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El alcalde enseña a El Jaber el verdadero comedor

La primera visita que Saavedra recibió en Santa Ana fue la de Juan Manuel Suárez del Toro, presidente de la Caja Insular de Ahorros de Canarias y de Cruz Roja Española, con quien trató asuntos relacionados con la Obra Social y el desarrollo del Movimiento Europeo. A continuación, se entrevistó con Luis Gil, directivo saliente de Dinosol. Y por último, estuvo con María Eugenia Márquez, quien fuera presidenta del Cabildo de Gran Canaria, hasta ahora la única mujer que ha ocupado ese puesto. Ya entrado el mediodía hicieron acto de presencia en las Casas Consistoriales los concejales del PP Felipe Afonso El Jaber y Ana Guerra, que se tropezaron con el alcalde en los pasillos de la planta noble del edificio. El alcalde no desperdició la ocasión para propinar un cariñoso tirón de orejas al viceportavoz pepero, que había dicho a la prensa que las ínfulas del socialista le habían llevado a montar allí un comedor para cuarenta comensales. Cuando el alcalde le mostró ese espacio, El Jaber pudo comprobar el tamaño de su patinazo, exactamente el tamaño que ocupan 30 comensales, que es en lo que se pasó, como siempre.

La primera visita que Saavedra recibió en Santa Ana fue la de Juan Manuel Suárez del Toro, presidente de la Caja Insular de Ahorros de Canarias y de Cruz Roja Española, con quien trató asuntos relacionados con la Obra Social y el desarrollo del Movimiento Europeo. A continuación, se entrevistó con Luis Gil, directivo saliente de Dinosol. Y por último, estuvo con María Eugenia Márquez, quien fuera presidenta del Cabildo de Gran Canaria, hasta ahora la única mujer que ha ocupado ese puesto. Ya entrado el mediodía hicieron acto de presencia en las Casas Consistoriales los concejales del PP Felipe Afonso El Jaber y Ana Guerra, que se tropezaron con el alcalde en los pasillos de la planta noble del edificio. El alcalde no desperdició la ocasión para propinar un cariñoso tirón de orejas al viceportavoz pepero, que había dicho a la prensa que las ínfulas del socialista le habían llevado a montar allí un comedor para cuarenta comensales. Cuando el alcalde le mostró ese espacio, El Jaber pudo comprobar el tamaño de su patinazo, exactamente el tamaño que ocupan 30 comensales, que es en lo que se pasó, como siempre.