El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Marcos Brito, de almirante de la mar océana
Ni el éxito de la convocatoria de una manifestación que recorrió las calles del Puerto de la Cruz ni la constancia de los empleados públicos (funcionarios y laborales) que todos los lunes se concentran en los exteriores de la casa consistorial han mermado la capacidad de indiferencia y aguante del alcalde de la ciudad, ahora popularmente conocido por Marcos “Britochet”. Pero como nunca las desgracias vienen solas ni las ocurrencias más disparatadas se alejan del torpe, Brito, que es su apellido real, ha tenido la chiripitifláutica idea de disfrazarse de almirante en jefe en los carnavales que empezaron el pasado domingo con la presentación de las candidatas y las primeras actuaciones. El alcalde portuense, por lo que se ve, tenía ganas de participación y exhibición, y para allá que se fue hecho un brazo de mar. Eso sí: los lunes de concentración no sólo cierra los ventanales de su despacho sino que corre las cortinas para que la protesta no perturbe su ánimo. Ahí, “Britochet” se hace invisible.
Ni el éxito de la convocatoria de una manifestación que recorrió las calles del Puerto de la Cruz ni la constancia de los empleados públicos (funcionarios y laborales) que todos los lunes se concentran en los exteriores de la casa consistorial han mermado la capacidad de indiferencia y aguante del alcalde de la ciudad, ahora popularmente conocido por Marcos “Britochet”. Pero como nunca las desgracias vienen solas ni las ocurrencias más disparatadas se alejan del torpe, Brito, que es su apellido real, ha tenido la chiripitifláutica idea de disfrazarse de almirante en jefe en los carnavales que empezaron el pasado domingo con la presentación de las candidatas y las primeras actuaciones. El alcalde portuense, por lo que se ve, tenía ganas de participación y exhibición, y para allá que se fue hecho un brazo de mar. Eso sí: los lunes de concentración no sólo cierra los ventanales de su despacho sino que corre las cortinas para que la protesta no perturbe su ánimo. Ahí, “Britochet” se hace invisible.