Espacio de opinión de Canarias Ahora
Por un crecimiento azul
El Consejo de la Unión Europea adoptó el pasado 19 de noviembre, unos días antes de la Cumbre del Clima celebrada en Madrid, las Conclusiones sobre los Océanos y los Mares, en las que destaca “que el cambio climático es una amenaza directa y existencial para la vida en los océanos y los mares de todo el mundo”. El Consejo también insta a “que se refuercen las medidas estratégicas en todos los niveles de gobernanza con el fin de proteger los ecosistemas marinos y costeros”.
El organismo comunitario observa con preocupación las crecientes amenazas que afectan al medio marino y a las zonas costeras, así como el calentamiento de los mares regionales europeos, que se está produciendo a un ritmo superior a la media. Son datos especialmente graves si tenemos en cuenta que el océano genera el 50% del oxígeno de la Tierra y absorbe el 25% de todas las emisiones de CO2 y es el sumidero de carbono más grande del planeta. Estas conclusiones están extraídas del Informe especial sobre el océano y la criosfera en un clima cambiante, elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
En consonancia con estas conclusiones, el Consejo pide a la Comisión Europea que elabore un plan estratégico de acción a este respecto que debería incluir la utilización sostenible de los recursos marinos, el desarrollo de una economía azul sostenible así como de los sectores relacionados con los océanos (como transporte marítimo, etc.). También debe mejorar la coordinación en seguridad marítima, reducir los desechos marinos, en particular, los residuos plásticos y microplásticos, garantizar la salud y la resiliencia de los océanos y proteger la biodiversidad de los ecosistemas marinos y costeros vulnerables. En esa importante estrategia se deben fortalecer la investigación y las ciencias oceánicas y proteger el Ártico y las regiones ultraperiféricas y los países y territorios de ultramar, dado que estos son especialmente vulnerables al cambio climático.
Tenemos que actuar decididamente y este archipiélago anclado en medio del Atlántico debe ponerse a la vanguardia de estas acciones para proteger el mar, para garantizar nuestro futuro. Pero hoy me interesa especialmente reflexionar sobre la última recomendación, que afecta directamente a Canarias. Somos un territorio archipielágico cuyas costas tienen una longitud total de 1.583 kilómetros. Para nosotros el mar es una cuestión fundamental de supervivencia, tanto desde el punto de vista medioambiental como económico e incluso de seguridad ciudadana. A lo largo de los últimos años he venido explicando las diferentes acciones que el actual gobierno del Cabildo de Gran Canaria está realizando dentro de su estrategia de mitigación y adaptación al cambio climático, en especial aquellas referidas a la transición energética, el ahorro y la eficiencia, la reducción en la generación de residuos y su gestión integral, la movilidad sostenible o las reforestaciones. Pero contamos asimismo con una estrategia para el fomento de la economía azul que se enmarca dentro de la estrategia climática pero que también busca diversificar la economía de la isla en uno de los sectores con más potencial de desarrollo futuro.
El impulso de una economía azul sostenible es vital para el desarrollo de nuestro planeta y de nuestras islas. Para hacernos una idea de su importancia, en el año 2017 generó en la UE más de 4 millones de empleos y 658 mil millones de euros de facturación. Además, en Canarias tenemos potencial para implantar casi todos los sectores innovadores de este tipo de economía, como son la energía eólica marina, energía oceánica (olas y mareas), la bioeconomía azul y biotecnología, la pesca sostenible y la desalinización.
En la iniciativa Bioasis hemos aglutinado un conjunto de acciones orientadas al desarrollo de la Biotecnología Marina y la Acuicultura promoviendo la investigación experimental y el desarrollo de empresas relacionadas con este sector en la isla de Gran Canaria. Este proyecto es impulsado por el Cabildo de Gran Canaria a través de la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria y también cuenta con la colaboración del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, a través del Banco Español de Algas y el Instituto Universitario ECOAGUA, y la Fundación Parque Científico Tecnológico de la ULPGC, es decir, las principales instituciones científicas de la isla.
Los primeros pasos de esta iniciativa se han centrado en la acuicultura y en la biotecnología de algas. La acuicultura sostenible es un complemento a la pesca tradicional, que nos permite dotarnos de pescado de calidad y de kilómetro 0 sin sobreexplotar los recursos pesqueros. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), reconoce su contribución a la seguridad alimentaria. A través del Instituto Universitario de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos de la ULPGC se realiza la I+D y la formación centrándose en la alimentación, la mejora genética y la diversificación de especies de interés.
Pero la acuicultura no se reduce a la producción de alimentos, sino que el cultivo de algas tiene un amplísimo rango de aplicaciones como materia prima en las industrias cosmética, farmacéutica e incluso como fertilizantes del suelo. La biotecnología de algas tiene potencial para crear en Canarias una industria innovadora. Por el momento el Banco Español de Algas tiene en la isla la principal colección nacional de microalgas y cianobacterias, además de ofrecer servicios de catalogación de cepas de algas con alto valor comercial.
