El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Abreu vuelve a la lealtad
Porque las consecuencias para Paulino Rivero no son iguales en el Partido Socialista Canario para José Miguel Pérez. A punto de apagarse los últimos rescoldos del potente incendio que se generó el fin de semana pasado, con la delegación de Tenerife poniendo todo al borde del precipicio, las aguas ya han vuelto a su cauce. El principal protagonista del cisma, Javier Abreu, uno de los tradicionalmente más acérrimos defensores de José Miguel Pérez, ha regresado a la normalidad y a la lealtad. Nadie espera de él otra cosa que la militancia activa y a veces compulsiva que siempre ha tenido y todos resaltan el trabajo que está haciendo en La Laguna. Moverá sus fichas para hacer un congreso insular de Tenerife en el que tenga su protagonismo, seguramente apoyando al que se perfila como candidato seguro, el alcalde de Los Silos, Santiago Martín. Es difícil conocer cómo quedarán en el mapa del socialismo canario otros protagonistas de la revuelta, como José Miguel Rodríguez Fraga, alcalde de Adeje; Pedro Martín, alcalde de Guía de Isora, o Sebastián Franquis, portavoz en Las Palmas de Gran Canaria y único dirigente socialista al que casi una semana después se le sigue colgando el sambenito de “traidor”. A todos los que conocen cuáles fueron sus movimientos les sigue sorprendiendo lo hecho por Franquis, que destrozó de un plumazo la confianza que José Miguel Pérez tenía depositada en él y, con ella, su futuro dentro del PSC. Porque hasta su inseparable Emilio Mayoral, el dirigente en la sombra de la Agrupación Socialista de Las Palmas de Gran Canaria, lo dejó solo en su particular cruzada contra el secretario general regional. ¿Qué pretendía Franquis? Ni él mismo lo ha conseguido explicar con claridad.
Porque las consecuencias para Paulino Rivero no son iguales en el Partido Socialista Canario para José Miguel Pérez. A punto de apagarse los últimos rescoldos del potente incendio que se generó el fin de semana pasado, con la delegación de Tenerife poniendo todo al borde del precipicio, las aguas ya han vuelto a su cauce. El principal protagonista del cisma, Javier Abreu, uno de los tradicionalmente más acérrimos defensores de José Miguel Pérez, ha regresado a la normalidad y a la lealtad. Nadie espera de él otra cosa que la militancia activa y a veces compulsiva que siempre ha tenido y todos resaltan el trabajo que está haciendo en La Laguna. Moverá sus fichas para hacer un congreso insular de Tenerife en el que tenga su protagonismo, seguramente apoyando al que se perfila como candidato seguro, el alcalde de Los Silos, Santiago Martín. Es difícil conocer cómo quedarán en el mapa del socialismo canario otros protagonistas de la revuelta, como José Miguel Rodríguez Fraga, alcalde de Adeje; Pedro Martín, alcalde de Guía de Isora, o Sebastián Franquis, portavoz en Las Palmas de Gran Canaria y único dirigente socialista al que casi una semana después se le sigue colgando el sambenito de “traidor”. A todos los que conocen cuáles fueron sus movimientos les sigue sorprendiendo lo hecho por Franquis, que destrozó de un plumazo la confianza que José Miguel Pérez tenía depositada en él y, con ella, su futuro dentro del PSC. Porque hasta su inseparable Emilio Mayoral, el dirigente en la sombra de la Agrupación Socialista de Las Palmas de Gran Canaria, lo dejó solo en su particular cruzada contra el secretario general regional. ¿Qué pretendía Franquis? Ni él mismo lo ha conseguido explicar con claridad.