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Un apuñalamiento sin denuncia

El Cuerpo Nacional de Policía está a punto de cerrar uno de los casos más meteóricos de su historia, el del presunto apuñalamiento de una adolescente de catorce años el sábado en la Cabalgata del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. Se armó una tremenda pelotera a la altura del Club Natación Metropole, con ambulancias, policías y retención de la comitiva durante una hora por un suceso del que ni siquiera existe denuncia en Comisaría. La joven recibió un par de puntos de sutura y el alta médica tras comprobarse que la herida, de dos centímetros de profundidad, no afectó a ningún órgano vital. Los que decían que habían visto a un agresor, no resuellan ante la Policía, y las múltiples y variopintas versiones que circularon se han quedado en el limbo. Mientras, crece la hipótesis de que se pudo tratar de una herida producida de modo involuntario por algún elemento punzante propio de una carroza o de uno de esos espectaculares vestidos que llevan alambres (o verguillas, según quién haya sido la costurera). Así que, si se cierra el caso de este modo, podremos volver a decir que la Cabalgata no registró accidentes dignos de mención.

El Cuerpo Nacional de Policía está a punto de cerrar uno de los casos más meteóricos de su historia, el del presunto apuñalamiento de una adolescente de catorce años el sábado en la Cabalgata del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. Se armó una tremenda pelotera a la altura del Club Natación Metropole, con ambulancias, policías y retención de la comitiva durante una hora por un suceso del que ni siquiera existe denuncia en Comisaría. La joven recibió un par de puntos de sutura y el alta médica tras comprobarse que la herida, de dos centímetros de profundidad, no afectó a ningún órgano vital. Los que decían que habían visto a un agresor, no resuellan ante la Policía, y las múltiples y variopintas versiones que circularon se han quedado en el limbo. Mientras, crece la hipótesis de que se pudo tratar de una herida producida de modo involuntario por algún elemento punzante propio de una carroza o de uno de esos espectaculares vestidos que llevan alambres (o verguillas, según quién haya sido la costurera). Así que, si se cierra el caso de este modo, podremos volver a decir que la Cabalgata no registró accidentes dignos de mención.