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San Valentín: no me quieras tanto y quiéreme mejor
San Valentín fue decapitado. El patrón de los enamorados es la metáfora perfecta de lo que no se debe hacer en el amor: perder la cabeza. Las representaciones para conmemorar y celebrar esta fecha siguen siendo la evocación del amor romántico, el que hay que desterrar y revisar por dañino, y es dañino por machista.
“Voy a perder la cabeza por tu amor
Porque tú eres agua, porque yo soy fuego y no nos comprendemos.
Yo ya no sé si he perdido la razón
Porque tú me arrastras porque soy un juego de tus sentimientos“...
Si pierdo la cabeza es por ti, porque te quiero y además tú tienes la culpa porque me arrastras.
El matrimonio ha sido, históricamente, el plan de vida de toda mujer por imposición cultural. Procrear para mantener la especie bajo la tutela de un hombre. Planazo. Las mujeres solteras siguen siendo mal vistas por la sociedad: “eso es que eres sospechosa de algo”, me llegó a decir un hombre. Y tenía razón, siempre fui sospechosa de cuidarme de no tener relación afectiva con hombres como él.
El amor romántico es machista porque se ha adjudicado a las mujeres la condición emocional de románticas. Las mujeres son románticas mientras que los hombres son más fríos. Otra adjudicación biológico-mágica que ha conllevado un sinfín de cualidades extras para nosotras como los cuidados, limpiar la casa, crianza de hijos, acordarnos de las fechas de aniversarios... y no estar solas. Unas románticas.
“Cuando yo creo que estás en mi poder
Tú te vas soltando te vas escapando de mis propias manos
Hasta ese día que tú quieres volver
Y otra vez me encuentras enfadado y triste, pero enamorado“...
Eres mía pero te vas escapando. Voy a hacer que vuelvas haciéndome el enamorado. Y enfadado...
La vida en pareja es un proyecto de vida, pero para las mujeres, hasta hace bien poco, días, era el único y más importante plan de futuro. Es un proyecto importante, sí, donde se desarrolla todo el mundo sexo-afectivo; lo que ya no puede ser es que sea considerado como único y más importante objetivo de vida.
Porque puede no salir bien, qué les voy a contar, y es a partir de entonces donde hay que romper con esa parte de la vida para continuar con las otras partes: con nosotros mismos. Tan importante es querer estar en pareja como no quererlo en caso de relaciones dañinas. Si repasamos así por encima la lista de aspectos importantes en el recorrido de vida de cada uno, bote pronto se nos viene a la mente: la familia de origen, los amigos, los estudios, el trabajo, los viajes, todos los hobbies, formar pareja-familia...esto más o menos todos y cada uno de nosotros, lo normal, y a partir de aquí lo que cada uno quiera añadir. Formar una pareja-familia es uno y sólo uno de esos aspectos. Tan importante como todos los demás. Como todos los demás, destaco.
“Voy a perder la cabeza por tu amor
Como no despierte de una vez por siempre de este falso sueño.
Y al final me aclaro que te estás burlando, que te estás riendo
En mi propia cara de mis sentimientos de mi corazón“...
No me quieres y de mí no se ríe nadie. Te vas a enterar. O mía o de nadie.
Las relaciones dañinas las identificamos porque nos causan eso, daño, malestar. El amor nunca toca los límites del respeto. El amor puede ser lo que dos quieran que sea pero jamás sobrepasar la línea de la falta de respeto. Si eso se toca ya es una relación que no tiene recorrido de manera sana. Por tanto se convertirá en una relación de maltrato. Celos y posesión para él, sometimiento para ella. Y estas cosas, que empiezan así como un juego para que la amada no se nos vaya, terminan también en asesinato. El último hace un par de días en Totana, Murcia, él diecinueve años, ella diecisiete, porque ella le dejó (sic). La mató porque ella no quería volver. Esto es el amor romántico. Diecinueve años.
Celebren o no, da igual. Celebren el amor, pero el amor sano. El que tenemos hoy pero mañana no sabemos. El amor de la admiración, del respeto, de la libertad, del compromiso honesto, el que, al fin y al cabo, hemos elegido pero no nos pertenece. Las relaciones de amor dependen de dos, eso significa que no tienes derecho a que funcione sólo como tú decidas. Y si la mujer te dice que no, es no. Y ve con dios...
“Voy a perder la cabeza por tu amor
Si te quiero y quiero de esta forma loca que te estoy queriendo
Yo no soy la roca que golpea la ola soy de carne y hueso
Y quizá mañana oigas de mi boca vaya usted con Dios“.
San Valentín fue decapitado. El patrón de los enamorados es la metáfora perfecta de lo que no se debe hacer en el amor: perder la cabeza. Las representaciones para conmemorar y celebrar esta fecha siguen siendo la evocación del amor romántico, el que hay que desterrar y revisar por dañino, y es dañino por machista.
“Voy a perder la cabeza por tu amor