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Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Invitan a Abreu a confluir

Todo parecía claro al principio: tras el meneo recibido en el congreso regional, Javier Abreu, primer teniente de alcalde de La Laguna, se cobraría su venganza haciéndose con la secretaría general del PSOE de Tenerife. Seguiría de ese modo los mismos pasos que el alcalde de su ciudad, Fernando Clavijo, cuyo equipo y tesis resultaron derrotados en el congreso nacional de Coalición Canaria pero que, acto seguido, se convirtió en el número uno del nacionalismo tinerfeño para mortificación de Paulino y gran algarabía en el despacho de don Pepito. Abreu, que también pasó estos días a rendir pleitesía al intrépido editor, creyó tenerlo fácil al principio, pero el aparataje del partido, unido en algunos casos contra natura a los puros de la organización (los que resistieron el terremoto de las gestoras e ivernaron astutamente), le han complicado bastante las cosas. A esas complicaciones se unió la aparición de la candidatura alternativa del villero Manuel González (viceconsejero de Relaciones con el Parlamento), a la que se ha sumado -también con mucho aparataje- el nombre de Manuel Fumero, alcalde de Vilaflor, como habíamos adelantado aquí mismo. Como la otra parte contratante tampoco parece tener el resultado muy claro ya han mandado a Abreu un mensaje para ver, compañero, si nos ponemos de acuerdo y dejamos de dar este espectáculo. La respuesta parece haber sido que no. Con un poquito de rayos y centellas, pero que no.

Todo parecía claro al principio: tras el meneo recibido en el congreso regional, Javier Abreu, primer teniente de alcalde de La Laguna, se cobraría su venganza haciéndose con la secretaría general del PSOE de Tenerife. Seguiría de ese modo los mismos pasos que el alcalde de su ciudad, Fernando Clavijo, cuyo equipo y tesis resultaron derrotados en el congreso nacional de Coalición Canaria pero que, acto seguido, se convirtió en el número uno del nacionalismo tinerfeño para mortificación de Paulino y gran algarabía en el despacho de don Pepito. Abreu, que también pasó estos días a rendir pleitesía al intrépido editor, creyó tenerlo fácil al principio, pero el aparataje del partido, unido en algunos casos contra natura a los puros de la organización (los que resistieron el terremoto de las gestoras e ivernaron astutamente), le han complicado bastante las cosas. A esas complicaciones se unió la aparición de la candidatura alternativa del villero Manuel González (viceconsejero de Relaciones con el Parlamento), a la que se ha sumado -también con mucho aparataje- el nombre de Manuel Fumero, alcalde de Vilaflor, como habíamos adelantado aquí mismo. Como la otra parte contratante tampoco parece tener el resultado muy claro ya han mandado a Abreu un mensaje para ver, compañero, si nos ponemos de acuerdo y dejamos de dar este espectáculo. La respuesta parece haber sido que no. Con un poquito de rayos y centellas, pero que no.