena cantidad de horas al día trabajando sentados sabemos lo importante que es para la salud un buen sillón; y que eso es lo que valen, de modo que salir con ésas tan derrochona ex alcaldesa resulta llamativo. O significativo de que ella no es de las que abusan del trabajo sedente. No creo que la maldad pepera alcance al extremo de exigir la vuelta de los duros taburetes de madera en que nuestras abuelas sentaban a las visitas inoportunas para que se fueran pronto. Aclaro, por si acaso, que Espino no se llevó el sillón para su casa; creo, porque, queridísimos míos, hoy ya no se sabe.
Los 3.000 y pico euros del billete de avión de Teresa Morales para ir a Cuba es otra. Es lo que le cuesta a quienes no cuentan con el jet privado de un amigo empresario. Hubiera estado más fino el PP si se pregunta qué se le había perdido a la concejala en el Caribe. Sacar a relucir, además, el empleo de 1.500 euros en material de oficina de la Agencia de Cooperación al Desarrollo, también tiene lo suyo. Ésta no es actividad bien vista por el PP, aunque pienso que lo que realmente le escandalizó fue que se pagara la factura, cosa inaudita cuando gobernaba. Pero donde la maldad pepera se muestra en su esplendor es en la denuncia de los 600 y pico euros que le costara a Morales su estancia en el Meliá Cohiba: pretendía el PP que durmiera al raso, bajo los flamboyanes del Parque Lenin, a merced de los cangrejos de tierra.
En cuanto a las comidas de Sáiz, más o menos lo mismo. Habría que preguntarse, primero, si era de verdad necesario que hiciera jornada continua. Y hasta puede reprochársele que se fuera a un restaurante de lujo. Pero, qué quieren, tampoco cabía exigirle que se aviara con un bocadillo de calamares, con papas arrugadas cuajadas de alioli como guarnición y donut de postre; de los rellenos de crema, claro. En cuanto al supuesto lujo del restaurante, me hubiera gustado que añadieran los populares el nombre del establecimiento; más que nada por si tiene alguna factura pendiente del periodo luzardino, en que tampoco se despachaban las comidas con sandwiches de berros, precisamente.
Total, la misma historia de siempre. O sea, la cara que se gastan Luzardo y compañía. Olvidan que de su gestión viene buena parte de las penurias económicas municipales que han llevado a la subida de impuestos. Cuestión distinta es si esa subida era la única solución, si no había otras que no cargaran sobre las espaldas ciudadanas las consecuencias los doce años de PP. De aquellos polvos, estos lodos. No digo, Dios me libre, que este Ayuntamiento sea una maravilla, que no lo es, pero me parece desvergonzada que se le haga oposición engañando a los menos avisados e informados para largar sin tino y sin mirarse la propia joroba.
Y puestos a pasar cuentas, ni les digo de la deuda acumulada por el Ayuntamiento durante los doce años de gobierno municipal popular y a la que hay ahora que hacerle frente; con la oposición del PP, para más inri. Más hablan quienes más tienen que le digan.
En cuanto a las banderas de Jerónimo Saavedra, debió el PP, antes de meterse con él, averiguar si está justificada o no su adquisición para que ondeen en los mástiles municipales, donde, la verdad, no creo que duren mucho. De todos modos, no parece que los 4.500 euros que le costaron las banderas se aproximen al coste del banderón de Soria que, aparte de la inversión inicial, requería unos gastos de mantenimiento y reposición de aquí te espero. Será que ya no se acuerdan.