Para favorecer la generación de esta industria, el Cabildo de Gran Canaria, en colaboración con el ITC, cuenta con instalaciones para investigar y optimizar el cultivo industrial de microalgas, que están optimizadas para empresas. En esta línea daremos un salto de gigante cuando esté en marcha el área experimental de Arinaga, que incluye la incubadora de alta tecnología y biotecnología azul, una infraestructura pionera en Europa con gran potencial para atraer nuevas iniciativas empresariales. A esta se sumaría el Área Experimental de Gáldar, que además de en la acuicultura y biotecnología marina estaría focalizada en la economía circular.
Desde el punto de vista económico estamos hablando de una importantísima inversión que parte de los 10,5 millones de euros que el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades ha transferido al Cabildo para impulsar el desarrollo de la economía azul en la Isla. El área de Arinaga lleva aparejada una inversión de 4,5 millones de euros y la de Gáldar unos 3 millones contando las diferentes partidas. A esto habría que sumar con 2,1 millones de euros de subvención a la ULPGC para invertir en infraestructuras, equipamiento y proyectos estratégicos y 1,8 millones de euros al ITC para infraestructuras, equipamiento y contratación de tres investigadores vinculados a su Departamento de Biotecnología.
De momento esto ha supuesto la contratación de 34 personas entre personal investigador y técnicos altamente cualificados, además del empleo que se genere en la construcción de ambas áreas y las posibilidades de desarrollo futuro de una industria innovadora y altamente competitiva, así como de captación de inversiones privadas y de los fondos europeos destinados a la transición ecológica e infraestructuras verdes. También apoyaremos la creación en el Polo Marino de Taliarte de un Grado Dual (FP +Universidad) en Productos de la Acuicultura para preparar a nuestros jóvenes para las ofertas de empleo futuras.
Otro de los sectores en auge dentro de la economía azul son las energías marinas, tanto la mareomotriz como la energía eólica “off-shore” que permite generar más energía a costes inferiores en que en tierra. Para ello hemos firmado un convenio con la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN), un consorcio público de investigación puntero cuya plataforma de investigación pueden observar fondeada a escasos metros de la costa de Telde. Esta colaboración tiene como objetivo potenciar la economía azul para duplicar su aportación al PIB canario del 6% al 12%. Y es que el Cabildo quiere estar más cerca de la PLOCAN, un banco de ensayos para tecnología oceánica avanzada único en el mundo.
Pero para que el desarrollo sostenible de la economía azul sea posible tenemos que proteger nuestro litoral, y una de sus principales amenazas son los vertidos incontrolados de aguas sin depurar. En ese sentido tenemos que decir que Gran Canaria ha hecho su trabajo, que depura el 99% de sus vertidos. Además con los casi 17 millones de euros destinados a las obras de ampliación y renovación de la planta depuradora y el emisario submarino de Bocabarranco, en el municipio de Gáldar, vamos a dar solución a uno de los principales problemas a este respecto, que además permitirá reabrir la playa para disfrute ciudadano.
Desde el Cabildo estamos potenciando, de forma estructurada, el crecimiento azul con una gobernanza inteligente, centrada en la sostenibilidad y basada en el conocimiento y la innovación. La promoción y defensa de un uso sostenible del océano es una prioridad para Gran Canaria. La gestión del océano significa administrar sus recursos conservándolos, y al mismo tiempo logrando que sean productivos, seguros y limpios, como un activo ambiental y económico fundamental. Constituye uno de los pilares fundamentales del proyecto de ecoisla, esto es, la transformación paulatina del actual modelo de desarrollo insular, excesivamente dependiente del turismo y los servicios hacia otro más autocentrado, sostenible, innovador y generador de empleo de calidad.
El Consejo de la Unión Europea adoptó el pasado 19 de noviembre, unos días antes de la Cumbre del Clima celebrada en Madrid, las Conclusiones sobre los Océanos y los Mares, en las que destaca “que el cambio climático es una amenaza directa y existencial para la vida en los océanos y los mares de todo el mundo”. El Consejo también insta a “que se refuercen las medidas estratégicas en todos los niveles de gobernanza con el fin de proteger los ecosistemas marinos y costeros”.
El organismo comunitario observa con preocupación las crecientes amenazas que afectan al medio marino y a las zonas costeras, así como el calentamiento de los mares regionales europeos, que se está produciendo a un ritmo superior a la media. Son datos especialmente graves si tenemos en cuenta que el océano genera el 50% del oxígeno de la Tierra y absorbe el 25% de todas las emisiones de CO2 y es el sumidero de carbono más grande del planeta. Estas conclusiones están extraídas del Informe especial sobre el océano y la criosfera en un clima cambiante, elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).