Espacio de opinión de Canarias Ahora
Iconoclastia
Lo peor de lo peor
Iconoclastia
El líder de la oposición, en un ataque de sinceridad o humildad compulsiva, declaró esta semana en una entrevista televisiva que hoy tenemos la peor clase política de toda la democracia.
Feijóo tuvo al menos la modestia de reconocer que incluía a su partido dentro de esa mala cosecha de los últimos cuarenta y cinco años. Es una frase hecha, como cuando la televisión entrevista a los vecinos después de una catástrofe o un fenómeno natural de marejadilla a fuerte marejada.
“No había visto llover así en mi vida”, “no ha llovido tanto en los últimos 50 años”, “está lloviendo mucho pero aprovecho para saludar a mi madre que me estará viendo”. Son frases demasiado hechas y demasiado previsibles.
Cuando los reporteros entrevistan a los más viejos del lugar y estos les dicen que no recuerdan una nevada como esta o que nunca ha habido aquí unas temperaturas tan altas, en realidad lo que quieren decir los lugareños es que otras veces ha nevado más pero la nevada de hoy es más fresca o que aquí ha habido días de más calor pero como el de hoy no recuerdo que deshiciera los cornetos tan rápidamente cuando los sacas del congelador.
El ser humano está acostumbrado a exagerar y a la inventiva. Es lo que se conoce como periodismo creativo. Usamos más la hipérbole que la metáfora. No creo que mintamos cuando nos preguntan por el último temporal. Lo único que nos pasa es que tenemos una memoria tan chica y precaria que cabe en un tarro de nuez moscada.
No tenemos memoria. Somos un pueblo sin memoria. No podemos tener memoria histórica si ni siquiera nos da para poseer memoria reciente. Cuando Feijóo le dijo esto a Susana Griso en Antena 3, estaba pasando por un episodio puntual de amnesia.
Es imposible que el gallego no se acordara de que él lleva toda su vida dedicado a la política y a la cosa pública. No puede ser que no recordara que el fundador de su partido, Manuel Fraga, fue un célebre ministro franquista al que le cabía el Estado en la cabeza, según decía Felipe González. También es verdad que su cabeza era bastante voluminosa y obligadamente ahí había capacidad para llenar un camión de volquete.
No puede ser que no tuviera memoria para retener que unos cuantos ministros de Aznar fueron procesados, condenados y encarcelados por corrupción. Tendría que haberse acordado de que Rodrigo Rato, aquel vicepresidente económico al que Aznar atribuía el crecimiento milagroso y el bestial desarrollo de España, ya ha estado en la cárcel por diversos delitos de corrupción, malversación y actualmente lo están juzgando por otro aún mayor junto a Eduardo Zaplana y Jaume Matas.
Un vicepresidente anterior y número dos de Aznar en el Partido Popular, Francisco Álvarez Cascos, también fue procesado por apropiación indebida. El ministro del Interior con Rajoy, Jorge Fernández Díaz, está procesado por malversación, espionaje y uso partidista de la Policía contra los adversarios políticos. El fiscal anticorrupción pide quince años de cárcel para él y para su número dos, el ex director de la policía.
Ni siquiera se acordó Feijóo del ex ministro socialista del Interior, José Barrionuevo, que pisó la cárcel por promover el terrorismo de Estado con los GAL. Feijóo, a pesar de todo, sigue creyendo que la actual es la peor clase política de la historia de la democracia española. Seguramente padecerá amnesia crónica. Debe hacérselo mirar.
El líder de la oposición, en un ataque de sinceridad o humildad compulsiva, declaró esta semana en una entrevista televisiva que hoy tenemos la peor clase política de toda la democracia.
Feijóo tuvo al menos la modestia de reconocer que incluía a su partido dentro de esa mala cosecha de los últimos cuarenta y cinco años. Es una frase hecha, como cuando la televisión entrevista a los vecinos después de una catástrofe o un fenómeno natural de marejadilla a fuerte marejada.