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Carta desde la cárcel por Dimas Martín

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Nací rebelde, independiente, orgulloso con ciertas dosis de soberbia, soñaba con ser líder, trabajador de procedencia humilde, defensor y amante de la familia, creyente, no me arrodillo ante nadie salvo ante Dios, repudio a los chaqueteros y adulones, cuando tengo algo que decir lo hago de frente, comprometido con los demás, he tratado de ser justo en mis decisiones aun siendo consciente de no haberlo conseguido siempre.A los treinta y cuatro años, y fiel a mis ideales, me inicié en mi andadura pública, nací político y moriré político. Mi compromiso con la defensa del Nacionalismo Canario, mi rebeldía e independencia, el no dejarme doblegar por otros grandes grupos políticos o económicos con intereses espurios y ser fiel a la Sociedad Lanzaroteño, me ha costado muy caro.El haber ordenado la construcción de un bañadero como alcalde de Teguise en la costa de Guatiza para disfrute de los vecinos del pueblo me llevó a la cárcel. Los especuladores que hacen hoteles, playas artificiales, puertos y viviendas ilegales, destruyendo nuestro dominio público, han sido y son protegidos por los mismos que propiciaron mi condena.La supuesta compra de un voto que nunca se pudo demostrar (porque no existió) me llevó de nuevo a la cárcel. ¡Qué curiosidad! Los directamente beneficiados o responsables de esa supuesta compra fueron jaleados por algunos medios de comunicación y, por supuesto, exculpados por los que tenían la obligación de esclarecer la verdad. Obviamente no se llamaban Dimas Martín. ¿Cuánto ha costado la compra de los tránsfugas del PIL? ¿En qué especia han cobrado?El ordenar en mi calidad de presidente del Cabildo la construcción de unos baños en la Ermita de los Dolores para resolver un problema sanitario de primer orden, me llevó de nuevo a enfrentarme a un procedimiento judicial. Mientras los volcanes de Lanzarote se venden a trozos por algunos políticos sin que aquí pase nada. Y otra vez en la cárcel, esta vez por haber ordenado la compra de la cochinilla de los agricultores de Guatiza y Mala durante el año 1988 para la Comisión de Agricultores, en mi calidad de alcalde de Teguise y consejero de Agricultura del Cabildo de Lanzarote.Diecinueve años después he sido condenado a través de un sumario promovido por Coalición Canaria, los mismo que han intentado ya en dos ocasiones destruir al PIL y que han admitido en sus filas a todos los tránsfugas del mismo. ¿A qué precio?Después de diez años de instrucción, un sumario de 17 tomos, miles de páginas de periódicos escritas con sus respectivos juicios y condenas paralelas, cientos de horas de radio y televisión dedicadas a la presión mediática y centenares de personas llamadas a declarar, al no encontrar nada con base para condenarme, tuvieron que recurrir a dos encausados desleales, tres testigos falsos, socios y familiares de estos encausados para conjuntamente articular la mayor farsa que se ha producido en la Administración de Justicia de nuestra isla con el propósito de engañar al Tribunal y conseguir mi condena. ¿Será casualidad que estos testigos y encausados, después absueltos, sean allegados a Coalición Canaria? ¿A quién beneficia apartarme de la política? ¿Por quiénes están protegidos estos farsantes?Tenían que desprestigiarme, humillarme, destruirme personal y políticamente a través de esta condena injusta y totalmente desproporcionada, para intentar conseguir lo que no pudieron a través de las urnas en los últimos veinte años.He acatado la sentencia y cumplo la condena con toda la entereza y dignidad de las que soy capaz. Me da fuerza el saber que soy inocente, aunque me gustaría que alguien me explicara qué daño he hecho y a quién o a quiénes.Permitan que les diga que nunca me imaginé que mi rebeldía, mi independencia, el haberme dedicado a cumplir con mi obligación de defender los intereses de Lanzarote