Delitos, los que hay

Logró que Rajoy lo excluyera y el alcalde Madrid anunció que dejará la alcaldía y la política después de las elecciones con lo que, seguramente, la nueva alcaldesa será Ana Botella, la esposa de Aznar.

En definitiva: Rajoy se ha decantado por el sector duro del partido, el vinculado a la jerarquía eclesiástica y a la Cope, la radio de los obispos, que no para de darle caña a Gallardón. Se ha deshecho de uno de sus principales activos electorales y no parece que la incorporación de Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa, baste para llenar el agujero.

En Canarias, como se esperaba, José Manuel Soria no se presentará a las elecciones. No le conviene tal y como está el patio. La posibilidad de que Rajoy no gane lo reduciría a la oscura condición de diputado de la oposición y lo debilitaría en la presidencia regional del PP. Es lógico que prefiera seguir de vicepresidente del Gobierno y consejero de Hacienda, cargos a los que tendría que renunciar de ir al Congreso. Mas vale pájaro en mano que ciento volando.

Y en medio de esta movida, Paulino se descuelga con un Consejo de Gobierno cuasi monográfico sobre seguridad. Para los paulineses, las estadísticas sobre delitos facilitadas por la Delegación de Gobierno son sólo “propaganda política” y se atiene a la memoria del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), que registra un incremento del 6,39 por ciento en las diligencias abiertas por delitos.

Uno, comprenderán, no está en disposición de saber si la Delegación del Gobierno ha retocado sus datos en plan propagandístico, como asegura el Gobierno. Pero, la verdad, no creo que sea la información facilitada por el TSJC sobre el aumento de diligencias prueba de nada. Porque muy bien pudiera ocurrir que ese incremento de las diligencias no refleje, como ha dicho el consejero Ruano, una aumento real de la delincuencia sino que la Policía ha sido más eficiente y ha aumentado la cifra de asuntos esclarecidos con la puesta de sus autores a disposición judicial. Propaganda a la contra es la figura.

Logró que Rajoy lo excluyera y el alcalde Madrid anunció que dejará la alcaldía y la política después de las elecciones con lo que, seguramente, la nueva alcaldesa será Ana Botella, la esposa de Aznar.

En definitiva: Rajoy se ha decantado por el sector duro del partido, el vinculado a la jerarquía eclesiástica y a la Cope, la radio de los obispos, que no para de darle caña a Gallardón. Se ha deshecho de uno de sus principales activos electorales y no parece que la incorporación de Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa, baste para llenar el agujero.