Espacio de opinión de Canarias Ahora
Cosas que no se entienden
La idea es transmitir que el hecho de haber sido ministro (y que pueda volver a serlo) nada significa; mientras, lo caracterizan de repelente niño Vicente que no quiere sino estar en Madrid, obviando, claro, su curriculum académico, profesional y mal que les pese, político. Hacen ver que entró en el Gobierno de España porque faltaba uno, él pasaba por allí y lo metieron dentro. Increíble.
Pero voy a lo que interesa. Supongamos que son ciertas las invectivas: ¿cambia eso la realidad de la situación política canaria que él denuncia? Eso es lo importante y lo que alarma a quienes tienen motivos para alarmarse: Aguilar dijo lo que saben y piensan los ciudadanos, que le hicieron ganar las elecciones, con 26 diputados. Hay corrupción y una administración autonómica penosa, al margen de que Aguilar caiga bien, mal o medio pensionista.
Tampoco entiendo o entiendo demasiado que cada vez que menciono al macho Soria me salgan con la manía que le tengo. Porque, se la tenga o no, los hechos están ahí: Soria fue ocho años alcalde de Las Palmas (más cuatro de Luzardo); los suficientes para saber la putada que acaba de hacerle a la ciudad al dejar en veremos la ley de Capitalidad; para agradar a sus socios áticos y fastidiar a Saavedra evitando que Las Palmas de Gran Canaria acceda a fondos que necesita. Y encima se permite decir que el cabreo del alcalde fue cosa de su nerviosismo (?) en vísperas del Congreso del PSC del fin de semana. Como si nos chupáramos el dedo.
La ley de Capitalidad está abocada al fracaso, a lo que se ve. Cosa que debía saber Miguel Zerolo, que ni asistió a la reunión. Para qué si dispone de otros conductos: en la legislatura pasada obtuvo Santa Cruz 50 millones para el tranvía y 5 millones más para cultura; Las Palmas siguió con lo puesto. No entro ni salgo en lo que obtengan otros, pero sí digo que a Soria no le importa dañar a la ciudad que gobernó con tal de vengarse e impedir que Saavedra salga airoso. Nada difícil, visto sus antecesores en el crago. Y a lo que iba: ATI ya tiene en Gran Canaria nuevo palanganero. Enhorabuena.
La idea es transmitir que el hecho de haber sido ministro (y que pueda volver a serlo) nada significa; mientras, lo caracterizan de repelente niño Vicente que no quiere sino estar en Madrid, obviando, claro, su curriculum académico, profesional y mal que les pese, político. Hacen ver que entró en el Gobierno de España porque faltaba uno, él pasaba por allí y lo metieron dentro. Increíble.
Pero voy a lo que interesa. Supongamos que son ciertas las invectivas: ¿cambia eso la realidad de la situación política canaria que él denuncia? Eso es lo importante y lo que alarma a quienes tienen motivos para alarmarse: Aguilar dijo lo que saben y piensan los ciudadanos, que le hicieron ganar las elecciones, con 26 diputados. Hay corrupción y una administración autonómica penosa, al margen de que Aguilar caiga bien, mal o medio pensionista.