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Día del Trabajador y de la Limpiadora del Techo de Cristal

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“Respecto a la serie de afirmaciones que se han hecho esta tarde contra el voto de la mujer, he de decir, con toda la consideración necesaria, que no están apoyadas en la realidad. Tomemos al azar algunas de ellas. ¿Que cuándo las mujeres se han levantado para protestar de la guerra de Marruecos? Primero: ¿y por qué no los hombres?”.

O ¿dónde están las feministas? Se me ocurre esta derivación de la pregunta de Clara Campoamor cada vez que hay una injusticia mundial. Las mujeres sufrimos 'violencia laboral' o acoso por razón de sexo en el trabajo, un tipo más de violencia machista. Si bien hombres y mujeres sufrimos acoso laboral, a las mujeres nos golpea en mayor índice y con más virulencia porque se suma el hecho de ser mujeres. Ahí también estamos las feministas, luchando cada día por que las cifras del paro, de la EPA y de la precariedad no nos golpee a nosotras siempre más que a los hombres. Luchamos por la igualdad en el mundo laboral y la pregunta es ¿por qué no los hombres?

La respuesta es clara: por la pérdida de privilegios. El privilegio de tener los mejores puesto en cuanto a remuneración, reputación, privilegios, prestigio y posibilidad de capacitarse y ascender. Estas fratrías cojoneras siguen compinchadas para cubrirse y ocuparse de colocarse entre ellos. Si se produce un movimiento ascendente o de colocación eléctrica (entiéndase enchufe), un hombre pondrá a otro hombre y mantendrán, así, los puestos de trabajo.

“¿No refluye sobre ellas toda la consecuencia de la legislación que se elabora aquí para los dos sexos, pero solamente dirigida y matizada por uno? ¿Cómo puede decirse que la mujer no ha luchado y que necesita una época, largos años de República, para demostrar su capacidad? Y ¿por qué no los hombres?”

La capacidad. Para ascender, ocupar un puesto de cierta relevancia tienes que demostrar tu capacidad más que un hombre. Es una frase tan hecha como la realidad que la sustenta. Somos las cuestionadas, escrotadas (perdón, ya me entienden), y castigadas ante cualquier responsabilidad porque, oh demonios, no te equivoques, serás ridiculizada y tu error será el advenimiento del apocalipsis. Demostrar cada día la capacidad y, ¿por qué no los hombres?

“Tenéis el derecho que os ha dado la ley, la ley que hicisteis vosotros, pero no tenéis el derecho natural fundamental, que se basa en el respeto a todo ser humano, y lo que hacéis es detentar un poder; dejad que la mujer se manifieste y veréis como ese poder no podéis seguir detentándolo?”

Clarísimo. Si la mujer se manifiesta lo que estamos viendo es que termina en la calle. Ustedes tienen un plan de Igualdad (si lo tienen) debajo de El Marca y menos respetado que un discurso de Ciudadanos. Cuando las mujeres hablamos se cae el castillo de naipes donde se estructuran los privilegios patriarcales (heteros y homos, por eso no es heteropatriarcal) históricos que detentan. Esto sigue siendo así. “Miserable, ayer dominador, envuelto en tus harapos desprecias cuanto ignoras”, decía Machado. Ayer y hoy: hombres de 20 y 30 años ya cuentan con un “padrino” que les va enseñando cómo maltratar laboralmente a una mujer como única manera de asegurarse su privilegio y ascenso laboral. Será tu jefe machista en el futuro.

“Sólo en virtud de un derecho que habéis (perdonadme la palabra, que digo sólo por su claridad y no con espíritu agresivo) detentado, porque os disteis a vosotros mismos las leyes; pero no porque tengáis un derecho natural para poner al margen a la mujer”. 

A veces a mí también se me escapa pedir perdón a un hombre cuando le corrijo. Espero no volver a hacerlo. Pedirle perdón, digo. Felicidades, pues, en el día, semana, mes y año del trabajador a todos ellos, porque sólo ellos tienen motivos de celebración. Yo por mi parte termino el artículo y me voy, que el techo de cristal no se limpia solo.

“Respecto a la serie de afirmaciones que se han hecho esta tarde contra el voto de la mujer, he de decir, con toda la consideración necesaria, que no están apoyadas en la realidad. Tomemos al azar algunas de ellas. ¿Que cuándo las mujeres se han levantado para protestar de la guerra de Marruecos? Primero: ¿y por qué no los hombres?”.

O ¿dónde están las feministas? Se me ocurre esta derivación de la pregunta de Clara Campoamor cada vez que hay una injusticia mundial. Las mujeres sufrimos 'violencia laboral' o acoso por razón de sexo en el trabajo, un tipo más de violencia machista. Si bien hombres y mujeres sufrimos acoso laboral, a las mujeres nos golpea en mayor índice y con más virulencia porque se suma el hecho de ser mujeres. Ahí también estamos las feministas, luchando cada día por que las cifras del paro, de la EPA y de la precariedad no nos golpee a nosotras siempre más que a los hombres. Luchamos por la igualdad en el mundo laboral y la pregunta es ¿por qué no los hombres?