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El mal comienzo de la radio pública

Porque hay que decirlo con absoluta claridad: se trata de una radio pública que nació, por desgracia, rematadamente mal. Su presentación en sociedad se produjo con el gubernamental nombramiento hace apenas unos meses de su directora de informativos, apoderada del PP en las pasadas elecciones generales del 9 de marzo, un hecho insólito que en cualquier otro lugar, de España o del mundo, hubiera llevado directamente a su cese inmediato.

Reparto partidista

Aquí no. Se da por sentado que por el singular reparto del ente entre ATI-CC y PP, la dirección de los informativos de la radio corresponde a los conservadores y ellos lo ejercen sin el menor recato, sin la menor mesura, sin quitarse siquiera la pegatina del partido. Lo que elimina cualquier atisbo de credibilidad en el producto: será, no les quepa duda, un medio de comunicación manipulado y puesto al servicio de los partidos que mal gobiernan Canarias, nunca un instrumento puesto al servicio de la sociedad de las Islas, la misma que la paga y a la que debiera servir.

Los requisitos para llevar a cabo semejante nombramiento no se basaron en la profesionalidad ni la ecuanimidad. En este, como en otros casos, se premió la lealtad partidaria y ese premio es, al tiempo, un castigo para los ciudadanos y ciudadanas de Canarias que, antes de que se emita el primer informativo, no pueden creer lo más mínimo en esa radio que debiera ser de patrimonio de todos y que ya se anuncia, por la manera en que comienza a ser edificada, como finca particular de unos pocos.

La calidad democrática queda bajo mínimos. Mientras en el Estado se ha avanzado, y mucho, en la independencia de la radiotelevisión pública, con nombramientos avalados por el Parlamento y no por el Gobierno, en nuestra tierra no sólo no se avanza, sino que se retrocede al posibilitar el más estricto control político de los medios públicos por parte de la alianza en el Poder en el Ejecutivo canario.

Es una muestra más, y van muchas, de la manera en que los dirigentes del vigente pacto entre la derecha insularista y la derecha estatalista entienden la política, de cómo entienden la sociedad y de cómo entienden la vinculación con los medios. Acostumbrados a funcionar como un régimen que todo lo controla, en lo político, en lo económico y en lo mediático, han hecho lo propio con la tele y con la radio públicas.

Y esa forma de entender las cosas se percibe, también, en el contenido de la convocatoria pública de pruebas selectivas para la contratación laboral indefinida de los futuros trabajadores y trabajadoras de la radio pública de Canarias. En las bases de la convocatoria se plantean unos temarios de una enorme vaguedad. Sirva como ejemplo el correspondiente a redactor de informativos que, junto a la ley de radiodifusión y televisión en , plantea los siguientes seis temas: actualidad de Canarias (política, sociedad, economía, cultura y deportes), actualidad nacional e internacional, historia de Canarias, instituciones de Canarias y del Estado, instituciones europeas y, por último, medios de comunicación de Canarias, nacionales e internacionales.

Esos siete temas forman parte de las denominadas pruebas de conocimiento que suponen el 40% de la fase global del sistema selectivo, integrada asimismo por las pruebas prácticas (40%) y por la entrevista personal (20%). Otro tanto ocurre con las pruebas correspondientes a productor, redactor de deportes, técnicos de sonido y economista.

Comisión de selección

Pero lo que resulta del todo insólito es la composición de la comisión de selección que habrá de evaluar las correspondientes pruebas, “resolver las alegaciones y proponer la adjudicación de los que han superado el proceso selectivo. Los acuerdos en el seno de la comisión se adoptarán por mayoría de sus votos”, tal y como se establece en las bases de la convocatoria. Porque las mismas indican que de RTVC designará a los integrantes de esta comisión, que formarán “personal cualificado y, con carácter general se compondrá por tres miembros. Si se estimase necesario podrán designarse asesores especialistas que actuarán con voz y sin voto”. Esperemos que no sean de la universidad de la vida.

Como se ve, la discrecionalidad es total y queda exclusivamente en manos del director general; sin posibilidad de control por parte de Consejo de Administración del ente, como debiera ocurrir para garantizar la mayor transparencia en el proceso. Un procedimiento selectivo con evidentes zonas oscuras que se suma a los iniciales y graves errores en la constitución de la radio pública canaria, frustrando lo que debiera ser una iniciativa de interés para mejorar el conocimiento de las Islas y la comunicación entre los canarios. Pero eso no se encuentra entre las preocupaciones centrales de quienes hoy gobiernan Canarias. Qué se puede esperar de quienes adjudicaron con criterios nada objetivos y de quienes suspendieron el concurso de la tele a mitad de partido para luego negociar un contrato a la medida de los intereses del Gobierno y que muchos observadores concluyen que ya está dado. Me gustaría equivocarme, pero todo apunta a que la radio será un nuevo fiasco.

Román Rodríguez

Porque hay que decirlo con absoluta claridad: se trata de una radio pública que nació, por desgracia, rematadamente mal. Su presentación en sociedad se produjo con el gubernamental nombramiento hace apenas unos meses de su directora de informativos, apoderada del PP en las pasadas elecciones generales del 9 de marzo, un hecho insólito que en cualquier otro lugar, de España o del mundo, hubiera llevado directamente a su cese inmediato.

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