El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Barreda se hace el loco
En lo que llegan de Madrid las ilustres teatreras y nos enteramos de lo que han aprendido de ese noble arte de las tablas, sabemos de otro insigne actor con vis cómica que cuelga todos los días el cartel de no hay localidades en la sede misma de la Consejería de Turismo. Se trata de Enrique Barreda, el principal encartado del llamado caso Turismo, pendiente de sentarse en un banquillo en compañía de su compañero de andanzas, Pedro Quevedo, por aquel famoso quítame allá esas propinillas a cambio de una autorización o la evaporación de una sanción administrativa. Barreda parece un alma en pena vagando por los pasillos de la consejería con la mirada perdida en el infinito. Lo espantan sus compañeros cuando se quiere apalancar a contar que es inocente y ya le han llamado la atención por las sobadas que se mete en su propia mesa del negociado de Escuela de Turismo, que es donde está ahora. Dicen que se hace el loco y que puede ser su estrategia de defensa, recomendada muy sabiamente por aquella santera a la que tanto acudió en el momento procesal oportuno.
En lo que llegan de Madrid las ilustres teatreras y nos enteramos de lo que han aprendido de ese noble arte de las tablas, sabemos de otro insigne actor con vis cómica que cuelga todos los días el cartel de no hay localidades en la sede misma de la Consejería de Turismo. Se trata de Enrique Barreda, el principal encartado del llamado caso Turismo, pendiente de sentarse en un banquillo en compañía de su compañero de andanzas, Pedro Quevedo, por aquel famoso quítame allá esas propinillas a cambio de una autorización o la evaporación de una sanción administrativa. Barreda parece un alma en pena vagando por los pasillos de la consejería con la mirada perdida en el infinito. Lo espantan sus compañeros cuando se quiere apalancar a contar que es inocente y ya le han llamado la atención por las sobadas que se mete en su propia mesa del negociado de Escuela de Turismo, que es donde está ahora. Dicen que se hace el loco y que puede ser su estrategia de defensa, recomendada muy sabiamente por aquella santera a la que tanto acudió en el momento procesal oportuno.