El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Arrepañando bienes
No hay dos sin tres, dice el adagio. Y al presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas, José Miguel Suárez Gil, todavía le queda -que sepamos- un nuevo juicio promovido por su pesadilla, el que fuera su socio, colaborador y casi amigo José Francisco Fernández Belda. Pero esta vez el juicio que viene parece que tiene que ver con una indemnización, es decir, es un juicio civil indemnizatorio, que en cristiano viene a significar que hay que retratarse. Esta vista viene después de dos sentencias condenatorias contra el presidente cameral, una penal por coacciones y otra civil por reclamación de propiedad. De este modo es hasta comprensible que íntimos colaboradores del líder plateado anden un tanto acongojados. Es el caso, por ejemplo, de Lucas Santana, presidente de la Asociación de Detallistas, integrada en la dúctil Federación de Pequeños y Medianos Empresarios de Alimentación (Fedalime). Para evitar un mejor proveer de la Justicia, se producen estos días, agitados movimientos de bienes y mobiliario en la tal federación, de modo que todo aparezca adscrito a otra, de nombre Fedac (Federación de Actividades Diversas, qué casualidad), al frente de la cual se encuentra otro sobrino político de la marca plateada, Marcos Travieso. Lo malo es que, en aplicación de la ley, y dado que la condena es contra el presidente de Fedalime, se puede dar una reclamación subsidiaria que afectaría a medio conchabo, y a sus bienes personales. Lo que da que temblar.
No hay dos sin tres, dice el adagio. Y al presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas, José Miguel Suárez Gil, todavía le queda -que sepamos- un nuevo juicio promovido por su pesadilla, el que fuera su socio, colaborador y casi amigo José Francisco Fernández Belda. Pero esta vez el juicio que viene parece que tiene que ver con una indemnización, es decir, es un juicio civil indemnizatorio, que en cristiano viene a significar que hay que retratarse. Esta vista viene después de dos sentencias condenatorias contra el presidente cameral, una penal por coacciones y otra civil por reclamación de propiedad. De este modo es hasta comprensible que íntimos colaboradores del líder plateado anden un tanto acongojados. Es el caso, por ejemplo, de Lucas Santana, presidente de la Asociación de Detallistas, integrada en la dúctil Federación de Pequeños y Medianos Empresarios de Alimentación (Fedalime). Para evitar un mejor proveer de la Justicia, se producen estos días, agitados movimientos de bienes y mobiliario en la tal federación, de modo que todo aparezca adscrito a otra, de nombre Fedac (Federación de Actividades Diversas, qué casualidad), al frente de la cual se encuentra otro sobrino político de la marca plateada, Marcos Travieso. Lo malo es que, en aplicación de la ley, y dado que la condena es contra el presidente de Fedalime, se puede dar una reclamación subsidiaria que afectaría a medio conchabo, y a sus bienes personales. Lo que da que temblar.