por encima de cualquier otro, el preocuparme por realizar cientos de obras que ahí están y que no voy a enumerar ahora, preocuparme de los jóvenes y su formación trayendo la universidad y otorgando becas, preocuparme de la agricultura, de la pesca, del bienestar de la tercera edad, traer pruebas internacionales como el Ironman, realizar ferias como Agropesca entre otras, no calificar ni un metro de terreno, más bien todo lo contrario, descalificar millones de metros en los Jables de Famara ara su conservación y otros tantos logros. Repito, nunca me pude imaginar que esto me pudiera llevar a ser linchado políticamente y vivir la situación que estoy viviendo.Tampoco tuve la esperanza de que conmigo se hiciera justicia. Yo ya estaba condenado por algunos periodistas/jueces que defienden y se deben a todo lo contrario de lo que defiendo yo. Ellos representan a los poderes económicos especulativos de nuestra isla y de Canarias. Nada nuevo en nuestro horizonte, “la Justicia no es igual para todos”.A los intrusos indomables como yo, en este mundo intocable de grupos políticos y empresariales que obran con total impunidad en el expolio de nuestro territorio, no nos queda más esperanza que la de ser condenados.Que los canarios, y especialmente los lanzaroteños, hagan memoria y se pregunten: ¿cuántos casos de verdadera corrupción de decenas o cientos de millones de euros se han denunciado en los últimos años en Canarias? Muchísimos, ¿verdad? ¿Cuántos se han llevado a los tribunales? ¿Quiénes han sido condenados? Ninguno. ¿Quiénes son?En los últimos meses hemos asistido a la reacción de aquellos políticos y empresarios que han sido citados por los Tribunales, uniéndose para defender sus interese comunes, al mismo tiempo que usaron el Parlamento, algunos ayuntamientos y cabildos para, vulnerando la legislación que esas mismas instituciones nos dieron, facilitar el encubrimiento de las corruptelas por las que han sido denunciados. ¿Recuerdan algún procedimiento abierto a políticos en Canarias que terminara con alguna condena?Para ejemplo de la sociedad canaria, ya condenaron a Dimas Martín, deben sentirse orgullosos.Jamás sospeché que fueran mis propios compañeros, aquellos a los que di todo para que llegaran a los puestos que ahora ostentan, los que me traicionaran de una forma tan vil, y mucho menos que fueran los colaboradores necesarios para mi encarcelamiento.Tampoco imaginé que para que te consideren honrado en política tienes que ser desleal, traidor, tránsfuga, cómplice de especuladores, pactar con ellos los desarrollos urbanísticos, recalificar terrenos, tener empresas propias que trabajen para las instituciones que representas o enriquecerte desmesuradamente desde tu cargo electo, pero después de haber visto en la inauguración de la Casa Cabildo de Lanzarote a nuestro presidente del Gobierno de Canarias abrazando y legitimando a quienes representan todo esto en nuestra isla, mis dudas se han disipado.Y por último me gustaría que me contestaran. ¿Cuántos alcaldes han sido condenados por deudas a la Seguridad Social? ¿A cuántos empresarios se les han pedido responsabilidades por desviar a la construcción de complejos turísticos subvenciones concedidas por nuestro Gobierno para ser dedicadas a la pesca y a otros sectores? ¿A cuántas empresas públicas creadas por el Gobierno de Canarias se les ha enjuiciado por los cientos de millones de pesetas que pierden al año?Como decía recientemente un ilustre fiscal de la Audiencia Nacional, creo, además, que de forma muy acertada: “Para cometer un delito hay que tener voluntad de cometerlo y después cometerlo”. Mi única voluntad fue trabajar siempre de buena fe.Soy consciente de haber cometido errores, por los que pido perdón, pero ninguno que justifique el calvario que me están haciendo vivir para no enfrentarse a mí en unas elecciones limpias y libres. Éstas del 27 de mayo no lo serán.Soy del pueblo y con él es con quien me identifico. Él dará en su momento su último veredicto.Un cariñoso abrazo.Tahíche a 10 de mayo de 2007

