El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Muchos motivos para dimitir
Puestos a regenerar, Rita Martín pudo haber hecho su contribución a la causa en multitud de ocasiones, todas ellas relacionadas con su catastrófica gestión de lo público, casi siempre por encargo, con incontables irregularidades que perjudicaron el interés general y que provocaron notables quebrantos a las arcas públicas. Sus alucinantes campañas de promoción turística, dotadas con millones de euros y encargadas a importantes agencias de publicidad nacionales expertas en campañas electorales, provocaron la crítica y el rechazo del sector, de la oposición y de los medios informativos: los Estadios de la Felicidad, Say no to Winter blues? gestionadas como si a Canarias le sobrara el dinero con cuchipandas muy sonadas como la cena en el Cipriani de Londres o un viaje a China en compañía de la actual delegada del Gobierno para hacer “una prospección” turística en aquel país. Por encargo directo del hoy ministro de Industria, Rita Martín fue capaz de gestionar un concurso amañado en Promotur para regalar 182.000 euros a Intereconomía, la cadena nacional que lanzó a José Manuel Soria al estrellato. A través de la revista Época, Martín pagó un reportaje político titulado “Un GAL sin crímenes en Canarias” con el que el PP trató de enturbiar las investigaciones de corrupción de algunos de sus más destacados miembros achacando al PSOE y a Canarias Ahora una conspiración para implicar al PP en casos inventados. Curiosamente, en aquel reportaje, Época trató de desmontar el caso Europa, que en enero se verá en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias con el portavoz parlamentario del PP, Jorge Rodríguez, como uno de los acusados. Ahora, Rita Martín pide a su partido “una reflexión” que conduzca a “comportamientos más democráticos”. Su trayectoria como instrumento perverso para esos otros fines que ahora parece deplorar no la ayudan en su discurso. Que dimita Rita, pero que dimita más. Y que lo cuente todo, que relate cómo fueron los encargos, qué papel desempeñaban Mari Carmen Hernández Bento y Yolanda Perdomo en aquellos enjuagues. Ésa sí sería una gran contribución a la regeneración política de Canarias. Hasta nosotros la aplaudiríamos.
Puestos a regenerar, Rita Martín pudo haber hecho su contribución a la causa en multitud de ocasiones, todas ellas relacionadas con su catastrófica gestión de lo público, casi siempre por encargo, con incontables irregularidades que perjudicaron el interés general y que provocaron notables quebrantos a las arcas públicas. Sus alucinantes campañas de promoción turística, dotadas con millones de euros y encargadas a importantes agencias de publicidad nacionales expertas en campañas electorales, provocaron la crítica y el rechazo del sector, de la oposición y de los medios informativos: los Estadios de la Felicidad, Say no to Winter blues? gestionadas como si a Canarias le sobrara el dinero con cuchipandas muy sonadas como la cena en el Cipriani de Londres o un viaje a China en compañía de la actual delegada del Gobierno para hacer “una prospección” turística en aquel país. Por encargo directo del hoy ministro de Industria, Rita Martín fue capaz de gestionar un concurso amañado en Promotur para regalar 182.000 euros a Intereconomía, la cadena nacional que lanzó a José Manuel Soria al estrellato. A través de la revista Época, Martín pagó un reportaje político titulado “Un GAL sin crímenes en Canarias” con el que el PP trató de enturbiar las investigaciones de corrupción de algunos de sus más destacados miembros achacando al PSOE y a Canarias Ahora una conspiración para implicar al PP en casos inventados. Curiosamente, en aquel reportaje, Época trató de desmontar el caso Europa, que en enero se verá en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias con el portavoz parlamentario del PP, Jorge Rodríguez, como uno de los acusados. Ahora, Rita Martín pide a su partido “una reflexión” que conduzca a “comportamientos más democráticos”. Su trayectoria como instrumento perverso para esos otros fines que ahora parece deplorar no la ayudan en su discurso. Que dimita Rita, pero que dimita más. Y que lo cuente todo, que relate cómo fueron los encargos, qué papel desempeñaban Mari Carmen Hernández Bento y Yolanda Perdomo en aquellos enjuagues. Ésa sí sería una gran contribución a la regeneración política de Canarias. Hasta nosotros la aplaudiríamos.