Espacio de opinión de Canarias Ahora
De elecciones anticipadas y demás historias jodidas
Yo tampoco sé a qué viene esta digamos reflexión mía de la que solo puedo decirles que me senté al teclado y salió sola. Acababa de oír al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quejarse de que el Gobierno no llega a final de mes y pegué a revolver papeles en busca de eso, un cuadro o un gráfico, algo que reflejara la de veces que el tremendismo gubernamental para subrayar las grandes responsabilidades de Zapatero (el legado, ya saben) le ha mandado para arriba a la prima de riesgo. No di con nada que relacionara con claridad lo uno y lo otro, pero, así y todo, tengo el pálpito de que la seguridad con que Montoro proclamó el miércoles pasado que el Gobierno no tiene un duro puso ayer a la malamañada parienta vendida al oro del Berlín en los 611 puntos.
Lo de Montoro que les digo ocurrió durante la presentación al Congreso del último atraco con la relación de atracados. Y hablo de presentación por la moda que ha sacado Rajoy de gobernar mediante decretos de sí o sí, sin dar información ni explicaciones más allá del legado psocialista. La derechona ha sustituido en la vida parlamentaria el debate por la mera presentación de sus disposiciones traducidas del alemán con el que se jodan famoso en el frontispicio. Fue tal mi desazón que dejé a Montoro con la palabra en la boca sin advertir que Rajoy no estaba en su escaño. Como a esa hora no hay fútbol, comprendí que fue su intención dejar solo al ministro de bolsillo, el que lo es de Hacienda, y que estuvo todo el tiempo detrás de la puerta esperando el momento de entrar a cumplir con el trámite de votar.
Entonces recordé lo pesado que se puso el PP reclamándole a Zapatero elecciones anticipadas y se me ocurrió que la pretensión se basaría en análisis rigurosos que les habrían enseñado lo suficiente para percatarse de que con más razón debería anticiparlas ahora Rajoy. Ya han comenzado algunos a plantearlo y también hay quienes proponen un referéndum de aceptación o de rechazo del que se jodan. De las putadas del otro día para que los bancos reciban las perras del rescate, por ejemplo, no se conocen siquiera las condiciones a que quedamos obligados los de a pie, que seremos los paganinis.
Del deterioro democrático que están provocando ni les cuento porque el PP poco sabe de esas cosas. Rajoy accedió a La Moncloa mediante engaños y mentiras y una vez dentro puso todo su esmero en hacer lo contrario de lo prometido para sorpresa de quienes no quisieron creernos a quienes barruntábamos malo; aunque, a fuer de sinceros, nos quedáramos cortos pues quién iba a imaginar que emularía al que habitó entre nosotros en su gusto por los decretos acatados en posición de firmes. No sabe el PP que clave principal de la democracia es el respeto a las minorías y no el derecho a llevárselas por delante con una mayoría obtenida, encima, con engaños.
Por eso no entienden las movilizaciones en la calle. Las del jueves fueron multitudinarias y en toda España. El rechazo va a más y llegará el momento, para mí llegó ya, de diferenciar entre legalidad y legitimidad. Porque el Gobierno es legal pero casi ha agotado su legitimidad, si es que le queda. Resulta difícil ahora mismo encontrar a alguien que confiese haber votado PP. Como ya indiqué, a los engaños y mentiras para llegar a La Moncloa siguió la forma de gobernar por decreto y se encuentran los peperos con un clamor in crescendo en la calle que no consideran significativo porque son muchos más los millones de españoles que no se han manifestado y a los que molesta tanta revoltura, como dijo la delegada del Gobierno en Madrid. Prepárense para la represión.
Las elecciones anticipadas y el referéndum sobre la jodienda comienzan a verse como opciones. La otra es la sustitución de Rajoy y sus inútiles por individuos del propio PP más competentes, que le pongan el cascabel al gato, restituyan en Europa el respeto a los españoles y que sea por último Merkel la que jodida.
P.S.- Con la columna terminada, me entero de que Valencia ha solicitado el rescate. Es de las comunidades donde los saqueos de la derechona han sido más intensos. Y es, no lo olviden tampoco, la Comunidad a la que los peperos ponían, por orden de aparición ante el micrófono, como ejemplo de administración maravillosa de su partido, el que han extendido a toda España. Especial énfasis, recuerden, puso Rajoy que juró públicamente a Camps que estaría con él arriba, abajo, adelante o atrás en una especie de yenka desvergonzada.
Yo tampoco sé a qué viene esta digamos reflexión mía de la que solo puedo decirles que me senté al teclado y salió sola. Acababa de oír al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quejarse de que el Gobierno no llega a final de mes y pegué a revolver papeles en busca de eso, un cuadro o un gráfico, algo que reflejara la de veces que el tremendismo gubernamental para subrayar las grandes responsabilidades de Zapatero (el legado, ya saben) le ha mandado para arriba a la prima de riesgo. No di con nada que relacionara con claridad lo uno y lo otro, pero, así y todo, tengo el pálpito de que la seguridad con que Montoro proclamó el miércoles pasado que el Gobierno no tiene un duro puso ayer a la malamañada parienta vendida al oro del Berlín en los 611 puntos.
Lo de Montoro que les digo ocurrió durante la presentación al Congreso del último atraco con la relación de atracados. Y hablo de presentación por la moda que ha sacado Rajoy de gobernar mediante decretos de sí o sí, sin dar información ni explicaciones más allá del legado psocialista. La derechona ha sustituido en la vida parlamentaria el debate por la mera presentación de sus disposiciones traducidas del alemán con el que se jodan famoso en el frontispicio. Fue tal mi desazón que dejé a Montoro con la palabra en la boca sin advertir que Rajoy no estaba en su escaño. Como a esa hora no hay fútbol, comprendí que fue su intención dejar solo al ministro de bolsillo, el que lo es de Hacienda, y que estuvo todo el tiempo detrás de la puerta esperando el momento de entrar a cumplir con el trámite de votar.