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Opinión | Ya empezamos, por Antón Losada

Churrería Teobaldo Power

Los mejores churros de Santa Cruz de Tenerife ya los podemos encontrar en la calle Teobaldo Power, concretamente en un majestuoso edificio recientemente ampliado que hasta hace poco albergaba el lugar donde estaba representada la soberanía popular canaria. Soberanía (y perdón por la expresión) que se venía manifestando de manera pacífica y democrática a través de unos procesos electorales en los que participaban unos partidos políticos, que exponían a la ciudadanía censada cuáles iban a ser sus planteamientos para los cuatro años siguientes, lo que llamaban una legislatura. Ese Parlamento se reunía después de esas elecciones y tomaba la decisión de investir presidente del Gobierno al candidato que mayores apoyos obtuviera de los partidos políticos allí representados, y a continuación se dedicaba a hacer leyes, a fiscalizar la labor del Gobierno, a velar por el interés general... En definitiva, a desempeñar en nombre de todos los ciudadanos esa noble actividad que es la política. Hasta este viernes en que la secretaria primera de la Mesa del Parlamento, Marisa Zamora, nos ha descubierto a todos que allí no se va a hacer política, sino unos fantásticos churros que, convenientemente mojados en un café y leche o en un chocolate, te los puedes comer con cuidado de no atragantarte.

Los mejores churros de Santa Cruz de Tenerife ya los podemos encontrar en la calle Teobaldo Power, concretamente en un majestuoso edificio recientemente ampliado que hasta hace poco albergaba el lugar donde estaba representada la soberanía popular canaria. Soberanía (y perdón por la expresión) que se venía manifestando de manera pacífica y democrática a través de unos procesos electorales en los que participaban unos partidos políticos, que exponían a la ciudadanía censada cuáles iban a ser sus planteamientos para los cuatro años siguientes, lo que llamaban una legislatura. Ese Parlamento se reunía después de esas elecciones y tomaba la decisión de investir presidente del Gobierno al candidato que mayores apoyos obtuviera de los partidos políticos allí representados, y a continuación se dedicaba a hacer leyes, a fiscalizar la labor del Gobierno, a velar por el interés general... En definitiva, a desempeñar en nombre de todos los ciudadanos esa noble actividad que es la política. Hasta este viernes en que la secretaria primera de la Mesa del Parlamento, Marisa Zamora, nos ha descubierto a todos que allí no se va a hacer política, sino unos fantásticos churros que, convenientemente mojados en un café y leche o en un chocolate, te los puedes comer con cuidado de no atragantarte.