El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Borges, abroncado por Willy
La bronca que se ha llevado el subdirector de los servicios informativos de la Televisión Canaria, Ezequiel Borges, pasará a los anales. Se la metió este fin de semana el director general de la cosa, Willy García, que será de la universidad de la vida, pero tiene su corazoncito y le duele en el alma que lo ridiculicen en público por cosas así. No hay constancia de que haya reaccionado igual el jefe de informativos, Miguel Ángel Daswani, amigo del periodista creativo, que consideró suficiente la bronca de la superioridad. Como publicamos ayer aquí, Borges dio por fallecido al presidente del Tenerife Marichal de voley y ordenó al editor del informativo del mediodía del sábado que lo metiera en escaleta sin la menor gestión de contraste. Quico Cabrera está vivo, pero Borges se quiso morir el sábado cuando, minutos después de emitida la noticia, tuvo que dar la orden contraria: que se desmienta. Ese mentís frenó la intención de algunos de telefonear a los responsables de la UD Las Palmas para pedirles que se guardara un minuto de silencio en los prolegómenos del derbi futbolístico. Pero estuvieron en un tris.
La bronca que se ha llevado el subdirector de los servicios informativos de la Televisión Canaria, Ezequiel Borges, pasará a los anales. Se la metió este fin de semana el director general de la cosa, Willy García, que será de la universidad de la vida, pero tiene su corazoncito y le duele en el alma que lo ridiculicen en público por cosas así. No hay constancia de que haya reaccionado igual el jefe de informativos, Miguel Ángel Daswani, amigo del periodista creativo, que consideró suficiente la bronca de la superioridad. Como publicamos ayer aquí, Borges dio por fallecido al presidente del Tenerife Marichal de voley y ordenó al editor del informativo del mediodía del sábado que lo metiera en escaleta sin la menor gestión de contraste. Quico Cabrera está vivo, pero Borges se quiso morir el sábado cuando, minutos después de emitida la noticia, tuvo que dar la orden contraria: que se desmienta. Ese mentís frenó la intención de algunos de telefonear a los responsables de la UD Las Palmas para pedirles que se guardara un minuto de silencio en los prolegómenos del derbi futbolístico. Pero estuvieron en un tris.