Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Alemania toma el pulso a una extrema derecha envalentonada
La carpeta de Junts que atasca la mayoría de Sánchez
Opinión | Ya empezamos, por Antón Losada

Cierto giro a la izquierda en CC

De manara sorpresiva, Claudina Morales es desde este domingo la nueva presidenta de Coalición Canaria. No se lo esperaba ni ella misma, y mucho menos Manolo Lobo o Torres Stinga, seguros cada uno a su modo de los respaldos con los que acudían al cuarto congreso nacional de CC. Sin pretenderlo, los asistentes al cónclave han provocado un giro copernicano a la concepción tradicional de esa formación, tan amiga de los equilibrios entre las dos islas capitalinas, tan acartonada por los mismos líderes de siempre (y unos pocos de relumbrón con más ganas que fuerzas), atenazada por compromisos confesables e inconfesables y abrazada a un nacionalismo que no puede ser porque nunca fue. Pero Claudina es de Asamblea Majorera, y eso sí tiene sello de calidad, de cierta calidad de izquierdas, con sus luces y sus sombras, como todo, pero la nueva presidenta abre una esperanza a la catarsis de un partido muerto.

De manara sorpresiva, Claudina Morales es desde este domingo la nueva presidenta de Coalición Canaria. No se lo esperaba ni ella misma, y mucho menos Manolo Lobo o Torres Stinga, seguros cada uno a su modo de los respaldos con los que acudían al cuarto congreso nacional de CC. Sin pretenderlo, los asistentes al cónclave han provocado un giro copernicano a la concepción tradicional de esa formación, tan amiga de los equilibrios entre las dos islas capitalinas, tan acartonada por los mismos líderes de siempre (y unos pocos de relumbrón con más ganas que fuerzas), atenazada por compromisos confesables e inconfesables y abrazada a un nacionalismo que no puede ser porque nunca fue. Pero Claudina es de Asamblea Majorera, y eso sí tiene sello de calidad, de cierta calidad de izquierdas, con sus luces y sus sombras, como todo, pero la nueva presidenta abre una esperanza a la catarsis de un partido muerto.