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La Caja lanza nuevo producto: FPD

Lamentamos volver a ser correo de incómodas noticias para La Caja, la Caja Insular de Ahorros de Canarias, donde hay movida sindical de las gordas por los coletazos que sigue dando la famosa sentencia del Constitucional que da la razón a los trabajadores en su reclamación del fondo de pensiones. Como hemos publicado este martes, Comisiones Obreras ha denunciado acoso moral (mobbing) sobre catorce directores de sucursal que se han mantenido en sus trece de reclamar lo que consideran justo. La respuesta de la dirección de la entidad ha sido lacónica: “La reestructuración es un cambio organizativo dentro de la gestión normal de la empresa”. Llamar gestión normal de la empresa a lo que otros llaman mobbing es, desde luego, una visión bastaste discrepante. Pero no perdamos el buen humor porque tampoco lo han perdido los trabajadores, ni siquiera los afectados, que ya forman parte de un colectivo al que se ha colgado el acrónimo de FPD, que no significa Fititú qué Poca Desvergüenza, sino Follados Pendientes de Destino, dicho sea con el máximo pudor que la ocasión requiere.

Lamentamos volver a ser correo de incómodas noticias para La Caja, la Caja Insular de Ahorros de Canarias, donde hay movida sindical de las gordas por los coletazos que sigue dando la famosa sentencia del Constitucional que da la razón a los trabajadores en su reclamación del fondo de pensiones. Como hemos publicado este martes, Comisiones Obreras ha denunciado acoso moral (mobbing) sobre catorce directores de sucursal que se han mantenido en sus trece de reclamar lo que consideran justo. La respuesta de la dirección de la entidad ha sido lacónica: “La reestructuración es un cambio organizativo dentro de la gestión normal de la empresa”. Llamar gestión normal de la empresa a lo que otros llaman mobbing es, desde luego, una visión bastaste discrepante. Pero no perdamos el buen humor porque tampoco lo han perdido los trabajadores, ni siquiera los afectados, que ya forman parte de un colectivo al que se ha colgado el acrónimo de FPD, que no significa Fititú qué Poca Desvergüenza, sino Follados Pendientes de Destino, dicho sea con el máximo pudor que la ocasión requiere.