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Opinión | Ya empezamos, por Antón Losada

Apología de los comedores privados

Dime con quién comes y te diré de qué vas. Cada comida tiene una motivación distinta y todas se pueden explicar a la luz de algunos criterios comunes. La comida de amigos es una primera opción. Si se alarga, puede terminar en tres fases: la primera, con el Asturias patria querida, ahora en versión ¡Viva Letizia!. Si siguen las copas, exaltaciones patrióticas e insultos al clero. Cuando el encuentro llega a la tercera fase, se abren paso las proclamaciones de amistad inquebrantable y entradas del Cara al sol o de la Internacional, cantadas indistintamente. Luego están las comidas políticas. En éstas hay que estudiar el peso de los comensales, la proporción por su relevancia social y las consecuencias a corto y medio plazo.

Dime con quién comes y te diré de qué vas. Cada comida tiene una motivación distinta y todas se pueden explicar a la luz de algunos criterios comunes. La comida de amigos es una primera opción. Si se alarga, puede terminar en tres fases: la primera, con el Asturias patria querida, ahora en versión ¡Viva Letizia!. Si siguen las copas, exaltaciones patrióticas e insultos al clero. Cuando el encuentro llega a la tercera fase, se abren paso las proclamaciones de amistad inquebrantable y entradas del Cara al sol o de la Internacional, cantadas indistintamente. Luego están las comidas políticas. En éstas hay que estudiar el peso de los comensales, la proporción por su relevancia social y las consecuencias a corto y medio plazo.