Fútbol: España campeona. Reina de rojo. Momento triunfal y memento mori

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Fue con la izquierda que la Roja marcó el triunfo mundial del equipo femenino de España. Y la reina Letizia vestida de rojo rompió los protocolos y se sumó al equipo de triunfadoras.

Nos encontramos ante un triunfo futbolístico del equipo nacional femenino de España, pero es más que eso, al menos eso esperamos muchos: es el comienzo de una época de ayudas al deporte femenino. Los deportes y los triunfos no son cosa exclusiva de hombres, sino también de las mujeres hasta no hace mucho discriminadas y excluidas del futbol, así como de otras actividades deportivas. 

Se sea monárquico o republicano se puede saludar el gesto espontáneo de la reina Letizia y las infantas de saltarse los protocolos del rango monárquico y saltar físicamente al campo uniéndose a las mujeres triunfadoras. Y esta ocasión me incita a saltar también al terreno de la reflexión cultural-política que se suele ignorar en estos casos. 

El entrenador Jorge Vilda ha dicho: “Este equipo ha creído y somos campeones del mundo”, señalando así un punto clave, creer en sí mismos, “la confianza en el triunfo propio” y no caer en el derrotismo frente a las dificultades.

Y ha comentado eufórico: “Es difícil de describir. Siento una inmensa alegría. Estoy orgullosísimo de este equipo. Este equipo ha creído y somos campeones del mundo. Estoy muy feliz. Vamos a empezar a celebrar”. Y con él y con el equipo de féminas ha celebrado prácticamente toda España.

Jenni Hermoso, entre lágrimas, tras el partido, ha dicho: “Llevábamos mucho tiempo intentando imaginar esto. Somos campeonas del puto mundo. No puedo ni explicar como nos sentimos. Hemos jugado como hemos querido y lo hemos conseguido”. Y el puto mundo las aclama. A ellas y a una pleyade de mujeres: españolas, inglesas, americanas, europeas, asiáticas, latinas o africanas. Un ejemplo: Aitana es la mejor jugadora del Mundial y Mary Earps, la portera inglesa, se lleva el Guante de Oro.

No está de más recordar que la mayoría de estas mujeres han pasado por etapas duras en su vida privada y deportiva, debido a la discriminación estructural contra las mujeres en general y en especial por practicar un deporte que era de la exclusividad del machismo.

La mayoría de ellas pasó por conflictos familiares y personales. Por ejemplo, había dicho Cata Coll, la defensora de la portería campeona, al Diario de Mallorca: “Para poder seguir mis metas, con 18 años me fui de casa. Nunca había vivido sola y soy de un pueblo pequeño en el que todo el pueblo es como tu familia. Me daba respeto salir, pero tenía que tomar una decisión y la tomé”. Como si de un capricho del destino se tratase, años después le llegaría la oportunidad de poder fichar por el Barcelona y poder ser compañera de la personalidad femenina que había sido su referente, Sandra Paños.

Durante mucho tiempo ser segunda portera en un gran equipo no suele ser sinónimo de acumular minutos en el terreno de juego. Por eso, en su primer año fue cedida al Sevilla Fútbol Club. Al volver al Barcelona pudo sustituir a Paños, la entonces portera titular del club y de la selección, en algunos partidos de la temporada cuando ésta tuvo que retirarse por las lesiones que sufrió. Y a esta mallorquina, representante involuntaria de la plurinacionalidad y del pluriliguismo de España, se le brindó la oportunidad de demostrar su capacidad evitando que los balones enemigos entrasen en la puerta española.

Triunfo y muerte: alegría y lágrimas

Los comentarios futbolísticos hablan de la entrada en la inmortalidad del equipo de España. Unos hablan de la varita mágica de Olga Carmona, que marcó el gol del triunfo.

