La grúa extravagante

Todavía andan boquiabiertos algunos vecinos del barrio de Las Alcaravaneras, en Las Palmas de Gran Canaria, que presenciaron la semana pasada la más extravagante actuación de la grúa municipal que jamás pudieron imaginar. Un agente motorizado de la Policía Local dirigía una operación de retirada de un vehículo que aparentemente se encontraba muy bien aparcado en la calle Pi i Margall. Los vecinos, sorprendidos, preguntaron al guardia los motivos de la retirada, a lo que éste les explicó que el coche estaba abierto y, para garantizar su integridad y los intereses de su propietario, se lo llevaban tal cual al potrero. Los vecinos se ofrecieron voluntarios al agente para cerrar el coche, pero la oferta fue rechazada por “no estar autorizados” a tan arriesgado gesto cívico.

Todavía andan boquiabiertos algunos vecinos del barrio de Las Alcaravaneras, en Las Palmas de Gran Canaria, que presenciaron la semana pasada la más extravagante actuación de la grúa municipal que jamás pudieron imaginar. Un agente motorizado de la Policía Local dirigía una operación de retirada de un vehículo que aparentemente se encontraba muy bien aparcado en la calle Pi i Margall. Los vecinos, sorprendidos, preguntaron al guardia los motivos de la retirada, a lo que éste les explicó que el coche estaba abierto y, para garantizar su integridad y los intereses de su propietario, se lo llevaban tal cual al potrero. Los vecinos se ofrecieron voluntarios al agente para cerrar el coche, pero la oferta fue rechazada por “no estar autorizados” a tan arriesgado gesto cívico.