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La equis soriana

1) Henríquez está imputado. Cierto. Pero no fue detenido, no se le fijó fianza y no se registró su domicilio y oficina, como ocurriera con otros imputados; de lo que deduzco que el juez no lo considera “principal”, por más que insista Soria de acuerdo con el manual del perfecto pepero. Ya conocen eso de la mentira repetida mil veces para hacerla pasar por verdad. 2) La Consejería de Industria, regentada por Luis Soria, controlaba el concurso eólico. Caco era y es militante psocialista, aparte de presidente de CANARIASAHORA, el periódico que destapó las irregularidades del concurso un año antes de que la Justicia actuara. Un periódico que el macho ha tratado de cerrar por Tierra, Mar y Aire. Ante una consejería pepera, con el macho vengativo de uñas y sin ocupar cargo público alguno, es absurdo pensar que Caco podría influir en algún sentido y convertirse en centro de la trama. Soria cree eso, que somos idiotas. 3) La clave, para mí, fue que Megaturbinas renunciara a concursar. Era una empresa pública participada por el Cabildo que preside el macho; por el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), dependiente de la Consejería de Luis Soria; y por la Autoridad Portuaria, cuyo presidente, Arnáiz, reconoció públicamente estar a lo que ordenara Soria. Éste tenía, pues, en sus manos todos los resortes y bazas para imponer su voluntad. El despido de un cargo directivo que osó oponerse, al que ha tenido Soria que readmitir por orden del juez, fue lo que descubrió el pastel. 4) Megaturbinas dio el paso atrás y se le ordenó informar a la empresa de los Esquível, recién creada para concursar. Uno de los Esquível era casero del macho. Al saberse que no pagaba los alquileres del chalet, supimos que la esposa de Soria, cual modesta y atribulada viuda de posguerra, iba cada mes vencido a abonar en persona el alquiler con el dinero prieto dentro de un pañuelo anudado. Mientras, los Esquível se garantizaban, mediante contrato con la Autoridad Portuaria, el 3,5% de los beneficios de los generadores, caso de no ganar el concurso. Estupendo.5) Podría aludir a otros extremos, pero bastan los expuestos para asegurar que, en efecto, Soria no es el “señor X”: la equis representa incógnita y si de letras se trata, le van mejor alfa y omega. Y 6) Ustedes habrán de reflexionar qué se desprende de los hechos expuestos. Por mi parte, como soy optimista a pesar de todo, creo que se acabó la impunidad de los mandarines. Que así sea y lo veamos.

1) Henríquez está imputado. Cierto. Pero no fue detenido, no se le fijó fianza y no se registró su domicilio y oficina, como ocurriera con otros imputados; de lo que deduzco que el juez no lo considera “principal”, por más que insista Soria de acuerdo con el manual del perfecto pepero. Ya conocen eso de la mentira repetida mil veces para hacerla pasar por verdad. 2) La Consejería de Industria, regentada por Luis Soria, controlaba el concurso eólico. Caco era y es militante psocialista, aparte de presidente de CANARIASAHORA, el periódico que destapó las irregularidades del concurso un año antes de que la Justicia actuara. Un periódico que el macho ha tratado de cerrar por Tierra, Mar y Aire. Ante una consejería pepera, con el macho vengativo de uñas y sin ocupar cargo público alguno, es absurdo pensar que Caco podría influir en algún sentido y convertirse en centro de la trama. Soria cree eso, que somos idiotas. 3) La clave, para mí, fue que Megaturbinas renunciara a concursar. Era una empresa pública participada por el Cabildo que preside el macho; por el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), dependiente de la Consejería de Luis Soria; y por la Autoridad Portuaria, cuyo presidente, Arnáiz, reconoció públicamente estar a lo que ordenara Soria. Éste tenía, pues, en sus manos todos los resortes y bazas para imponer su voluntad. El despido de un cargo directivo que osó oponerse, al que ha tenido Soria que readmitir por orden del juez, fue lo que descubrió el pastel. 4) Megaturbinas dio el paso atrás y se le ordenó informar a la empresa de los Esquível, recién creada para concursar. Uno de los Esquível era casero del macho. Al saberse que no pagaba los alquileres del chalet, supimos que la esposa de Soria, cual modesta y atribulada viuda de posguerra, iba cada mes vencido a abonar en persona el alquiler con el dinero prieto dentro de un pañuelo anudado. Mientras, los Esquível se garantizaban, mediante contrato con la Autoridad Portuaria, el 3,5% de los beneficios de los generadores, caso de no ganar el concurso. Estupendo.5) Podría aludir a otros extremos, pero bastan los expuestos para asegurar que, en efecto, Soria no es el “señor X”: la equis representa incógnita y si de letras se trata, le van mejor alfa y omega. Y 6) Ustedes habrán de reflexionar qué se desprende de los hechos expuestos. Por mi parte, como soy optimista a pesar de todo, creo que se acabó la impunidad de los mandarines. Que así sea y lo veamos.