Racismo vomitivo

La oposición española formada por patriotas de hojalata solo suspende sus vacaciones de agosto si tiene que hablar de Catalunya, Venezuela o la inmigración irregular, sus asuntos predilectos.

Durante este mes ya nos han dado suficiente tabarra con Cataluña y Venezuela y han vuelto a recurrir a su tercer tema preferido. Antes era ETA pero como desapareció hace 13 años le presta menos atención, aunque si intuyen que hay un filón electoral no tienen reparos en seguir utilizando miserablemente a los muertos en sus argumentarios estivales.

La presidenta de la Comunidad (de Madrid) tuvo el desparpajo y la desvergüenza de reaparecer en mitad de sus vacaciones para acusar a Zapatero de chavista, a Sánchez de vender España a Cataluña (antes fue Navarra con ZP) y al gobierno de la nación de no haber solucionado el reparto de los niños inmigrantes que se hacinan en los centros desbordados e improvisados de Canarias. 

Hay que tener la cara dura y un cinismo indecente para culpar a la izquierda gobernante de la situación crítica que vive Canarias cuando justamente PSOE y Sumar votaron a favor del reparto de menores en otras comunidades para descongestionar el archipiélago. 

Fue precisamente el partido de la pizpireta Ayuso el que votó en contra de ese reparto humanitario en el Congreso de los Diputados junto a la ultraderecha de Vox, su socio preferido y preferente en los gobiernos de varias comunidades autónomas y unas cuantas capitales de provincia.

El alcalde de Badalona, el popular y populista García Albiol, que en una campaña electoral prometió limpiar la ciudad de inmigrantes, es el prototipo de racista refugiado en un supuesto partido de derecha moderada que a veces es más extremista y grosero que Vox.

 En Canarias tenemos a otro maleducado estelar como vicealcalde de Telde, la segunda ciudad de la provincia de Las Palmas. Se permite el lujo de insultar al presidente de España desde las redes sociales por no reunirse urgentemente con el presidente del Gobierno de Canarias, aprovechando que Sánchez estaba pasando sus vacaciones en Lanzarote. Finalmente se concretó la reunión entre Clavijo y Sánchez, pero que se sepa el munícipe lenguaraz aún no ha pedido disculpas.

Sergio Ramos (no hay que confundirlo con el futbolista, aunque los dos dan patadas en la canilla al rival dentro de su habitual juego sucio) acusó a Sánchez, en un lenguaje procaz impropio de un senador, por el retraso del reparto, pero no fue capaz de echárselo en cara a sus correligionarios Feijóo y Domínguez, vicepresidente del Gobierno Canarias y presidente regional del PP.

Fue precisamente el Partido Popular el que rechazó el reparto de niños inmigrantes y su traslado a la península, pero Ramos siempre tiene una excusa para cada metedura de pata de su formación. El senador llamó “chulo y prepotente” (sic) a Sánchez y añadió que era bochornoso que no recibiera a Clavijo, algo que finalmente sí hizo. Albiol y Ramos tienen altura de baloncestistas pero su política es barriobajera y destinada a hooligans. 

El PP se contagia tanto de Vox que últimamente se ha vuelto más beligerante con la inmigración, aunque esta esté protagonizada por inocentes e indefensos niños pobres. Representantes de la ultraderecha han vuelto a difundir bulos por las redes sociales sobre unos cuantos asesinatos que por la cara han endilgado a los inmigrantes sin aportar ninguna prueba. El caso era buscar un subterfugio falso para que ardiera la España profunda. La oposición siempre quiere ríos revueltos para su propia ganancia y rédito político. 

A pesar de que la Guardia Civil y la policía desmintieron la participación de ningún inmigrante en estos sucesos, la ultraderecha no reculó y siguió enviando mensajes falsos a los tontos que la siguen en Internet.

Descerebrados ultras (valga la redundancia) dijeron que el presunto asesino del niño de Toledo era un inmigrante pero lo cierto es que no lo es. Es un joven español blanco de pura cepa. Como la Guardia Civil lo desmintió taxativamente, ellos inventaron que en realidad se trataba de un rumano nacionalizado de padres turcos. Mentira tras mentira, bulo tras bulo hasta la derrota final. 

A un racista ultra no le puedes llevar la contraria porque siempre se inventará un bulo mayor y más repugnante. La legislación debería ser más severa con estos imbéciles tarambanas. Hasta la botarate de Ayuso felicitó públicamente a la Guardia Civil por la detención del joven español que mató a un niño en Toledo de múltiples puñaladas.  

Es patético ver cómo los políticos de derecha felicitan y aplauden a la Guardia Civil solo cuando les interesa. Se trata de la misma Guardia Civil que exculpó a Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, del delito por el que lo acusa un pseudo sindicato mafioso y ultraderechista, valga también la redundancia. 

Los dos informes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil se los pasaron los dirigentes populares por el arco del triunfo. En este caso el PP prefirió creer a Manos Limpias antes que a la Benemérita. Es de una hipocresía vomitiva que produce náuseas.