Espacio de opinión de Canarias Ahora
El fascismo está aquí
No olvidemos el contexto. En el paraíso noruego del petróleo, una potencia económica de apenas 5 millones de habitantes, el segundo país del mundo por su renta per cápita con una población con las necesidades básicas satisfechas, con unos servicios sociales ejemplares. Desde su ombligo los noruegos veían la crisis pasar. En la línea de los otros países escandinavos, Noruega también ha hecho gala de ser uno de los países que más ha aportado de sus presupuestos a la cooperación internacional.
Pero siempre hay gente con miedo. En su ensayo El miedo a la libertad el psicoanalista Erich Fromm habla de las causas sicológicas del ascenso del nazismo de Alemania. Cuenta Fromm como Hitler y los suyos se valieron de los miedos de la baja clase media alemana para construir un discurso que fabricó el enemigo perfecto. En un contexto de crisis económica en los años 30 del siglo XX similar al actual se creó un discurso basado en el peligro exterior, en las diferencias del otro, en aquel contexto el retrato del enemigo convirtió en protagonistas a los judios. Hoy vemos que la criminalización del inmigrante se está extendiendo en los países nórdicos, después de vivir el endurecimiento de las leyes de extranjerías europeas y el auge de los populistas Sarkozy y Berlusconi que ganaron las elecciones con discursos xenófobos.
El Partido del Progreso de Noruega publicó una nota de prensa a las pocas horas de la masacre en la isla de Utoya. Anders Behring fue dirigente de las juventudes de su partido en su comarca. El Partido del Progreso logró el respaldo del 22 % de los electores en las elecciones legislativas de 2009, fue la segunda fuerza política. En septiembre de 2010 la ultraderecha regresó al Parlamento sueco después de veinte años de ausencia. En Finlandia el partido de los Verdaderos Finlandeses se convirtieron en la tercera fuerza política en las últimas elecciones. Uno de los últimos informes políticos de los servicios de inteligencia noruegos destacaba que “en nuestro país no representan ningún peligro para la seguridad las fuerzas de extrema izquierda ni las de extrema derecha”. Pues ahí tienen a Aders, con su manifiesto, su coche bomba, su balacera. ¿Alguien se puede creer que actuó solo?¿Alguien es capaz de afirmar que no hay relación entre el auge de la ultraderecha y la masacre de Utoya?
El discurso político del asesino noruego es muy conocido en España. Podría ser un tertuliano más en Intereconomía, un columnista en Libertad Digital o editorialista de El Día.. Hasta sus ataques a Zapatero o a la ministra Carme Chacón parecen copiados de las columnas de Federico Jiménez Losantos. La asociación constante entre terrorismo y musulmanes llevó a algunos diarios a dar por hecho que había sido un atentado de fundamentalistas islamistas. Pero resulta que el asesino no rezaba a Alá, sino a Jesucristo. Existe el fundamentalismo cristiano, que es igual de peligroso, y eso es bueno que lo tengan en cuenta los cristianos que criminalizan a los musulmanes, que los confunden con Al Qaeda. Ahora no debemos cometer el mismo error. Algunos publicaron que el atentado terrorista en Utoya y en Oslo fue realizado por una organización islamista. Pero no, el enemigo estaba en casa. Y los propios noruegos reconocen que eso es más grave todavía, que para eso no estaban preparados.
La ultraderecha entra cada noche en nuestra casa a través de la televisión, los vemos bramando contra la inmigración, contra la alianza de civilizaciones, contándonos que los musulmanes se han hecho dueños de España. En las tertulias gatunas vemos a Mario Conde dándonos las recetas económicas ideales y a Soria repartiendo vino de Lanzarote, y entre receta y copas, van soltando perlas fundamentalistas y poniendo a Berlusconi como modelo de gobernante. Tertulianos que criminalizan a inmigrantes, homosexuales y transexuales, al movimiento 15 M. Muchos de sus comentarios, como el editorial golpista de El Día, violan el del código penal español. Pero no interviente nadie. La fiscalía no existe. En el gobierno canario se le acaba de dar la viceconsejería de Inmigración al CCN, un partido que en sus campañas electorales ha usado el discurso del miedo a los inmigrantes. Y, nosotros, como los noruegos, seguimos felices en nuestro sofá mientras algún joven se lo cree todo y, quién sabe, si está preparando la munición contra algún grupo de enemigos externos.
PD: Este lunes en El Correíllo, entrevisté a Juan Fernando López Aguilar, que es citado en su manifiesto por Anders Bering Breivik Decía López Aguilar que en el Parlamento europeo hay cien escaños ocupados por partidos ultraderechistas. En el mismo Parlamento donde se prohibió a Bildu dar una rueda de prensa, en la misma Europa donde la ultraderecha forma parte de varios gobiernos.
Juan GarcÃa Luján
No olvidemos el contexto. En el paraíso noruego del petróleo, una potencia económica de apenas 5 millones de habitantes, el segundo país del mundo por su renta per cápita con una población con las necesidades básicas satisfechas, con unos servicios sociales ejemplares. Desde su ombligo los noruegos veían la crisis pasar. En la línea de los otros países escandinavos, Noruega también ha hecho gala de ser uno de los países que más ha aportado de sus presupuestos a la cooperación internacional.
Pero siempre hay gente con miedo. En su ensayo El miedo a la libertad el psicoanalista Erich Fromm habla de las causas sicológicas del ascenso del nazismo de Alemania. Cuenta Fromm como Hitler y los suyos se valieron de los miedos de la baja clase media alemana para construir un discurso que fabricó el enemigo perfecto. En un contexto de crisis económica en los años 30 del siglo XX similar al actual se creó un discurso basado en el peligro exterior, en las diferencias del otro, en aquel contexto el retrato del enemigo convirtió en protagonistas a los judios. Hoy vemos que la criminalización del inmigrante se está extendiendo en los países nórdicos, después de vivir el endurecimiento de las leyes de extranjerías europeas y el auge de los populistas Sarkozy y Berlusconi que ganaron las elecciones con discursos xenófobos.