Dimas Martín

Nací rebelde, independiente, orgulloso con ciertas dosis de soberbia, soñaba con ser líder, trabajador de procedencia humilde, defensor y amante de la familia, creyente, no me arrodillo ante nadie salvo ante Dios, repudio a los chaqueteros y adulones, cuando tengo algo que decir lo hago de frente, comprometido con los demás, he tratado de ser justo en mis decisiones aun siendo consciente de no haberlo conseguido siempre.A los treinta y cuatro años, y fiel a mis ideales, me inicié en mi andadura pública, nací político y moriré político. Mi compromiso con la defensa del Nacionalismo Canario, mi rebeldía e independencia, el no dejarme doblegar por otros grandes grupos políticos o económicos con intereses espurios y ser fiel a la Sociedad Lanzaroteño, me ha costado muy caro.El haber ordenado la construcción de un bañadero como alcalde de Teguise en la costa de Guatiza para disfrute de los vecinos del pueblo me llevó a la cárcel. Los especuladores que hacen hoteles, playas artificiales, puertos y viviendas ilegales, destruyendo nuestro dominio público, han sido y son protegidos por los mismos que propiciaron mi condena.La supuesta compra de un voto que nunca se pudo demostrar (porque no existió) me llevó de nuevo a la cárcel. ¡Qué curiosidad! Los directamente beneficiados o responsables de esa supuesta compra fueron jaleados por algunos medios de comunicación y, por supuesto, exculpados por los que tenían la obligación de esclarecer la verdad. Obviamente no se llamaban Dimas Martín. ¿Cuánto ha costado la compra de los tránsfugas del PIL? ¿En qué especia han cobrado?El ordenar en mi calidad de presidente del Cabildo la construcción de unos baños en la Ermita de los Dolores para resolver un problema sanitario de primer orden, me llevó de nuevo a enfrentarme a un procedimiento judicial. Mientras los volcanes de Lanzarote se venden a trozos por algunos políticos sin que aquí pase nada. Y otra vez en la cárcel, esta vez por haber ordenado la compra de la cochinilla de los agricultores de Guatiza y Mala durante el año 1988 para la Comisión de Agricultores, en mi calidad de alcalde de Teguise y consejero de Agricultura del Cabildo de Lanzarote.Diecinueve años después he sido condenado a través de un sumario promovido por Coalición Canaria, los mismo que han intentado ya en dos ocasiones destruir al PIL y que han admitido en sus filas a todos los tránsfugas del mismo. ¿A qué precio?Después de diez años de instrucción, un sumario de 17 tomos, miles de páginas de periódicos escritas con sus respectivos juicios y condenas paralelas, cientos de horas de radio y televisión dedicadas a la presión mediática y centenares de personas llamadas a declarar, al no encontrar nada con base para condenarme, tuvieron que recurrir a dos encausados desleales, tres testigos falsos, socios y familiares de estos encausados para conjuntamente articular la mayor farsa que se ha producido en la Administración de Justicia de nuestra isla con el propósito de engañar al Tribunal y conseguir mi condena. ¿Será casualidad que estos testigos y encausados, después absueltos, sean allegados a Coalición Canaria? ¿A quién beneficia apartarme de la política? ¿Por quiénes están protegidos estos farsantes?Tenían que desprestigiarme, humillarme, destruirme personal y políticamente a través de esta condena injusta y totalmente desproporcionada, para intentar conseguir lo que no pudieron a través de las urnas en los últimos veinte años.He acatado la sentencia y cumplo la condena con toda la entereza y dignidad de las que soy capaz. Me da fuerza el saber que soy inocente, aunque me gustaría que alguien me explicara qué daño he hecho y a quién o a quiénes.Permitan que les diga que nunca me imaginé que mi rebeldía, mi independencia, el haberme dedicado a cumplir con mi obligación de defender los intereses de Lanzarote por encima de cualquier otro, el preocuparme por realizar cientos de