El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Dimisión ''forzada''
En una escueta carta enviada al presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Rosa Delia Yánez explica que se ha visto “forzada” a dimitir de su puesto, no se sabe si por la superioridad o por haber salido dañada del duro pulso que lleva meses sosteniendo con los ingenieros del organismo, particularmente con el director, José Daniel López, y con uno de los más influyentes de la casa, José María Hernández. El exceso de celo, la lentitud en la tramitación de expedientes, sus manías y sus desconfianzas hacia todos los trabajadores (llegó a llamar a la Policía Científica para que buscara unos expedientes X) están en el origen de esos enfrentamientos, según cuentan testigos presenciales. Pero además de esa dimisión imposible (tendría que ser en tal caso renuncia o baja voluntaria de una plaza laboral de libre designación), llama la atención la utilización de la palabra “forzada” porque podría ser la antesala de una denuncia por acoso laboral que permitiera a la afectada acceder a una negociación ventajosa. Quizás por eso se habla de que se prepara un contrato mercantil de asesoramiento que, en claro fraude de ley, permitiría a la trabajadora seguir recibiendo emolumentos sin desempeñar cargo de responsabilidad alguno, pero asesorando (ojos que te vieron dir) en alguna materia elegida a capricho.
En una escueta carta enviada al presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Rosa Delia Yánez explica que se ha visto “forzada” a dimitir de su puesto, no se sabe si por la superioridad o por haber salido dañada del duro pulso que lleva meses sosteniendo con los ingenieros del organismo, particularmente con el director, José Daniel López, y con uno de los más influyentes de la casa, José María Hernández. El exceso de celo, la lentitud en la tramitación de expedientes, sus manías y sus desconfianzas hacia todos los trabajadores (llegó a llamar a la Policía Científica para que buscara unos expedientes X) están en el origen de esos enfrentamientos, según cuentan testigos presenciales. Pero además de esa dimisión imposible (tendría que ser en tal caso renuncia o baja voluntaria de una plaza laboral de libre designación), llama la atención la utilización de la palabra “forzada” porque podría ser la antesala de una denuncia por acoso laboral que permitiera a la afectada acceder a una negociación ventajosa. Quizás por eso se habla de que se prepara un contrato mercantil de asesoramiento que, en claro fraude de ley, permitiría a la trabajadora seguir recibiendo emolumentos sin desempeñar cargo de responsabilidad alguno, pero asesorando (ojos que te vieron dir) en alguna materia elegida a capricho.