Espacio de opinión de Canarias Ahora
Sabios europeos
En dicho resumen del dossier presentado, de 34 páginas, después de haber sido estudiado desde diciembre de 2007, proponen, entre otros apartados, apremiar a una toma de reformas urgentes que salvaguarden la pérdida de influencia de Europa en el mundo, sobre todo por la fuerza e ímpetu con que vienen pujando los países emergentes, como China, tripolarizándose con EE UU y Rusia.
Es obvio que Europa está a años luz del utopismo real en su unidad como Nación de Naciones, debido al euroexcepticismo existente aún. No se puede ser una potencia real, y de influencia exterior, mientras no exista verdadera unidad en su seno. El hecho actual, es una fusión de intereses de un gran mercado persa. Ni aún en la moneda única del euro ha habido unidad, sin ser acogida todavía por todos los países componentes, adoptándola tan solo 16 naciones de la totalidad que la conforman.
Casi todas las naciones que la constituyen, sobre todo las nórdicas, priorizan sus herméticos aldeanismos, con ancestrales arraigos culturales de cada terruño, no dejándose cortejar por intentos externos de modificaciones foráneas, antes que cualquier arrojo de esos lastres identitarios, que singularmente les define, por la borda, ante que admitir y sumarse la diversidad cultural europea, quedando cada una de las naciones inmóvil en el tiempo y anquilosada a sus enérgicas y añejas raíces. Tal así, que ni siquiera se sienten los europeos cohesionados cultural y socialmente en un proyecto común, tan solo militarmente, por el mismo interés de protección, como el mercantilista aludido.
Las leyes comunitarias promulgadas políticamente por Bruselas, son acatadas por los europeos, pero existe una manifiesta desafección en la mayoría de los ciudadanos, de ello da cuenta la baja participación en las votaciones europeas. La Unión europea es todavía un anhelo lejano y distante de la política doméstica y cercana de cada país y sus verdaderos problemas cotidianos y directos.
La paulatina pérdida de calidad de vida, aumentando la desigualdad económica, en base a unos pocos, que se han lucrado del trabajo común de la gran mayoría, en el actual marco socio-laboral. Y dejan al margen una política de valores humanos, equitativos, y de amparos sociales, para las clases más desfavorecidas. Hoy en Europa solo se proyecta una organizada sociedad sistematizada en la carcundia de valores morales y de fariseísmos crematísticos.
La Vieja Europa está sujeta, y así es votada en la mayoría de los países, a un sistema político de la derecha neoliberal, en la que la dominante es una política personalmente egoísta, mercantilista y antisocial. Quizás sea producto y rémora del pasado visto en el fracasado comunismo, como modelo político; y además, por la mayoritaria población avejentada, que prevale sobre ideologías progresistas y renovadoras de los anclados modelos sociales acomodados.
En otra de las conclusiones, se dice que Europa depende en gran demanda de la quema de los combustibles fósiles, o sea, de excesiva contaminación de CO2, y que en próximas fechas serán de un 60% las importaciones de gas, crudo y carbón. Por ello, los 12, abogan por las energías limpias, pero sugieren que las demandas eléctricas deben paliarse con la construcción de centrales nucleares. Sabemos que estas nucleares no son contaminantes, pero poseen un fuerte y muy peligroso hándicap en su obtención, y futuramente, por la larga vida de los residuos nucleares: hasta cientos de años, en su actividad radiactiva, viviéndose en un altísimo peligro; además, de dónde guardarlos con toda seguridad. Ya han olvidado la tragedia de Chernóbil, con 100.000 muertos, según los mendaces informes rusos.
Los sabios se manifestaron contra las prejubilaciones; o mejor, a ampliar la vida laboral, como proponen los acomodados magnates financieros y los yupis de la esclavizante economía neoliberal, en la que el empresario gane exageradas sumas y el empleado míseros salarios (y sin derechos laborales, que por ley, les proteja). Entre otras, por la baja natalidad en el viejo continente y de la avejentada población. Bien se sabe, que la silenciosa revolución informática, con drásticos cambios sociales, laborales y culturales, que aun estamos padeciendo, y beneficiándonos de ella, en un nuevo modelo de vida, con virtuales ventajas para todo el planeta, ha sido la causante de este alarmante engullir los puestos laborales, siendo devorados por aquélla. La máquina al servicio del hombre. Normal y encomiable. Pero que no sea jamás su guadaña.
Los jóvenes deben acceder, obligatoriamente, a la producción laboral, acogiéndose con ello un futuro de vida con solvencia económica y proyectos propios de vida. O bien, se aminoran las horas de trabajo diario o las prejubilaciones serán, inexcusablemente, la oportunidad única para el acceso de los jóvenes al trabajo.
La inmigración, fue otra de las candentes propuestas, aduciendo los 12, que deben ser reguladas por la demanda de cualificados inmigrados. Bien está, y ¿quién atenderá a los trabajos de servicios más básicos de braceros o ínfimos laboralmente?. También los inmigrantes sin cualificar hacen una muy imprescindible labor a la sociedad: ¿qué serían de las ciudades sin estos emigrados, que hacen mover las tramoyas en las bambalinas de una gran urbe?.
Teo Mesa
En dicho resumen del dossier presentado, de 34 páginas, después de haber sido estudiado desde diciembre de 2007, proponen, entre otros apartados, apremiar a una toma de reformas urgentes que salvaguarden la pérdida de influencia de Europa en el mundo, sobre todo por la fuerza e ímpetu con que vienen pujando los países emergentes, como China, tripolarizándose con EE UU y Rusia.
Es obvio que Europa está a años luz del utopismo real en su unidad como Nación de Naciones, debido al euroexcepticismo existente aún. No se puede ser una potencia real, y de influencia exterior, mientras no exista verdadera unidad en su seno. El hecho actual, es una fusión de intereses de un gran mercado persa. Ni aún en la moneda única del euro ha habido unidad, sin ser acogida todavía por todos los países componentes, adoptándola tan solo 16 naciones de la totalidad que la conforman.