obras que ahí están y que no voy a enumerar ahora, preocuparme de los jóvenes y su formación trayendo la universidad y otorgando becas, preocuparme de la agricultura, de la pesca, del bienestar de la tercera edad, traer pruebas internacionales como el Ironman, realizar ferias como Agropesca entre otras, no calificar ni un metro de terreno, más bien todo lo contrario, descalificar millones de metros en los Jables de Famara ara su conservación y otros tantos logros. Repito, nunca me pude imaginar que esto me pudiera llevar a ser linchado políticamente y vivir la situación que estoy viviendo.Tampoco tuve la esperanza de que conmigo se hiciera justicia. Yo ya estaba condenado por algunos periodistas/jueces que defienden y se deben a todo lo contrario de lo que defiendo yo. Ellos representan a los poderes económicos especulativos de nuestra isla y de Canarias. Nada nuevo en nuestro horizonte, “la Justicia no es igual para todos”.A los intrusos indomables como yo, en este mundo intocable de grupos políticos y empresariales que obran con total impunidad en el expolio de nuestro territorio, no nos queda más esperanza que la de ser condenados.Que los canarios, y especialmente los lanzaroteños, hagan memoria y se pregunten: ¿cuántos casos de verdadera corrupción de decenas o cientos de millones de euros se han denunciado en los últimos años en Canarias? Muchísimos, ¿verdad? ¿Cuántos se han llevado a los tribunales? ¿Quiénes han sido condenados? Ninguno. ¿Quiénes son?En los últimos meses hemos asistido a la reacción de aquellos políticos y empresarios que han sido citados por los Tribunales, uniéndose para defender sus interese comunes, al mismo tiempo que usaron el Parlamento, algunos ayuntamientos y cabildos para, vulnerando la legislación que esas mismas instituciones nos dieron, facilitar el encubrimiento de las corruptelas por las que han sido denunciados. ¿Recuerdan algún procedimiento abierto a políticos en Canarias que terminara con alguna condena?Para ejemplo de la sociedad canaria, ya condenaron a Dimas Martín, deben sentirse orgullosos.Jamás sospeché que fueran mis propios compañeros, aquellos a los que di todo para que llegaran a los puestos que ahora ostentan, los que me traicionaran de una forma tan vil, y mucho menos que fueran los colaboradores necesarios para mi encarcelamiento.Tampoco imaginé que para que te consideren honrado en política tienes que ser desleal, traidor, tránsfuga, cómplice de especuladores, pactar con ellos los desarrollos urbanísticos, recalificar terrenos, tener empresas propias que trabajen para las instituciones que representas o enriquecerte desmesuradamente desde tu cargo electo, pero después de haber visto en la inauguración de la Casa Cabildo de Lanzarote a nuestro presidente del Gobierno de Canarias abrazando y legitimando a quienes representan todo esto en nuestra isla, mis dudas se han disipado.Y por último me gustaría que me contestaran. ¿Cuántos alcaldes han sido condenados por deudas a la Seguridad Social? ¿A cuántos empresarios se les han pedido responsabilidades por desviar a la construcción de complejos turísticos subvenciones concedidas por nuestro Gobierno para ser dedicadas a la pesca y a otros sectores? ¿A cuántas empresas públicas creadas por el Gobierno de Canarias se les ha enjuiciado por los cientos de millones de pesetas que pierden al año?Como decía recientemente un ilustre fiscal de la Audiencia Nacional, creo, además, que de forma muy acertada: “Para cometer un delito hay que tener voluntad de cometerlo y después cometerlo”. Mi única voluntad fue trabajar siempre de buena fe.Soy consciente de haber cometido errores, por los que pido perdón, pero ninguno que justifique el calvario que me están haciendo vivir para no enfrentarse a mí en unas elecciones limpias y libres. Éstas del 27 de mayo no lo serán.Soy del pueblo y con él es con quien me identifico. Él dará en su momento su último veredicto.Un cariñoso abrazo.Tahíche a 10 de mayo de 2007

Dimas Martín