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Reivindicando el espíritu del Día Internacional del Trabajo

La actual situación generada por la emergencia sanitaria de la COVID-19 ha hecho que este año afrontemos el Día Internacional del Trabajo en unas circunstancias atípicas, lejos de concentraciones en la calle, pero sin que ello impida que sigamos reivindicando más alto y claro que nunca el espíritu de esta celebración: la defensa de los derechos de los trabajadores. Un aspecto que se hace todavía más necesario en un momento en el que la sociedad vive una situación extraordinaria que va a requerir el esfuerzo de todos para superarla.

El estado de alarma en el que estamos inmersos ha llevado consigo un importante descenso de la actividad económica en todo el país y, de forma especial, en Canarias, en donde el sector turístico, que concentra el 35% del PIB y el 40% del empleo regional, se ha convertido en una de las principales víctimas.

Amparados en la propuesta realizada por el Gobierno central, los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por causa de fuerza mayor se han convertido en un salvavidas para buena parte de las trabajadoras y trabajadores.

Desde el Gobierno, se han intensificado esfuerzos por agilizar con la máxima celeridad posible su tramitación con el fin de causar la menor repercusión en el colectivo afectado. En este sentido en Canarias, los últimos datos oficiales, publicados el pasado día 23, constatan que la Dirección General de Trabajo del Gobierno de Canarias ha resuelto 29.099 solicitudes presentadas de expedientes de ERTE por causa de fuerza mayor como consecuencia de la emergencia sanitaria de la COVID-19, quedando pendientes de autorización 979 solicitudes, el 3,13% del total. A esto se suma la resolución de otros 1.135 expedientes temporales por causas económicas, técnicas, organizativas y de producción.

Por otro lado, se ha hecho una apuesta firme por dotar de liquidez a las pymes y autónomos, que están viviendo momentos de especial complejidad, y se han buscado soluciones para los colectivos laborales más vulnerables, como las empleadas del hogar, los trabajadores temporales o los fijos discontinuos.

Más de un millón de autónomos cobrará en estos días la prestación extraordinaria por el cese de actividad, que se sumarán a los más de 900.000 que ya empezaron a cobrarla el pasado 17 de abril. Por otro lado, los aplazamientos de impuestos aprobado por el Gobierno para Pymes y autónomos, que facturen menos de 600.000 euros, han alcanzado los 400.000 contribuyentes, que han presentado 626.000 solicitudes para aplazar el pago de impuestos por un valor de 2.334 millones de euros.

Además, muchos de los trabajadores están viviendo un proceso de adaptación, optando por el teletrabajo como primera vía para realizar su actividad.

A la vista de estas circunstancias, el Gobierno de Pedro Sánchez presentan el Plan de Transición hacia la nueva normalidad cuyo objetivo principal es la protección de la salud pública e ir reactivando de forma progresiva la actividad económica, después del grandioso esfuerzo realizado por la sociedad. La recuperación social y económica debe tener en cuenta a los diferentes sectores, pero con una especial atención a la protección de los trabajadores más afectados.

Ni que decir tiene que la salida a esta situación pasa por la unión de todos, desde las organizaciones políticas, las empresas y los representantes de trabajadoras y trabajadores. Todos debemos avanzar en un pacto de reconstrucción que permita sumar e impulsar la actividad económica para que podamos recuperar la situación anterior.

No va a ser una tarea fácil porque el actual panorama sin precedentes de esta pandemia está sujeto a continuos cambios que, a nadie se le escapa, conllevan una importante dificultad añadida.

Por ello, 139 después de la primera manifestación del Día Internacional del Trabajo, que comenzó como homenaje a los Mártires de Chicago, aquellos sindicalistas que fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de 8 horas, desde mi cargo como senador por el PSOE por la isla de Gran Canaria, pongo el acento en la unidad de acción de los trabajadores, volviendo a los orígenes de una celebración que forma parte de nuestra razón de ser como organización política al servicio del progreso social.

Pero, además, abogo por que esta jornada sirva también como reconocimiento a la labor encomiable que están haciendo millones de trabajadores que, durante el actual estado de alarma, se han convertido en esenciales en nuestra vida y que, gracias a su esfuerzo y dedicación, hemos podido vivir tanto la pandemia como el confinamiento en las mejores condiciones posibles.

Agradecimiento que hago extensivo también a todas las personas que, desde sus casas, con su compromiso y responsabilidad han contribuido a frenar esta pandemia.

La actual situación generada por la emergencia sanitaria de la COVID-19 ha hecho que este año afrontemos el Día Internacional del Trabajo en unas circunstancias atípicas, lejos de concentraciones en la calle, pero sin que ello impida que sigamos reivindicando más alto y claro que nunca el espíritu de esta celebración: la defensa de los derechos de los trabajadores. Un aspecto que se hace todavía más necesario en un momento en el que la sociedad vive una situación extraordinaria que va a requerir el esfuerzo de todos para superarla.

El estado de alarma en el que estamos inmersos ha llevado consigo un importante descenso de la actividad económica en todo el país y, de forma especial, en Canarias, en donde el sector turístico, que concentra el 35% del PIB y el 40% del empleo regional, se ha convertido en una de las principales víctimas.