Espacio de opinión de Canarias Ahora
La diplomacia del español
Comienzo mi artículo de esta semana reflexionando sobre la desconocida importancia de nuestro idioma y nuestras culturas en África y la influencia que, desde la diplomacia pública y el trabajo académico y cultural, se puede conseguir en ese territorio. Creo que, en ocasiones, no somos conscientes de la belleza, ductilidad y capacidad de seducción de lengua y cultura, herramientas que no necesitan prácticamente de nosotros y que van conquistando corazones a lo largo y ancho del mundo. Sin aparente esfuerzo por nuestra parte, fútbol, música, literatura o telenovelas van haciendo el trabajo de difusión, además de sistemas educativos que dan una preponderancia a nuestro idioma en África, y estoy convencido de que el reconocimiento de su relevancia y una apuesta decidida por nuestra parte pueden lograr unos resultados aun más espectaculares, que nos sorprenderán a todos.
Es un tema sobre el que ya escribí en otras ocasiones. En concreto, en 2019, explicaba que entre millón y medio y dos millones de africanos estudiaban español en aquel momento. Este dato convertía a la región subsahariana en la tercera en aporte de alumnado de español al concierto mundial de la hispanidad. También señalaba en aquella ocasión que el español es lengua oficial tanto de la Unión Africana como de Guinea Ecuatorial, país en el que el 74% de la población lo tiene como lengua materna. En el caso ecuatoguineano, subrayé que cuenta con dos centros culturales españoles y que tiene su propia academia de la lengua para su variante del español. Añado a esta información el hecho de que contamos en España con intelectuales, hispanistas y escritores de ese país (y otros, como Benín o Senegal) que contribuyen a dar brillo y renovar nuestra lengua y entre los que destaco a Donato Ndongo.
Los datos de la propagación del español en África subsahariana han mejorado en los años transcurridos desde que escribí esas palabras. De hecho, Casa África trabaja este año en la revisión, actualización y publicación de “La enseñanza del español en África Subsahariana”, continuación de un proyecto del mismo nombre que ya editamos en 2016, dirigido por el académico Javier Serrano y que ya confirmaba la excelente salud de nuestro idioma en algunos territorios de África negra. Aquel libro, que editamos en complicidad con el Instituto Cervantes y otros socios, recogía aportaciones de 35 hispanistas y documentaba la situación de la enseñanza del español en los 27 países subsaharianos donde la presencia del español era reseñable. Confío totalmente en que la nueva edición de este documento de referencia arrojará datos aun mejores en una región que ya cuenta con un Instituto Cervantes en Dakar, un Aula Cervantes en Abiyán y, sobre todo, el interés y la pasión de embajadas que hacen un trabajo realmente impagable en la promoción de nuestro idioma, gracias a clubes de lectura y escritura, ciclos de cine y actividades culturales de todo tipo.
Una vez dicho todo esto, me gustaría precisar que los verdaderos héroes en lo que se refiere a la promoción del español en tierra africana son, en mi opinión, los profesores africanos. Entusiastas, motivados, enamorados de nuestro país, suelen ser también profesionales bien formados, aunque con carencias y necesidad de recursos. Gente que consagra su vida al estudio y la enseñanza de nuestra lengua, prácticamente sin nuestro apoyo, que ejerce de embajadores de nuestro país de alguna manera y que merece un respaldo por nuestra parte.
Así lo constatamos en el primer encuentro de hispanistas que celebramos en Casa África, en 2019, y su continuación, en Madrid, en 2021. Y estoy seguro de que así seguirá siendo a finales de este año 2023, cuando acojamos el tercer encuentro de estas características, que viene a reunir nuevamente a africanistas e hispanistas africanos y lanzar proyectos para contribuir a la salud del español y su promoción en África subsahariana.
