El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Cantinfladas del PSOE tinerfeño
Las cosas no se pueden presentar peor para el PSOE en la isla de Tenerife. Ni siquiera el mejor escenario de poder local (que va perdiendo municipio a municipio por su torpeza) ha servido para superar su división interna y la atávica visión de considerar adversario en exclusiva a Coalición Canaria (ATI en el argot), en franco retroceso. La dirección insular, salida de un congreso en el que ganaron los partidarios de gobernar con el PP en contra del acuerdo regional con Coalición Canaria, da alas a los populares, la única fuerza política de la isla que aparece con claras perspectivas de crecimiento en unas próximas elecciones municipales. Lo que está ocurriendo estos días en Tacoronte puede equipararse a lo que viene pasando en La Palma desde las elecciones de 2011: el eterno pleito con los insularistas (nacionalistas en el argot), las diferencias y rencillas personales y las enormes e indisimuladas ganas de pasar factura política han sido canalizadas por los concejales socialistas hacia un pacto con la otra opción posible, el PP. En el caso de Tacoronte, es cierto, se han sumado al potaje las escasas habilidades del alcalde, Álvaro Dávila, que ha gestionado fatal su pacto con los socialistas. Éstos, con tal de quebrar el pacto y lanzarse en brazos del PP, han preferido romper el partido por dentro, expulsar a su jefe de filas y cabeza de lista y someterse a un expediente de expulsión que ?esta vez parece que sí- no tendrá enmienda. Los rebeldes de Tacoronte no dejan de repetir que esta censura la han presentado tras consultar con la Ejecutiva Insular y recibir su respaldo y el de la Ejecutiva Regional. Al principio no soltaban nombres pero ya circulan de manera constante los de Manuel Fumero (secretario general insular) y el de Manuel González, viceconsejero de Relaciones con el Parlamento y hombre del equipo más allegado a Francisco Hernández Spínola, consejero de Presidencia y vicesecretario general. Los censurantes no se atreven a asegurar que desde esos ámbitos se les haya dado la bendición a la censura de manera explícita, pero sí aseguran que se les ha respaldado con frases tan sibilinas como “comprendemos la situación” y “algo deberían hacer para solucionarla”. Pero se han sentido respaldados y un amplio sector del PSOE oficial da por sentado que Fumero y Spínola han avalado la operación.
Las cosas no se pueden presentar peor para el PSOE en la isla de Tenerife. Ni siquiera el mejor escenario de poder local (que va perdiendo municipio a municipio por su torpeza) ha servido para superar su división interna y la atávica visión de considerar adversario en exclusiva a Coalición Canaria (ATI en el argot), en franco retroceso. La dirección insular, salida de un congreso en el que ganaron los partidarios de gobernar con el PP en contra del acuerdo regional con Coalición Canaria, da alas a los populares, la única fuerza política de la isla que aparece con claras perspectivas de crecimiento en unas próximas elecciones municipales. Lo que está ocurriendo estos días en Tacoronte puede equipararse a lo que viene pasando en La Palma desde las elecciones de 2011: el eterno pleito con los insularistas (nacionalistas en el argot), las diferencias y rencillas personales y las enormes e indisimuladas ganas de pasar factura política han sido canalizadas por los concejales socialistas hacia un pacto con la otra opción posible, el PP. En el caso de Tacoronte, es cierto, se han sumado al potaje las escasas habilidades del alcalde, Álvaro Dávila, que ha gestionado fatal su pacto con los socialistas. Éstos, con tal de quebrar el pacto y lanzarse en brazos del PP, han preferido romper el partido por dentro, expulsar a su jefe de filas y cabeza de lista y someterse a un expediente de expulsión que ?esta vez parece que sí- no tendrá enmienda. Los rebeldes de Tacoronte no dejan de repetir que esta censura la han presentado tras consultar con la Ejecutiva Insular y recibir su respaldo y el de la Ejecutiva Regional. Al principio no soltaban nombres pero ya circulan de manera constante los de Manuel Fumero (secretario general insular) y el de Manuel González, viceconsejero de Relaciones con el Parlamento y hombre del equipo más allegado a Francisco Hernández Spínola, consejero de Presidencia y vicesecretario general. Los censurantes no se atreven a asegurar que desde esos ámbitos se les haya dado la bendición a la censura de manera explícita, pero sí aseguran que se les ha respaldado con frases tan sibilinas como “comprendemos la situación” y “algo deberían hacer para solucionarla”. Pero se han sentido respaldados y un amplio sector del PSOE oficial da por sentado que Fumero y Spínola han avalado la operación.