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Puerto de Santa Cruz: No hay mayor mentira que una verdad a medias

En mi lucha por el puerto de Santa Cruz he tratado de presentar datos, exponer ideas o criticar actuaciones materiales sin que por ello le dedicase “piropos”, a la “otra” parte. En este caso no me queda sino recomendar al presidente que, ayudado por su equipo de técnicos, prepare este tipo de entrevistas pues el contenido de la misma, más de lo mismo, y sus aportaciones libres han sido un dechado de improvisación que ha creado dudas sobre lo qué es realmente un trasbordo de contenedores y cuál su finalidad.

Nos llenó de satisfacción que el presidente reconociera al “ No a Granadilla”, una parte importante del éxito en lograr un cambio de rumbo en la política portuaria y un reconocimiento a que el puerto de Santa Cruz ni estaba ni está agotado, ni colmatado y menos aún congestionado. La ampliación de las terminales de la Dársena del Este demostró que sí era posible. Engañar a Bruselas manifestando que Granadilla era obra de “interés general”, por incapacidad de crecer del puerto de Santa Cruz nos pareció una burla de ayer y de hoy, y que habrá que explicarla allí, tarde o temprano. El puerto puede seguir creciendo si hay voluntad para ello y se reconociera, de una vez, que las presiones para decir lo contrario eran muy fuertes y podían incluso afectar al empleo o a lo negocios de algunos que, a sabiendas de conocer que defendían una causa artificial creada por un grupo de “intereses”, la apoyaban con sus manifestaciones técnicas o teóricas. Aún hoy se persiste en ello.

La larga entrevista tiene mucha enjundia por lo que nos ocuparemos de algunas de esas perlas con las que nos regalo el flamante presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz. Entre ellas, ese enorme tráfico que vamos a evitar de Norte a Sur con el puerto de Granadilla, y de esas descargas de gaseros en la rada del puerto de Santa Cruz y que, hasta hoy, era desconocida en los ambientes portuarios. El butano seguirá subiendo lleno y bajando vacío, como ahora. Los hidrocarburos ? gasolina, fuel, gasoil, atk, etc continuarán circulando, en mayor o menor volumen, sobre el asfalto de la TF-1, pues con los vehículos ligeros inundaran la vía en dirección sur a norte para hacer la distribución de bienes que se descarguen allí porque, se quiera o no, el área metropolitana es la más poblada de la isla y, por tanto, la que más consume. Los supermercados, las industrias, las estaciones o surtidores de combustibles no evitarán acabar con ese tráfico.

La realidad es que nuestro puerto de Santa Cruz sigue cayendo victima de una gestión oficial encaminada a su desmantelamiento. La idea es vieja pues comenzó en un pregón de las fiestas de Mayo, por allá de 1988, con un canto a: “La idea de recuperar el mar ahonda cada día más en el espíritu de esta capital y es un hecho que me llena de alegría. Nuestro viejo sueño ha sido abrir una brecha por la que los ciudadanos de Santa Cruz puedan divisar su propia costa”. Palabras escritas para que las leyese o publicase un alcalde y que llenasen los ojos de lágrimas a esa “ciudadanía”, a la que siempre hacen partícipe de atrocidades que sólo pretende buscar justificación de ocultos intereses especulativos.

Ahora se habla de esa iniciativa privada que ha promovido la construcción de unas galerías comerciales en el Muelle de Enlace donde la azotea queda para la “ciudadanía”, y los bajos para el negocio del “alquiler”, de espacios para tiendas, restaurantes, bares, etc. Por esa azotea quiere, en palabras del presidente, que la ciudadanía llegue hasta la “cocina”, y así ver el lejano mar. Poca “cocina”, pues al final de la azotea se levanta la barrera de la seguridad si se da cumplimiento al ISPS o PBIP. Esa es la oculta razón por la cual esa “ciudadanía” no puede circular por el rejuvenecido paseo del dique-muelle sur apreciando el romper de las olas en los primas y piedras de su escollera, y por la cual quedará al borde del precipicio, final de la azotea-paseo. El negocio es el negocio y la propiedad de la idea es de quien la tuvo, Miguel Pintor, aunque con destino distinto que el que se quiere darle, galerías comerciales. Allí en la Autoridad Portuaria estará archivado o arrinconado su proyecto para el muelle de enlace, con su edificio de usos múltiples, su marina y su fuente cibernética que si permitían acercar la “ciudadanía”, al mar.

Es totalmente compatible abrir parte del puerto (dársena de los llanos, muelle de enlace y entorno Plaza de España) a actuaciones mas ciudadanas y al mismo tiempo mejorar y ampliar debidamente el Puerto de Santa Cruz, es falso que no pueda hacerse la Dársena Norte, lo que ocurre es que si se hace la Dársena Norte desaparece automáticamente la necesidad de construir lo que ahora llaman el Puerto (pequeñito) de Granadilla.

Pedro Anatael Meneses Roque

En mi lucha por el puerto de Santa Cruz he tratado de presentar datos, exponer ideas o criticar actuaciones materiales sin que por ello le dedicase “piropos”, a la “otra” parte. En este caso no me queda sino recomendar al presidente que, ayudado por su equipo de técnicos, prepare este tipo de entrevistas pues el contenido de la misma, más de lo mismo, y sus aportaciones libres han sido un dechado de improvisación que ha creado dudas sobre lo qué es realmente un trasbordo de contenedores y cuál su finalidad.

Nos llenó de satisfacción que el presidente reconociera al “ No a Granadilla”, una parte importante del éxito en lograr un cambio de rumbo en la política portuaria y un reconocimiento a que el puerto de Santa Cruz ni estaba ni está agotado, ni colmatado y menos aún congestionado. La ampliación de las terminales de la Dársena del Este demostró que sí era posible. Engañar a Bruselas manifestando que Granadilla era obra de “interés general”, por incapacidad de crecer del puerto de Santa Cruz nos pareció una burla de ayer y de hoy, y que habrá que explicarla allí, tarde o temprano. El puerto puede seguir creciendo si hay voluntad para ello y se reconociera, de una vez, que las presiones para decir lo contrario eran muy fuertes y podían incluso afectar al empleo o a lo negocios de algunos que, a sabiendas de conocer que defendían una causa artificial creada por un grupo de “intereses”, la apoyaban con sus manifestaciones técnicas o teóricas. Aún hoy se persiste en ello.