La línea soberanista de Zerolo y otras hierbas

Ahora propugna Zerolo, la unión de todos los nacionalistas de Canarias, demostrando con ello que nunca han estado unidos y que, al contrario, lo que se ha generado es un insularismo feroz. El alcalde de Santa Cruz de Tenerife. nunca ha tenido una ideología definida, como no sea el “chicharerismo” más exacerbado, (aunque ATI sea, en su mayoría, la burguesa derechona y casposa de la isla de Tenerife), pero ahora, en estos tiempos tortuosos para él, recurre a ese independentismo frustrado que subyace en el subconsciente de los canarios, para salvarse él y de paso, a su formación política.

Me parece bien que se expresen esas ideas que hablan de soberanía, de independentismo y de futuro, porque la Constitución ampara la libertad de expresión. Lo que me parece mal es que lo haga precisamente el señor Zerolo, por lo que dije anteriormente y porque considero que ahora lanza cortinas de humo, aprovechando los sentimientos de los canarios (como ya lo hicieron al crear Coalición Canaria) para desviar la atención de los problemas judiciales que ya tiene el primer edil tinerfeño, especialmente con el caso de las Teresitas.

Lo que es una lástima (será por esa “hora” menos en Canarias, que aquí parece un siglo) es que, la llamada Justicia no pase de las investigaciones y presuntas imputaciones, y no finalice, con la premura que estas situaciones requiere, el recorrido que le marca la judicatura, para concluir los procesos y llegar a la fase de los juicios y las sentencias correspondientes. Todos estamos hartos de la impunidad de la que gozan la mayoría de los políticos que han actuado incorrectamente durante su gestión pública y de que siga enraizándose la idea de que en esa clase no existe sino la corrupción y la incompetencia, que tampoco es verdad. Yo siempre defenderé a aquellos que llegan a la política con el propósito de trabajar honradamente por su pueblo, por su isla, por su región o su país, e incluso, se les podrían perdonar sus errores, porque nadie es perfecto. Pero nunca a los que acceden al poder con fines espurios.

Pienso que como medida “ecológica” convendría eliminar las malas hierbas que crecen en la vida política de Canarias, que casi no dejan ver las buenas acciones de aquellos que sí realizan una labor positiva, y que apenas se destaca porque la prensa, por regla general, sólo resalta lo negativo.

En cuanto a lo que ocurre en la cúspide política de la Autonomía, diré que el Gobierno de Canarias tiene todas, o casi todas las competencias, pero está gobernada por incompetentes. Y por si fuera poco, tenemos un Parlamento con un infantilismo increíble. Parece, a veces, un patio de recreo de un colegio. De pena.

José M. Balbuena Castellano