Espacio de opinión de Canarias Ahora
Por el futuro del Sahel
Casa África acaba de salir de otra semana intensa de trabajo, en la que hemos hecho lo que mejor sabemos hacer: ejercer de punto de encuentro y facilitadores para que los procesos avancen, la gente se encuentre y a ser posible, África y el mundo en general mejoren.
El lunes premiamos a Pepe Naranjo, un periodista que es un referente como firma para comprender mejor a nuestros vecinos, entregándole un premio que hemos creado, junto con la agencia Efe, para favorecer la expansión del periodismo en español sobre África. El miércoles abrimos dos exposiciones a los medios: una sobre la infancia en Mauritania, con el apoyo de Unicef y la Embajada de España en ese país, y otra que muestra el buen hacer fotográfico de jóvenes de tres países africanos, Mali, Senegal y Níger, formados por la Cooperación Española. El jueves, finalmente, y durante dos densas jornadas de reuniones conjuntas y bilaterales, servimos para que la Unión Europea y nuestros socios africanos pusieran un granito más en el desarrollo de una zona del continente que es vecina nuestra y que nos preocupa terriblemente: el Sahel.
En este último caso, acogimos el VII Encuentro Informal de Embajadores de la Unión Europea, Enviados Especiales y Socios del Sahel, organizado conjuntamente por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España y por la Unión Europea. Al ministerio lo representaba Fernando Valenzuela, Secretario de Estado de Asuntos Exteriores, y a la UE, el Representante Especial de esta organización para el Sahel, Ángel Losada. Además de estas dos personalidades, que tanto tienen que decir y hacer en la materia, tuvimos la inmensa fortuna de juntar bajo nuestros techos a los máximos responsables del devenir del Sahel en instituciones como la Unión Africana, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), las Naciones Unidas y el G-5 Sahel. Los nombres de las autoridades que pudieron expresarse, intercambiar opiniones y avanzar en la agenda del Sahel son de altísimo nivel: Maman Sambo Sidikou, secretario permanente del G-5 Sahel; Finda Koroma, vicepresidenta de la Comisión de la CEDEAO; Pierre Buyoya, Representante Especial de la UA para el Sahel, y el Representante Especial de la ONU para África Occidental y el Sahel, Mohamed Ibn Chambas. Les rodeaban y apoyaban Enviados Especiales para el Sahel de la UE, pero también de Estados Unidos, Canadá, Suiza y Noruega. Las reuniones se llevaron acabo de manera privada, en su mayoría, y bajo las reglas de la Chatham House. El resultado, me parece, es una mejor y mayor coordinación entre todos los implicados y un diálogo fluido en todos los sentidos que, estoy seguro, redundará en la estabilización y el desarrollo de la región y en nuestro futuro común.
El Sahel está conformado por los territorios de once países, que se extienden desde Senegal y el Océano Atlántico hasta Etiopía y el Mar Rojo. Es una región prioritaria para la UE y especialmente para España, por nuestra proximidad geográfica, por las migraciones que desde ella nos llegan y también por una historia común y un vínculo que se retrotrae varios siglos y que no podemos olvidar.
Nuestro buen amigo Ángel Losada la ha definido con frecuencia como un polígono de crisis y su análisis sólo se puede calificar de muy acertado. En el Sahel confluyen el cambio climático, el crecimiento demográfico, la debilidad institucional, la pobreza y el conflicto a varios niveles, ya sea el terrorismo, el crimen organizado o los enfrentamientos intercomunitarios. Es una zona especialmente sensible del planeta y una fuente de inestabilidad para su entorno.
Sin embargo y aun siendo conscientes de todas estas dificultades, uno no puede por menos que felicitarse de lo bueno que, quizás, no conocemos sobre esta región.
Amadou Sall, experto del G-5 Sahel con el que tuvimos el placer de departir en una jornada informativa sobre la región que organizamos en junio y julio, en Casa Árabe (Madrid) y Casa África, nos recordaba que necesitamos una comunicación más positiva del Sahel. Y lo cierto es que existen buenas nuevas que comunicar.
Este encuentro informal nos recuerda que los propios africanos se organizan para ser protagonistas de su Historia y arreglar sus problemas a su manera, siempre con el apoyo de sus socios y amigos. El G-5 Sahel es un ejemplo de esta voluntad de tomar el destino en sus manos: los cinco países más pobres de África y probablemente, del planeta, se están organizando para que la región donde se sitúan, el Sahel, sea más segura y próspera. En Casa África han reiterado su intención de trabajar por la seguridad, pero también han hecho hincapié en la importancia de llegar a los ciudadanos, prestarles los servicios y la protección que necesitan, crecer económicamente, crear empleo, construir infraestructuras y finalmente, lograr un nivel de desarrollo y de bienestar apropiado para sus poblaciones.
También nos recuerda la importancia de la juventud y de la mujer. El Sahel es un territorio joven, que bulle de vida y esperanza y en el que los niños, adolescentes y jóvenes necesitan una educación de calidad, una sanidad decente y oportunidades de formarse y soñar un futuro feliz. El Sahel es también el dominio de las mujeres, donde ejercen de pilar de familias, comunidades, sociedades y países enteros y necesitan un reconocimiento y una voz para tomar parte en la construcción de ese futuro mejor para todos.
Finalmente nos recuerda que el esfuerzo debe ser de conjunto e inmediato, que no es posible esperar y que muchas acciones coordinadas y urgentes son necesarias para que el Sahel crezca, se estabilice y mejore.
Estas dos jornadas sobre el Sahel nos han mostrado cómo, si existe voluntad, existen caminos y que hay una voluntad de que el Sahel deje los titulares dramáticos para mostrarnos progresos positivos, paz y prosperidad. Esperamos haber logrado hacer nuestra humilde contribución a ese futuro mejor para el Sahel y para todos.
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