Ya hace mucho tiempo que colaboramos con el Instituto Cervantes y que nos ofrecemos para apoyarles en todas aquellas iniciativas que pueden ayudar al robustecimiento y el crecimiento del español en África subsahariana. Fruto de nuestro convenio y nuestra cooperación, las actividades y las ideas se suceden a buen paso. Sin ir más lejos, en este mes de febrero, colaboramos con el Cervantes y la Dirección General del Español en el Mundo de nuestro ministerio, el de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, en un curso teórico-práctico de actualización lingüística, cultural y pedagógica para profesores de español como lengua extranjera. Este curso se celebró en Alcalá de Henares y contó con la participación de una treintena de profesionales de Senegal y Costa de Marfil: profesores de español en activo, examinadores del diploma oficial de español DELE e inspectores. El curso fue diseñado e impartido por profesores del Instituto Cervantes. La dirección corría a cargo de Teresa Alonso Cortés, formadora de profesores en el Instituto Cervantes de Alcalá de Henares y profesora de ELE en el Instituto Cervantes de Dublín. Contaba con otras dos formadoras, Adelaida Gil Martínez y Conchi Rodrigo, y abarcaba todos los aspectos de la comunicación en español, léxico, gramática y cultura, la evaluación, herramientas para la docencia y una propuesta pedagógica.
Esta iniciativa pretendía, como su título indica, trabajar en la actualización lingüística, cultural y pedagógica de los docentes y constituía una oportunidad de oro para revisar principios pedagógicos a la luz de los últimos avances en metodología de la enseñanza de lenguas en Europa. Duró una semana y se realizó en plena inmersión, en contacto directo con la lengua y la cultura españolas, complementado con actividades culturales ofrecidas por el ayuntamiento de Alcalá de Henares, cómplice de lujo que se esforzó en dar a conocer todos los aspectos de interés del municipio a sus invitados, gracias a diferentes rutas sobre su patrimonio cultural, la literatura y su pasado romano.
Sentí una enorme alegría y un tremendo orgullo al finalizar el curso, el viernes pasado, cuando pude ver una foto de los profesores marfileños que lo realizaron, compartida por el embajador de España en su país, Rafael Soriano, en Twitter. Españolas y marfileños posaban alrededor de la bandera del país africano, felices por el trabajo realizado, en una calle de Alcalá. El embajador había publicado poco antes una imagen suya en la asamblea general de la Asociación de Profesores de Secundaria de Español de Costa de Marfil, que se reunía en la capital del país, destacando que se trata del país africano con mayor número de estudiantes de español #ELE (casi 600.000).
Me hace feliz comprobar, una vez más, que el español nos reúne y une, que puede servir para loables propósitos comunes relacionados con el conocimiento y la cooperación. Esas caras sonrientes de personas enamoradas de la cultura y del ámbito educativo son, para mí, prueba palpable del nuevo tipo de relación que queremos forjar con el continente africano y una promesa de todo lo bueno que está pasando y que está por venir.
Comienzo mi artículo de esta semana reflexionando sobre la desconocida importancia de nuestro idioma y nuestras culturas en África y la influencia que, desde la diplomacia pública y el trabajo académico y cultural, se puede conseguir en ese territorio. Creo que, en ocasiones, no somos conscientes de la belleza, ductilidad y capacidad de seducción de lengua y cultura, herramientas que no necesitan prácticamente de nosotros y que van conquistando corazones a lo largo y ancho del mundo. Sin aparente esfuerzo por nuestra parte, fútbol, música, literatura o telenovelas van haciendo el trabajo de difusión, además de sistemas educativos que dan una preponderancia a nuestro idioma en África, y estoy convencido de que el reconocimiento de su relevancia y una apuesta decidida por nuestra parte pueden lograr unos resultados aun más espectaculares, que nos sorprenderán a todos.
Es un tema sobre el que ya escribí en otras ocasiones. En concreto, en 2019, explicaba que entre millón y medio y dos millones de africanos estudiaban español en aquel momento. Este dato convertía a la región subsahariana en la tercera en aporte de alumnado de español al concierto mundial de la hispanidad. También señalaba en aquella ocasión que el español es lengua oficial tanto de la Unión Africana como de Guinea Ecuatorial, país en el que el 74% de la población lo tiene como lengua materna. En el caso ecuatoguineano, subrayé que cuenta con dos centros culturales españoles y que tiene su propia academia de la lengua para su variante del español. Añado a esta información el hecho de que contamos en España con intelectuales, hispanistas y escritores de ese país (y otros, como Benín o Senegal) que contribuyen a dar brillo y renovar nuestra lengua y entre los que destaco a Donato Ndongo.