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Justicia de ricos y pobres

Hay hoteles de lujo en la misma localidad turística de Yaiza que aún no han sido demolidos a pesar de que desde hace años penden sobre ellos sentencias en las que confirman su ilegalidad palmaria.

Los vecinos desahuciados se preguntan por qué la Justicia es tan rápida y fulminante con ellos y tan lenta y dadivosa con los poderosos. En una ocasión se vivió la paradoja de que una convención de jueces se celebró en uno de estos hoteles lanzaroteños considerados ilegales por la propia Justicia.

En Tenerife y en Gran Canaria han sido desalojadas en los últimos meses decenas de familias menesterosas de sus viviendas de toda la vida porque la Ley de Costa considera que están fuera de la legalidad vigente.

Hay hoteles y mansiones que también han sido considerados fuera de la ley, pero se siguen manteniendo en pie porque no hay jueces que ejecuten sus propias sentencias.

La idea de que hay una justicia para pobres y otra bien distinta para ricos ha calado. Los que están en desacuerdo dicen que es un tópico, pero un tópico no es más que un lugar común. Y a veces los lugares comunes están ubicados en el mismo sitio que el sentido común.

En España no hay jueces pobres. Incluso aquellos que son considerados más progresistas viven muy desahogadamente. Garzón es el paradigma. No tienen sueldos de controladores aéreo, pero tampoco pueden quejarse.

Si los jueces pasaran las mismas necesidades que sus conciudadanos pobres a los que juzgan, otro gallo nos cantaría. Pero ellos viven en palacio, en sus palacios de justicia.

Hay hoteles de lujo en la misma localidad turística de Yaiza que aún no han sido demolidos a pesar de que desde hace años penden sobre ellos sentencias en las que confirman su ilegalidad palmaria.

Los vecinos desahuciados se preguntan por qué la Justicia es tan rápida y fulminante con ellos y tan lenta y dadivosa con los poderosos. En una ocasión se vivió la paradoja de que una convención de jueces se celebró en uno de estos hoteles lanzaroteños considerados ilegales por la propia Justicia.