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OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

De chulerías, agresiones y crispaciones varias

Frenético mes de enero para unos cuantos políticos del PP, metidos de lleno en la ardua tarea de apretar el acelerador a falta de que lo haga Marianico el Arrepollinado, que espera ganar sin quitarse el chándal. Primero fue Paco Camps el que, desde Bruselas, contestó con un desplante dos preguntas incómodas pero correctas sobre los famosos trajes formuladas por el corresponsal del diario Público. Jaleado por las personas que le flanqueaban, entre otras altos cargos del Ministerio de Fomento, Camps fue grabado mientras presumía de que los periodistas desafectos son los que le dan más votos. La chulería pepera alcanzó límites absolutamente despreciables cuando este fin de semana sus dirigentes responsabilizaron al Ministerio del Interior de la condenable agresión sufrida por el consejero de Cultura de Murcia, Pedro Alberto Cruz, que fue asaltado por unos desconocidos que el PP ya situó en la extrema izquierda a la espera de que se les detenga, se les identifique y se les ponga a disposición judicial. Dicen los conservadores que la culpa es del PSOE por calentar el ambiente contra el Gobierno murciano, y hablan incluso de “autores intelectuales”. No tiene justificación alguna esa agresión ni ninguna otra, pero no es precisamente el PP el partido más legitimado moralmente para hablar de crispar el ambiente, de lenguaje violento y de autoría intelectual de nada. La Policía busca a los agresores entre jóvenes antisistema, que no suelen militar en ningún partido.

Frenético mes de enero para unos cuantos políticos del PP, metidos de lleno en la ardua tarea de apretar el acelerador a falta de que lo haga Marianico el Arrepollinado, que espera ganar sin quitarse el chándal. Primero fue Paco Camps el que, desde Bruselas, contestó con un desplante dos preguntas incómodas pero correctas sobre los famosos trajes formuladas por el corresponsal del diario Público. Jaleado por las personas que le flanqueaban, entre otras altos cargos del Ministerio de Fomento, Camps fue grabado mientras presumía de que los periodistas desafectos son los que le dan más votos. La chulería pepera alcanzó límites absolutamente despreciables cuando este fin de semana sus dirigentes responsabilizaron al Ministerio del Interior de la condenable agresión sufrida por el consejero de Cultura de Murcia, Pedro Alberto Cruz, que fue asaltado por unos desconocidos que el PP ya situó en la extrema izquierda a la espera de que se les detenga, se les identifique y se les ponga a disposición judicial. Dicen los conservadores que la culpa es del PSOE por calentar el ambiente contra el Gobierno murciano, y hablan incluso de “autores intelectuales”. No tiene justificación alguna esa agresión ni ninguna otra, pero no es precisamente el PP el partido más legitimado moralmente para hablar de crispar el ambiente, de lenguaje violento y de autoría intelectual de nada. La Policía busca a los agresores entre jóvenes antisistema, que no suelen militar en ningún partido.