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Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

La nación de Zerolo y Oramas

Dice el diputado del PSOE Santiago Pérez que los dirigentes de Coalición Canaria pretenden hacer un chantaje al Estado español. Pérez criticó con dureza la propuesta de Miguel Zerolo de abrir un debate sobre la posibilidad de que Canarias sea un Estado Libre Asociado a España o la de Tomás Padrón reivindicando la patria bimbache asociada al Estado Asociado. En esa estrategia de chantaje el dirigente socialista incluye el discurso de Ana Oramas durante la investidura de Zapatero. Yo estoy convencido de que este discurso aparentemente soberanista de Coalición Canaria no obedece a una estrategia de chantaje al Estado. Se trata de una nueva representación teatral de una gente que está buscando un espacio político diferente al PP y al PSOE. Pero estamos ante unos actores muy malos y lo curioso es que desde el partido de la oposición se crean el papel que están interpretando Miguel Zerolo, Ana Oramas y Tomás Padrón.

Resulta imposible creer que Ana Oramas vaya a subir a la tribuna del Congreso de los Diputados a defender los derechos nacionales de Canarias. Aunque hay que reconocer que sería un acto de evolución política interesante que se decida a defender a la nación canaria la misma política que el 28 de noviembre de 1988 organizó desde la concejalía de Carnaval de Santa Cruz de Tenerife una manifestación en contra del nacimiento de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, una movilización que llenó las calles de Santa Cruz de banderas tinerfeñas, con una masa gritando “Las Palmas alerta, Tenerife despierta” y pancartas que ponían que “los canariones quieren cargarse la Universidad de La Laguna”, aquella manifestación consolidó el pensamiento ultrachicharrerista en el que se han criado tres de los cuatro presidentes del gobierno que Coalición Canaria ha aportado a esta nacionalidad ultraperiférica.

También cuesta creer que Miguel Zerolo vaya a mover un dedo para defender la autodeterminación de Canarias. Un señor que desde hace casi 30 años está en el gobierno municipal de Santa Cruz de Tenerife y, sin embargo, no ha tenido tiempo de plantear el cambio de nombre de las Ramblas del Generalísimo Franco, o el de la plaza del imperialista español Valeriano Weyler. Cuando Zerolo escribió en su periódico de cabecera el artículo “una senda nacionalista” en el que plantea el debate sobre el Estado Libre Asociado en realidad está hablando de lo de siempre: lo que mueve y une a Coalición Canaria es la pasta. Valga como ejemplo la parte del artículo en la que desciende de las ideas a lo práctico, se le ve el plumero rápidamente:“ voy a hablar de cosas concretas: ¿debe Canarias gestionar sus puertos y aeropuertos que, por cierto, otorgan millonarios beneficios a una entidad estatal que no reinvierte casi nada de ese superavit en las islas?”. Ese amor por los millones que mueven los puertos es superior a su amor a la patria canaria, lo demostró Zerolo cuando en el mismo periódico acusó de “canariones” a los ecologistas que protestaban contra el macropuerto de Granadilla. Cuando el alcalde santacrucero habla de Estado Libre Asociado uno se pregunta ¿Asociado a Inversiones Las Teresitas o a Loterías y Apuestas del Estado? Donde unos nacionalistas ven competencias políticas y construcción de la nación canaria, Zerolo ve millonarios beneficios. Creo que esto es un detalle que no debe pasar desapercibido. Lo que plantea Zerolo es más de lo mismo: el nacionalismo de Coalición Canaria podría definirse como el capitalismo con cachorro, naife y, por supuesto, manta esperancera. Por eso no entiendo el miedo de Santiago Pérez a la estrategia de Miguel Zerolo, Ana Oramas o Tomás Padrón. Ayer mismo un ministro del gobierno de Zapatero, Celestino Corbacho, declaró que Cataluña es una nación con más de 1000 años de historia. Aplicar esas ideas a Canarias produce miedo en el PSOE de las islas. Pero a esas ideas también deben tenerle miedo desde las filas de Coalición Canaria, porque si llegara el día en el que los canarios tengan la posibilidad de elegir un marco político propio, y si la mayoría opta por una nación independiente del Estado español, ese nuevo barco no lo podrían dirigir los actuales socios del partido que representa al españolismo más centralista. Por eso si Santiago Pérez tiene tantas ganas de ver a Coalición Canaria en la oposición, que le permita que siembre vientos, que las tempestades se los va a llevar por delante.

Juan García Luján

Dice el diputado del PSOE Santiago Pérez que los dirigentes de Coalición Canaria pretenden hacer un chantaje al Estado español. Pérez criticó con dureza la propuesta de Miguel Zerolo de abrir un debate sobre la posibilidad de que Canarias sea un Estado Libre Asociado a España o la de Tomás Padrón reivindicando la patria bimbache asociada al Estado Asociado. En esa estrategia de chantaje el dirigente socialista incluye el discurso de Ana Oramas durante la investidura de Zapatero. Yo estoy convencido de que este discurso aparentemente soberanista de Coalición Canaria no obedece a una estrategia de chantaje al Estado. Se trata de una nueva representación teatral de una gente que está buscando un espacio político diferente al PP y al PSOE. Pero estamos ante unos actores muy malos y lo curioso es que desde el partido de la oposición se crean el papel que están interpretando Miguel Zerolo, Ana Oramas y Tomás Padrón.

Resulta imposible creer que Ana Oramas vaya a subir a la tribuna del Congreso de los Diputados a defender los derechos nacionales de Canarias. Aunque hay que reconocer que sería un acto de evolución política interesante que se decida a defender a la nación canaria la misma política que el 28 de noviembre de 1988 organizó desde la concejalía de Carnaval de Santa Cruz de Tenerife una manifestación en contra del nacimiento de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, una movilización que llenó las calles de Santa Cruz de banderas tinerfeñas, con una masa gritando “Las Palmas alerta, Tenerife despierta” y pancartas que ponían que “los canariones quieren cargarse la Universidad de La Laguna”, aquella manifestación consolidó el pensamiento ultrachicharrerista en el que se han criado tres de los cuatro presidentes del gobierno que Coalición Canaria ha aportado a esta nacionalidad ultraperiférica.