Cuando los emperadores y generales romanos desfilaban ante su pueblo en carro descubierto después de una Victoria, en ese momento del triunfo, un esclavo sostenía sobre sus cabezas una corona de laurel y les susurraba al oído: recuerda que eres mortal: memento mori. La costumbre servía para recordar a los triunfadores que no eran dioses, ni inmortales.

Esta verdad romana y bélica no parece limitarse al campo bélico. Y ha sido precisamente en los minutos triunfales que la presencia de nuestros muertos y de nuestro recuerdo por ellos estuvo presente. 

En el minuto 29 de la primera parte de la gran final del Mundial de fútbol femenino sucedió: Olga Carmona apareció por la banda izquierda para recibir el balón dentro del área y lanzar un proyectil cruzado al segundo poste que supuso el primer gol del Partido y el gol definitivo del triunfo.

En aquellos momentos Olga Carmona se sube la camisa y muestra otra interior que lleva un nombre: 'Merchi'. Era el nombre de la madre de una amiga, fallecida también durante esta última semana. Olga, en un gesto de amistad hacia un ser querido. Olga no sabía nada de su padre. El gol que puso a España de pie frente a las pantallas de televisión vio un mensaje dedicado a la madre fallecida recientemente de una amiga, 

Es inevitable recordar que tal gesto entra en el más puro estilo conmemorativo como hizo Andrés Iniesta en el Mundial del 2010 en Sudáfrica. La Carrera loca del cerebro futbolístico español que acababa de clavar un derechazo ganador de la Copa del Mundo para España, algo que recuerdan los aficionados al futbol. “Dani Jarque siempre con nosotros”. Andrés Iniesta celebró el tanto que consagraba a España mundialmente quitándose la camiseta para enseñar un mensaje que rezaba: “Dani Jarque siempre con nosotros”. Dani era el jugador del Español que falleció durante la gira de verano de su equipo en Italia a causa de una asistola cardiaca.

“Esta victoria va para ella”, decía Olga tras el pitido final. Sin apenas poder hablar. Y es que Olga Carmona (Sevilla, 23 años) es una nostálgica y como sevillana y andaluza algo supersticiosa. Con esas espinilleras serigrafiadas con su imagen jugando y la de su familia, el zurdazo de la lateral, la capitana de España, levantó los ánimos del equipo. Subía y bajaba por la banda, atacando y defendiendo todo el partido, al estilo La Roja matritense -de robo y transiciones rápidas- más que al estilo Barça, a pesar de contar el equipo con seis titulares azulgranas. A la del Real Madrid, equipo con el que acumula más de 100 partidos, no le pudo la presión. Ni el runrún de un estadio lleno de 75.000 aficionados no simpatizantes en Sídney mermaron sus ganas.    

¿Una ayuda extraterrenal?

La desgracia de la heroína Olga Carmona era que su padre falleció antes de la final y ella lo supo después. Si uno fuera creyente en la otra vida, diría que el recien fallecido en su camino celestial hizo una pausa para teledirigir el balón a la portería contraria y dar el triunfo a su hija y a España.

Olga Carmona, es la gran heroína de la selección española femenina en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Es la hora hora del triunfo y la hora del dolor. 

Al terminar el Partido en que marcó el gol decisivo contra Inglaterra, fue cuando conoció que su padre había fallecido antes del encuentro. La terrible noticia la conoce de labios de su madre, que había acudido junto con el hermano mellizo. Habían volado a Oceanía para estar con la futbolista en el partido de su vida. La Federación como su club, el Real Madrid, han publicado sendos comunicados expresando sus condolencias que en este caso son las de todos los españoles aficionados. 

Después Olga ha dicho: “Sin yo saberlo tenía mi Estrella antes de que empezase el partido. Sé que me has dado la fuerza para conseguir algo único. Sé que me has estado viendo esta noche y que estás orgulloso de mí. Descansa en paz, papa.”

Memento mori: recordemos que somos mortales y amemos a nuestros seres queridos, sean campeones o simples jugadores de este juego que se llama Vida.